La Armada alemana impulsa la guerra naval no tripulada con el Futuro Sistema de Combate de Superficie (FCSS). Buscando capacidades de enjambre y trabajo conjunto con corbetas, inicia experimentaciones operativas en 2025 para definir sus vitales combatientes de próxima generación.
BERLÍN, ALEMANIA – La Armada alemana se embarca en una profunda transformación de sus capacidades navales, proyectando un futuro donde la superficie marítima será dominada por la interacción estratégica entre unidades tripuladas y no tripuladas. Tras el éxito de las pruebas y la inminente adquisición del vehículo submarino autónomo BlueWhale, el foco se traslada ahora al despliegue de Vehículos de Superficie No Tripulados (USV). Este ambicioso plan, denominado Sistema de Combate de Superficie del Futuro (FCSS), ha sido declarado por el vicealmirante Jan Christian Kaack, Inspector de la Armada, como el proyecto estrella de la institución para el año en curso.
La visión de esta nueva era naval se detalla en el documento estratégico «Course Marine», que subraya la imperiosa necesidad de operar conjuntamente sistemas tripulados y no tripulados. El FCSS no es solo un buque, sino un concepto integral de combate diseñado con capacidad de enjambre y ataque, destinado a complementar las unidades de superficie existentes mediante una sofisticada red de combate. En la práctica, esto significa que los USV operarán en coordinación con las corbetas tipo K130, buscando un efecto multiplicador en la disuasión y el combate. Se prevé la adquisición de al menos 18 de estas nuevas unidades, lo que permitiría que cada una de las nueve corbetas K130 esté acompañada por dos de estos ágiles y letales acompañantes autónomos.

La adopción de estas tecnologías de vanguardia no se realizará de forma precipitada. La Armada ha optado por un enfoque pragmático y acelerado: la Experimentación Operativa (OPEX). Este método consiste en probar nuevas tecnologías en condiciones operativas realistas antes de su adquisición formal, garantizando que la integración sea fluida y efectiva.
La Bundeswehr Planning Office (BAAINBw) ya ha lanzado dos licitaciones para estos gastos operativos, programados para la segunda mitad del año. Estas licitaciones confirman la flexibilidad operativa del FCSS, que podrá actuar tanto en grupos de acción de superficie con tripulación (MUM-T-Surface Action Group) como en grupos de trabajo exclusivamente no tripulados.
Los objetivos de esta campaña OPEX son rigurosos y detallados. Se busca determinar cómo los USV pueden desplegarse en escenarios operativos a largas distancias, evaluando los límites y posibilidades de los productos actuales y su contribución a la imagen de la situación general. La experimentación profundizará en la viabilidad del control remoto y la autonomía (en diversos grados), asegurando la integración segura en el tráfico marítimo.
Además, se probarán los sistemas de emergencia, la logística de suministro, reparación y posible recuperación en el mar. Crucialmente, se evaluará la integración de las aportaciones de datos del USV en los sistemas de gestión de batalla marítima (mBMS), como el SitaWareHQ, así como la capacidad de desplegar efectores de forma remota y, potencialmente, autónoma.
Las pruebas de mar, fundamentales para esta evaluación, se realizarán en el Mar Báltico, con base en Eckernförde. Cada USV será sometido a una rigurosa semana de ensayos, con secciones de prueba definidas y objetivos específicos, replicando un ejercicio naval. La primera fase, centrada en el funcionamiento básico del USV, el conocimiento de la situación (SA) y la inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), está programada del 15 de septiembre al 5 de octubre de 2025. Los participantes deberán proporcionar no solo los vehículos, sino también cargas útiles de sensores y comunicaciones (como equipos IMINT y comunicación de banda ancha) y personal especializado.

Los requisitos mínimos para los USV a probar en la primera licitación son extremadamente exigentes, reflejando la búsqueda de capacidades maduras y probadas. Se exige un Nivel de Preparación Tecnológica (TRL) 9 para la plataforma, lo que indica un sistema ya operacional y validado. Otras especificaciones incluyen la capacidad inicial de navegación autónoma, pilotaje remoto, operación de emergencia con tripulación mínima, prevención activa de colisiones, y un alcance mínimo de 300 millas náuticas a 38 nudos.
En cuanto a su potencial bélico, deben contar con sistemas de vigilancia y posicionamiento, y lo más relevante: un efector existente, incluyendo un cañón de calibre mínimo de 30 mm y la opción de alojar municiones o misiles merodeadores, con una capacidad de carga útil de 6 toneladas.
Una segunda licitación, con pruebas previstas del 3 al 23 de noviembre, presenta requisitos ligeramente modificados, como la capacidad de operar en estado de mar 5 y un periodo de uso de al menos 5 días, además de la necesidad de haber sido previamente usado por alguna Armada. Según portavoces de la Bundeswehr Planning Office, se adjudicará un contrato al licitador con la oferta más rentable para cada modelo, lo que implica que dos USV distintos serán probados en las dos campañas.
Observadores del sector de defensa señalan que el requisito de un TRL 9 representa un desafío considerable para los fabricantes, dado que solo un puñado de plataformas autónomas en el mercado alcanzan este nivel de madurez. Entre los productos que podrían postularse se mencionan el Autonomous Ocean Core de Saab, desarrollado a partir de la plataforma del Combat Boat 90, y el USV Seagull de la empresa israelí Elbit Systems, ya en uso en al menos una marina. No obstante, la Bundeswehr enfatiza que el proyecto OPEX FCSS es puramente una investigación preliminar y un estudio de utilidad, y no representa una adquisición directa de los modelos probados, sino una evaluación exhaustiva del tipo de USV en su conjunto.
La decisión de la Armada alemana subraya una tendencia global hacia la integración de sistemas no tripulados en la estrategia de defensa naval. Esta iniciativa no solo busca aumentar la eficiencia y la seguridad de las operaciones, sino que también redefine el futuro de la guerra naval, marcando el rumbo para las capacidades navales del siglo XXI.
Referencias: Hartpunkt