Rusia acusa a la OTAN de preparar un conflicto militar en el Mar Báltico mediante ejercicios como BALTOPS 25, mientras Moscú responde con maniobras propias. La tensión escaló con declaraciones cruzadas y despliegues simultáneos, aumentando las preocupaciones por una posible confrontación.
MOSCÚ, RUSIA – Un alto funcionario ruso ha acusado a la OTAN de utilizar sus ejercicios militares en el Mar Báltico como un ensayo para un posible enfrentamiento con Moscú. Alexander Grushkó, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, afirmó que las maniobras de la Alianza Atlántica, enmarcadas en el ejercicio BALTOPS 25, son parte de una estrategia deliberada para preparar a Europa ante un escenario de conflicto armado. “Evaluamos estas actividades como un paso hacia una confrontación directa”, declaró Grushkó, subrayando la percepción de amenaza desde el Kremlin.

Con más de 40 buques, 25 aeronaves y cerca de 9.000 efectivos de 16 países, el ejercicio BALTOPS 25 arrancó el 3 de junio en aguas del Báltico. Esta operación, considerada la principal maniobra naval anual de la OTAN en la región, busca fortalecer la interoperabilidad entre las fuerzas aliadas y garantizar la libertad de navegación en una zona crítica.
El vicealmirante J.T. Anderson, comandante de la Sexta Flota de EE. UU., destacó que las maniobras son una “muestra clara de la determinación y capacidad marítima de la Alianza”. Entre las actividades programadas figuran operaciones anfibias, defensa aérea, guerra antisubmarina y el uso de vehículos no tripulados, tanto en superficie como bajo el agua.
La reacción de Moscú no se hizo esperar. El gobierno ruso tildó los ejercicios de la OTAN de “provocación extrema” y activó sus propias maniobras navales en el Báltico, iniciadas el 27 de mayo. Según el Ministerio de Defensa ruso, el operativo involucra 20 embarcaciones, 25 aeronaves, 3.000 efectivos y 70 unidades especializadas, con el objetivo de proteger sus bases estratégicas en la región.
Grushkó insistió en que la OTAN busca “superioridad en todos los dominios”, acusando a la Alianza de prepararse para una guerra.
La simultaneidad de ambos despliegues y el intercambio de acusaciones han elevado la tensión en el Báltico, una zona donde Rusia es la única nación ribereña fuera de la OTAN. Analistas advierten que este enfrentamiento retórico y militar podría derivar en una escalada peligrosa, especialmente en un contexto global ya marcado por la inestabilidad. Mientras la OTAN insiste en el carácter defensivo de sus ejercicios, Moscú los interpreta como una amenaza directa, dejando en evidencia la profunda fractura entre ambas potencias.
El Báltico se consolida así como un foco de confrontación, donde cada movimiento es observado con recelo y donde la diplomacia parece ceder paso a la preparación militar.
Referencias: RT, Reuters