China revela un sistema de guía para torpedos con Inteligencia Artificial capaz de distinguir submarinos reales de señuelos con una precisión superior al 92%. Esta tecnología, que utiliza redes neuronales, podría transformar radicalmente la guerra submarina, haciendo ineficaces las tácticas de camuflaje modernas.
PEKÍN, CHINA – En un avance tecnológico que podría alterar fundamentalmente la guerra submarina, investigadores chinos han desvelado un sofisticado sistema de guía para torpedos potenciado por Inteligencia Artificial (IA). Esta innovadora capacidad permitiría a los torpedos diferenciar con una fiabilidad asombrosa entre submarinos auténticos y los señuelos diseñados para confundirlos, una distinción que hasta ahora ha representado un desafío formidable en el combate naval moderno.

Desarrollado conjuntamente por el Departamento de Armamento de la Armada del Ejército Popular de Liberación (EPL) y la Corporación Estatal de Construcción Naval de China, las primeras pruebas de este sistema arrojan resultados impactantes.
Según un estudio detallado publicado en la revista china Command Control & Simulation, la tecnología ha demostrado una capacidad para identificar objetivos reales frente a la proliferación de señuelos con una precisión media del 92,2 por ciento. De implementarse operativamente, esta mejora podría anular una creciente serie de tácticas de ocultación submarina, incluyendo ilusiones acústicas y despliegues de enjambres de señuelos.
Las profundidades oceánicas son un teatro de operaciones complejo, donde la detección de objetivos legítimos se ve constantemente obstaculizada por la proliferación de señuelos avanzados y un entorno lleno de ruido, perturbaciones y señales engañosas.
Los sistemas de guía de torpedos tradicionales, especialmente aquellos diseñados para operar a velocidades extremas (como los torpedos supercavitantes tipo el ruso VA-111 Shkval o modelos estadounidenses análogos), han luchado históricamente para discernir blancos genuinos de las falsas alarmas. Esta deficiencia es crítica, ya que un torpedo que impacta un señuelo es un recurso malgastado y una oportunidad perdida.
Los investigadores chinos afirman que su nuevo enfoque de IA cierra esta brecha crítica. Las tasas de detección, que antes oscilaban en torno al 61%, han sido elevadas a más del 80%, incluso contra los señuelos más sofisticados. Esta confiabilidad sin precedentes cobra una relevancia crucial en el contexto de misiones autónomas, donde la intervención humana puede ser imposible o inviable, y la decisión de atacar debe basarse en la certeza absoluta del objetivo.
La base de este avance tecnológico reside en una comprensión profunda de cómo los señuelos interactúan con el entorno submarino. Los científicos modelaron meticulosamente el comportamiento de los señuelos, prestando especial atención a las burbujas, la turbulencia y los patrones de colapso que generan. Esta información fue introducida en una red generativa antagónica (GAN), un tipo de arquitectura de aprendizaje automático donde dos inteligencias artificiales se enfrentan: una crea firmas de sonar falsas, y la otra aprende a detectarlas, perfeccionando así sus capacidades de discernimiento.
El sistema final utiliza una red neuronal que se inspira en técnicas de reconocimiento de imágenes. Al analizar los datos del sonar en «instantáneas» espectrales, la IA es capaz de aislar anomalías y filtrar el ruido ambiental, identificando con precisión los objetivos reales en tiempo casi real. Este proceso de aprendizaje rápido y adaptación constante lo distingue de generaciones anteriores de sistemas de orientación.
Este desarrollo no solo representa una mejora incremental, sino una capacidad disruptiva en el panorama de la guerra naval. La habilidad de los torpedos chinos para superar el engaño podría redefinir las estrategias defensivas submarinas y subrayar la importancia del dominio tecnológico en el ámbito de la seguridad y la defensa a nivel global.
Referencias: Command Control & Simulation, SCMP