Aproximadamente 1.500 personas se congregaron el pasado domingo en las ciudades marroquíes de Tánger y Casablanca para expresar su rechazo a la llegada del buque de carga Maersk Detroit, supuesto transportador de componentes para el avión de combate estadounidense F-35 con destino a Israel.
RABAT, MARRUECOS – Más de 1.500 manifestantes tomaron las calles de Tánger y Casablanca este domingo para protestar contra la escala del buque Maersk Detroit, sospechoso de transportar piezas del avión de combate F-35 con destino a Israel. Las movilizaciones, convocadas por grupos pro-palestinos y sindicatos portuarios, exigieron al gobierno marroquí negar el acceso al barco, denunciando su presunta vinculación con el conflicto en Gaza.
«El pueblo quiere que se prohíba el barco» y «No hay armas genocidas en aguas marroquíes» fueron algunos de los lemas coreados por los manifestantes, quienes marcharon desde el Iberia Palace en el centro de Tánger, a escasos 20 minutos del puerto. Según informes de Declassified UK, el cargamento habría partido de la Planta 4 de la Fuerza Aérea de EE.UU. en Fort Worth, con escala prevista en Tánger Med para su trasbordo al Maersk Nexoe antes de llegar a Haifa, Israel, entre el 5 de abril y el 1 de mayo.
Sion Assidon, fundador del movimiento BDS Marruecos, acusó al gobierno de ignorar sus advertencias sobre el cargamento. «Nuestras cartas fueron desoídas», declaró, mientras los manifestantes dirigían su ira contra EE.UU. y Francia, a los que responsabilizaron de «apoyar la maquinaria bélica israelí». La protesta derivó en tensión al pasar frente a la Legación Americana, donde la policía bloqueó el avance, generando escaramuzas y críticas por el «confinamiento deliberado» en la medina.

La naviera desmintió categóricamente que el buque llevara armamento hacia Israel, afirmando que el cargamento pertenecía a otros socios del programa F-35. El sindicato portuario marroquí CGT respaldó esta versión, asegurando que una inspección de los contenedores del Maersk Nexoe no halló «ningún componente militar». Sin embargo, los manifestantes, entre ellos Hassan Bennajeh de Al-Adl Wal Ihsane, insistieron en que Marruecos «no debe ser cómplice» del conflicto.
Las protestas reavivaron el debate sobre los Acuerdos de Abraham, que normalizaron relaciones con Israel en 2020. Aunque Rabat ha condenado la ofensiva en Gaza, no ha dado señales de romper el pacto. «Exigimos cortar todo vínculo con un Estado genocida», exigieron los organizadores, en un clima de creciente descontento social que ya suma múltiples movilizaciones desde octubre de 2023.
Mientras, en Algeciras (España), el colectivo Cádiz por Palestina replicó las protestas, recordando que España ya denegó el atraque a un barco de Maersk en 2023 por motivos similares. La sombra de la cooperación militar occidental con Israel sigue alimentando la indignación en ambas orillas del Mediterráneo.
Claves del conflicto:
- 1.500 manifestantes en Tánger y Casablanca.
- Maersk Detroit, vinculado al F-35, en el centro de la polémica.
- Sindicatos y BDS exigen bloquear el cargamento.
- Gobierno marroquí bajo presión para revisar su alianza con Israel.
- España, precedente de veto a buques con destino a Israel.
La escalada de protestas refleja una fractura política en Marruecos, donde la sociedad civil desafía la estrategia diplomática oficial mientras la guerra en Gaza polariza el norte de África.
Referencias: Middle East Eye, The Jerusalem Post