Un informe de Amnistía Internacional revela transferencias ilegales de armas avanzadas a las Fuerzas de Apoyo Rápido por parte de los Emiratos Árabes Unidos, en medio de acusaciones de crímenes de guerra y genocidio en la guerra de Sudán.
ABU DABI, EMIRATOS ÁRABES UNIDOS – En un escándalo que sacude los cimientos del derecho internacional humanitario, Amnistía Internacional ha documentado el flujo clandestino de armamento chino de alta tecnología desde los Emiratos Árabes Unidos (EAU) hacia Sudán, violando flagrantemente el embargo de armas impuesto por la ONU. Las pruebas apuntan al uso de bombas guiadas GB50A y obuses AH-4 de 155 mm, fabricados por la corporación estatal china Norinco (China North Industries Group), en manos de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), el grupo paramilitar acusado de limpieza étnica, violencia sexual y crímenes contra la humanidad en Darfur.
Amnistía Internacional ha exigido a China, como signataria del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), que suspenda inmediatamente las ventas de armamento a los Emiratos Árabes Unidos, dado el riesgo demostrado de que este material sea reexportado a actores implicados en violaciones masivas de derechos humanos.
«Esta es una prueba irrefutable de que en Sudán se han utilizado sofisticadas bombas guiadas y obuses de fabricación china«, declaró Brian Castner, jefe de investigación de crisis de Amnistía Internacional. «La presencia de este armamento en Darfur constituye una clara violación del embargo y demuestra la complicidad indirecta de los proveedores en la escalada de violencia.»


La organización sostiene que los EAU han ignorado sistemáticamente las restricciones internacionales, canalizando armas hacia las FAR a través de rutas opacas, mientras Sudán se desangra en una guerra que ya ha dejado decenas de miles de muertos y más de 12,5 millones de desplazados.
En un giro dramático, el Consejo de Seguridad y Defensa de Sudán anunció esta semana la ruptura de relaciones diplomáticas con los Emiratos Árabes Unidos, acusándolos de apoyar militarmente a las FAR. La medida se produjo apenas un día después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) desestimara una demanda sudanesa que acusaba a Abu Dabi de complicidad en genocidio.
El deterioro de la situación coincide con una nueva escalada bélica: ataques con drones kamikaze, presuntamente suministrados por los EAU, han golpeado Puerto Sudán, la capital de facto del gobierno sudanés respaldado por el ejército (SAF). Estos ataques, que dañaron gravemente el último aeropuerto internacional operativo del país, han sido condenados por Abu Dabi, aunque las FAR no se han atribuido oficialmente la responsabilidad.

«Los ataques a infraestructura civil agravarán el sufrimiento de un pueblo ya devastado«, denunció Aida Elsayed Abdallah, secretaria general de la Media Luna Roja Sudanesa. «La destrucción de aeropuertos, centrales eléctricas y redes de suministro obstruye la ayuda humanitaria y condena a millones a una crisis aún más profunda.»
Analistas como Abdullahi Halakhe, experto en África Oriental de Refugees International, sostienen que los Emiratos Árabes Unidos buscan impedir el surgimiento de gobiernos democráticos en la región, tras su papel en el aplastamiento de la Primavera Árabe y su injerencia en conflictos como el de Libia.
«EAU está facilitando un genocidio en Sudán como parte de una estrategia más amplia de control geopolítico», afirmó Halakhe. «Sin embargo, la imagen tóxica de las FAR podría llevar a Abu Dabi a distanciarse eventualmente, pues un Sudán colapsado tampoco les conviene.»
Mientras la comunidad global mira hacia otro lado, el conflicto sudanés se nutre de armas fabricadas en China, transferidas por EAU y utilizadas por grupos acusados de crímenes atroces. Amnistía Internacional reclama sanciones inmediatas y una investigación independiente para cortar este flujo ilegal de armamento, antes de que más civiles paguen con sus vidas la inacción de los poderosos.
Referencias: Middle East Eye, Al-Jazeera