El ministro británico de Estado para Europa, Stephen Doughty, desestimó rotundamente cualquier comparación entre la situación de las Islas Chagos y la de otros Territorios de Ultramar, como Gibraltar o las Islas Malvinas.
Londres, Reino Unido – En sus declaraciones, Doughty calificó estas analogías como «poco útiles» y reiteró la postura inamovible del Reino Unido respecto a la soberanía de dichos territorios y el compromiso con sus habitantes.
El intercambio en el Parlamento ocurrió dentro del contexto de las negociaciones en curso entre el Reino Unido y el Gobierno de Mauricio sobre el futuro del archipiélago de Chagos. En virtud de un reciente acuerdo, Londres aceptó transferir la soberanía de las islas a Mauricio, mientras que la base militar en Diego García, un enclave estratégico en el océano Índico operado conjuntamente por fuerzas británicas y estadounidenses, permanecerá bajo control militar. Este pacto ha suscitado interrogantes sobre el posible impacto en otros territorios británicos en disputa histórica, como las Islas Malvinas.
Durante la sesión parlamentaria, Doughty respondió directamente a los cuestionamientos de la secretaria de Estado, Priti Patel, y destacó que las situaciones de Gibraltar y las Malvinas son ampliamente distintas a la del archipiélago de Chagos. Subrayó que los residentes de dichos territorios «están cansados de las especulaciones» y aseguró que el Gobierno británico no cederá su posición sobre la soberanía ni negociará su autodeterminación. Además, insistió en que cualquier decisión respecto a los Territorios de Ultramar se mantendrá alineada con los intereses y deseos de sus comunidades locales.
Firmeza en la disputa por las Islas Malvinas
En paralelo a estas declaraciones, queda en evidencia que la política del Reino Unido también busca reforzar su presencia en las Islas Malvinas, especialmente frente a los reiterados reclamos de soberanía por parte de Argentina. A pesar de las resoluciones internacionales que instan al diálogo bilateral, Londres mantiene una postura cerrada y se aleja de cualquier señal de negociación sobre el estatus del archipiélago. En este contexto, altos funcionarios del gobierno británico han reiterado en diversas ocasiones que consideran a las Malvinas parte integral de su territorio, una afirmación que tensa aún más las relaciones diplomáticas entre ambos países.
El acuerdo respecto a las Chagos y la postura reafirmada sobre las Malvinas han avivado las preocupaciones de sectores tanto locales como internacionales, que ven en estas decisiones elementos de una estrategia más amplia del Reino Unido para consolidar su control sobre territorios cuya soberanía está en disputa o bajo revisión. Mientras tanto, desde Buenos Aires se mantiene la exigencia de reanudar las negociaciones sobre las Malvinas, un pedido que Londres sigue ignorando, reafirmando continuamente el derecho de los isleños a la autodeterminación como base de su postura oficial.
En la actualidad, el Reino Unido enfrenta un complejo panorama respecto a sus Territorios de Ultramar, donde cuestiones como las Chagos reavivan temores sobre posibles precedentes en otros contextos. Sin embargo, la posición oficial de Londres sigue siendo firme: rechazar cualquier comparación y reiterar su control sobre estas áreas estratégicas, sosteniendo que nada comprometerá la soberanía ni los intereses de su nación en el escenario internacional.
Referencias: BBC, The Times
