Corea del Norte ha enviado 16.000 contenedores de municiones a puertos rusos entre septiembre de 2023 y marzo de 2025, consolidándose como el eje principal del abastecimiento de artillería en el campo de batalla ucraniano.
PYONGYANG, COREA DEL NORTE – En las sombras del prolongado conflicto en Ucrania, una alianza armamentística crucial se ha consolidado entre Moscú y Pyongyang, alterando significativamente la dinámica en el campo de batalla. Una investigación reciente, fruto de la colaboración entre la agencia de noticias Reuters y el Open Source Centre (OSC) británico, ha destapado la magnitud y la criticidad del suministro de municiones norcoreanas a las fuerzas armadas rusas, revelando una dependencia que Moscú ha intentado ocultar.
Los hallazgos, basados en un meticuloso análisis de documentos militares rusos interceptados, imágenes satelitales, grabaciones verificadas de redes sociales y testimonios de altos funcionarios ucranianos, pintan un cuadro inequívoco: la artillería rusa, pilar fundamental de su estrategia bélica, se ha vuelto profundamente dependiente del flujo constante de proyectiles provenientes de Corea del Norte. Según fuentes militares rusas citadas en la investigación, casi la totalidad de las municiones de artillería empleadas en ciertas fases y sectores del conflicto tienen ahora origen norcoreano.
La escala de esta operación logística es asombrosa. Entre septiembre de 2023 y marzo de 2025 (según los datos reportados), una flotilla de cuatro buques con bandera rusa –el Angara, el Maria, el Maia-1 y el Lady R– se convirtió en el eje de este corredor armamentístico. Estos barcos realizaron un total de 64 travesías entre el puerto norcoreano de Rajin, un enclave estratégico en la costa este de Corea del Norte, y los puertos rusos de Vostochny y Dunai, en el Lejano Oriente ruso.

Se estima que durante este período, estos buques transportaron alrededor de 16.000 contenedores. El contenido de estos envíos, según análisis y estimaciones de inteligencia, oscila entre 4 y 6 millones de proyectiles de artillería. Una vez descargados en suelo ruso, esta vasta cantidad de munición fue sistemáticamente transportada por ferrocarril hacia depósitos y lugares de almacenamiento estratégicamente ubicados cerca de las líneas del frente en Ucrania, alimentando directamente la capacidad de fuego rusa.
Este torrente de suministros norcoreanos contrasta de manera dramática con las cifras de producción doméstica rusa. Funcionarios ucranianos y occidentales estiman que, durante todo el año 2024, la industria de defensa rusa logró producir solo unos 2,3 millones de proyectiles de artillería. Esta disparidad subraya la importancia vital del apoyo de Pyongyang para mantener la intensidad de los bombardeos rusos y sostener sus operaciones ofensivas y defensivas.
A pesar de la creciente evidencia, el Kremlin mantuvo una postura de negación. En octubre de 2023, un portavoz oficial desestimó las acusaciones de comercio de armas con Corea del Norte, alegando una supuesta falta de pruebas. Sin embargo, la investigación de Reuters revisó al menos seis informes internos de unidades de artillería rusas que detallaban explícitamente el uso de munición norcoreana. Algunos de estos documentos indicaban una dependencia de hasta el 100% en proyectiles norcoreanos para llevar a cabo sus misiones de bombardeo en Ucrania.
Expertos independientes en defensa corroboran la importancia estratégica de estos envíos. Konrad Muzyka, analista de Rochan Consulting, con sede en Polonia, señaló que los suministros norcoreanos jugaron un papel clave para permitir a Rusia mantener su ritmo operativo en el campo de batalla, especialmente a partir de finales de 2023. La Agencia de Inteligencia de Defensa de Ucrania (GUR) fue aún más contundente, afirmando que, sin el apoyo armamentístico de Corea del Norte, la potencia de fuego de la artillería rusa se habría reducido aproximadamente a la mitad.

Hugh Griffiths, ex coordinador del panel de expertos de la ONU encargado de supervisar las sanciones contra Corea del Norte, añadió una perspectiva geopolítica crucial, sugiriendo que al presidente Vladimir Putin le resultaría extremadamente difícil continuar la guerra en Ucrania sin el respaldo militar sostenido del líder norcoreano, Kim Jong Un.
El apoyo de Pyongyang a Moscú no se ha limitado a la munición de artillería. La investigación confirma el envío de misiles balísticos, sistemas de artillería de largo alcance y lanzacohetes múltiples (MLRS). Este conjunto de transferencias representa el apoyo militar directo más sustancial que Rusia ha recibido de cualquier nación para su esfuerzo bélico, complementado por la tecnología de drones suministrada por Irán y la crucial asistencia económica y de componentes por parte de China.
La alianza militar entre Moscú y Pyongyang, que captó la atención internacional en 2023, ha escalado a un nuevo nivel con implicaciones aún más directas. Informes recientes indican el despliegue de personal militar norcoreano en el frente. Según una fuente de seguridad de Corea del Sur citada en la investigación, para enero de 2025, aproximadamente 4.000 soldados norcoreanos habían muerto o resultado heridos combatiendo junto a las fuerzas rusas, particularmente en la región de Kursk. Esta implicación directa se intensificó en febrero, con el envío reportado de 3.000 soldados norcoreanos adicionales.
Kyrylo Budanov, jefe de la inteligencia militar ucraniana (GUR), proporcionó detalles adicionales sobre el equipamiento transferido, informando que desde finales de 2024, Corea del Norte ha suministrado a Rusia 120 sistemas de artillería autopropulsada de largo alcance y 120 sistemas de lanzacohetes múltiples. Parte de este equipo ha sido documentado visualmente por drones ucranianos operando en la región de Kursk, validando las afirmaciones de inteligencia.

Mientras Rusia se apoya cada vez más en Corea del Norte, la ayuda militar occidental a Ucrania, aunque significativa desde la invasión a gran escala de febrero de 2022 (incluyendo iniciativas como la liderada por la República Checa para adquirir 1,6 millones de proyectiles), ha enfrentado inconsistencias y una creciente incertidumbre política y logística. Una diferencia fundamental persiste: ninguna nación occidental ha enviado tropas para combatir directamente en suelo ucraniano.
La magnitud y la naturaleza de la cooperación militar entre Rusia y Corea del Norte, ahora documentada con detalle, no solo reconfiguran la dinámica del conflicto en Ucrania, sino que también plantean serias preguntas sobre la efectividad de las sanciones internacionales y el futuro de la seguridad regional y global. Las delegaciones de Corea del Norte ante las Naciones Unidas, su embajada en Londres, el Ministerio de Defensa ruso y las autoridades de defensa e inteligencia de Corea del Sur no ofrecieron comentarios sobre estos hallazgos cuando fueron contactados por Reuters, dejando que la evidencia hable por sí misma sobre la profundidad de este eje armamentístico emergente.
Referencias: Reuters, Open Source Centre (OSC)