El patrullero Tagomago (P-22) de la Armada Española ha realizado labores de vigilancia y seguimiento al buque de inteligencia de señales (SIGINT) ruso Viktor Leonov (SSV-175) durante su tránsito por el Estrecho de Gibraltar, una de las zonas marítimas más estratégicas del mundo.
MADRID, ESPAÑA – El patrullero Tagomago (P-22) de la Armada Española ha concluido una misión de seguimiento exhaustivo al buque de inteligencia de señales (SIGINT) ruso Viktor Leonov (SSV-175). Este encuentro se produjo durante las últimas semanas de abril, mientras la nave rusa transitaba por las estratégicas aguas del Estrecho de Gibraltar, un corredor marítimo de importancia geopolítica incuestionable.
La operación del Tagomago se encuadra dentro del marco de la Operación de Presencia, Vigilancia y Disuasión (OPVD), una directriz permanente de la Armada Española. Estas operaciones, bajo la supervisión del Mando Operativo Marítimo (MOM), son fundamentales para garantizar la seguridad en los espacios de soberanía y áreas de interés nacional, así como para proteger los intereses marítimos de España. El patrullero, perteneciente a la veterana clase Anaga, desempeñó un papel crucial en la monitorización detallada de las actividades del buque ruso.

Según fuentes del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), la labor del Tagomago no se limitó exclusivamente al Viktor Leonov. Durante la última semana del periodo mencionado, la unidad española extendió su vigilancia y recopilación de inteligencia a un total de cuatro unidades navales de apoyo pertenecientes a la Armada Rusa que operaban en la zona. Aunque no se han desvelado detalles específicos sobre las otras tres embarcaciones, la presencia coordinada de múltiples activos rusos en este enclave crítico no pasa desapercibida.
El Estrecho de Gibraltar, a pesar de su estatus como vía de tránsito internacional que garantiza la libre navegación, sigue siendo un tablero sensible en el juego geopolítico naval. La aparición de un contingente ruso de estas características podría interpretarse, según analistas, como una maniobra de presión calculada hacia Occidente y una demostración de la capacidad de proyección rusa en el Mediterráneo y el Atlántico. La misión de patrulleros como el Tagomago es, precisamente, asegurar que las actividades de inteligencia y presencia extranjeras no excedan los límites establecidos, salvaguardando un corredor vital para la seguridad euroatlántica.
El Viktor Leonov (SSV-175), cuya identidad fue confirmada a través de material gráfico difundido por el EMAD, es un viejo conocido en los círculos de inteligencia naval. Este buque, adscrito a la poderosa Flota del Norte de Rusia y con puerto base en Severomorsk, opera con regularidad tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico Norte. Se especula que su despliegue actual podría estar relacionado con el apoyo a las operaciones rusas en Siria, donde Moscú mantiene la estratégica base naval de Tartus, o con la monitorización de actividades de la OTAN en el Atlántico septentrional.
Perteneciente a la clase «Vishnya» (Proyecto 864), el Viktor Leonov está específicamente diseñado para misiones de inteligencia de señales (SIGINT). Sus sofisticados equipos le permiten interceptar comunicaciones militares, rastrear lanzamientos de misiles, interferir con sistemas electrónicos adversarios y recopilar un amplio espectro de inteligencia electromagnética. Estos buques son desplegados habitualmente por Rusia en puntos clave del globo para vigilar los movimientos de las flotas de la Alianza Atlántica y otras potencias marítimas, constituyendo una herramienta esencial en la doctrina de guerra electrónica y de información de Moscú.
Referencias: ABC, Diario de Cádiz