Autoridades investigan nuevos posibles actos de sabotaje a cables eléctricos y de telecomunicaciones que conectan países bálticos y escandinavos.


Helsinki, Finlandia – El 25 de diciembre, el gobierno finlandés informó sobre la desconexión del cable eléctrico EstLink2, que une Estonia y Finlandia. Arto Pahkin, director de operaciones de Fingrid, el operador del sistema eléctrico finlandés, señaló que no se puede descartar la posibilidad de un acto de sabotaje.

Este último incidente se suma a otros tres casos reportados anteriormente en la zona. En septiembre de 2022, los gasoductos Nord Stream sufrieron roturas por explosiones frente a la isla danesa de Bornholm. En octubre de 2023, el gasoducto BalticConnector entre Estonia y Finlandia, así como un cable de comunicaciones cercano, resultaron dañados. En noviembre del mismo año, dos cables submarinos, el de internet Arelion y el de telecomunicaciones C-Lion 1, fueron cortados en aguas territoriales suecas.

Margus Tsahkna, ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, declaró que los daños a la infraestructura submarina se han vuelto tan frecuentes que es difícil creer que se trate de accidentes. «Debemos entender que los daños a la infraestructura submarina se han vuelto más sistemáticos y, por lo tanto, deben considerarse ataques contra nuestras estructuras vitales», afirmó.

La importancia estratégica del mar Báltico, tanto para Rusia como para la OTAN, ha sido resaltada por analistas. Esta región se ha convertido en un «mar estratégico» debido a la guerra entre Rusia y Ucrania, y la necesidad de los países bálticos y escandinavos de proteger su infraestructura crítica.

Las autoridades de los países afectados han anunciado medidas de respuesta, como el despliegue de patrullas navales para proteger los cables submarinos. Además, la OTAN ha prometido aumentar su presencia militar en el Báltico.

La Unión Europea también ha amenazado con imponer más sanciones a la llamada «flota en la sombra» de Rusia, que se sospecha podría estar involucrada en algunos de estos incidentes al dañar los cables submarinos con sus anclas.

Ante esta situación, los expertos advierten que la seguridad de la infraestructura submarina crítica se ha convertido en una prioridad para la seguridad euroatlántica. Los países de la región deben trabajar de manera coordinada para proteger esta vital red de conexiones, que es fundamental para el desarrollo económico y la estabilidad de la zona.

Referencias: AFP, Euronews