La Unión Europea (UE) avanza en la creación de un centro de seguridad marítima en el Mar Negro, una iniciativa estratégica para proteger infraestructuras críticas como cables submarinos de comunicaciones y neutralizar las amenazas de Rusia en la región. El proyecto busca reforzar la cooperación con Ucrania, Georgia, Moldavia, Turquía, Armenia y Azerbaiyán.

BRUSELAS, UNIÓN EUROPEA – En una maniobra de profundo calado estratégico, la Unión Europea ha desvelado sus intenciones de establecer un centro de seguridad marítima en la volátil región del Mar Negro. Esta iniciativa, que busca ser un contrapeso directo a la influencia de Rusia, tiene como objetivo primordial la salvaguarda de infraestructuras submarinas críticas, tales como los vitales cables de comunicación que yacen en las profundidades marinas.

El proyecto contempla una ambiciosa colaboración con naciones ribereñas y cercanas, incluyendo a Ucrania, Armenia, Azerbaiyán, Turquía, Georgia y Moldavia, tejiendo una red de cooperación en una zona de creciente tensión. La decisión emerge en un contexto marcado por la persistente agresión rusa contra Ucrania, donde Moscú ha intensificado sus ataques contra puertos y rutas marítimas ucranianas. Adicionalmente, la utilización por parte de Rusia de una «flota fantasma» de petroleros vetustos para eludir las sanciones occidentales en el transporte de su crudo, ha encendido las alarmas tanto por los riesgos para la seguridad marítima como por las potenciales catástrofes ambientales.

La alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, este miércoles en Bruselas.

Fue Kaja Kallas, figura prominente en la diplomacia europea (referida en la fuente original como «jefa de Asuntos Exteriores de la UE», aunque su rol es Primera Ministra de Estonia, lo que subraya la implicación de los Estados miembros en esta estrategia), quien anunció recientemente este plan en Bruselas. Según documentos estratégicos, el centro propuesto está diseñado para elevar el conocimiento situacional y se concentrará en el intercambio fluido de información entre los socios. Esto incluiría capacidades de monitoreo en tiempo real desde el espacio y un sistema robusto de alerta temprana frente a amenazas potenciales y otras actividades sospechosas en la cuenca del Mar Negro.

Kallas enfatizó que la iniciativa también contribuirá al fortalecimiento de la infraestructura regional y a la mejora de la movilidad militar, asegurando que tanto equipos como personal puedan desplegarse con celeridad allí donde la situación lo requiera. No obstante, el proyecto se encuentra aún en una fase seminal, con interrogantes clave pendientes de resolución, como la ubicación exacta del centro, la lista definitiva de países participantes y, crucialmente, los mecanismos y fuentes de asignación de los recursos financieros necesarios para su materialización.

El panorama geopolítico del Mar Negro presenta un equilibrio delicado y complejo. Si bien la mayoría de las naciones de la región, con la excepción de Rusia, mantienen relaciones constructivas con la UE, cada una navega con sus propias agendas e intereses. Ucrania y Moldavia aspiran activamente a la adhesión a la UE, mientras que Georgia y Turquía son candidatos formales, aunque sus procesos de integración se encuentran actualmente en una fase de estancamiento. Armenia, por su parte, ha mostrado un acercamiento progresivo hacia el bloque comunitario, y Azerbaiyán mantiene una relación intrincada tanto con la UE como con Rusia.

Turquía emerge como un actor particularmente influyente. Siendo miembro de la OTAN y una potencia regional con peso propio, Ankara, según Stefan Meister, director del Centro para el Orden y la Gobernanza en Europa del Este, Rusia y Asia Central del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP), juega un papel ambivalente. Busca mantener su alianza con la OTAN sin provocar abiertamente a Moscú, al que considera una amenaza para su seguridad. Así, mientras apoya a Ucrania y condena la anexión rusa de Crimea, Ankara también ha sabido capitalizar las sanciones occidentales, adquiriendo recursos rusos y beneficiándose del comercio con Ucrania. Meister subraya que Ankara tiene un interés estratégico en limitar la presencia de Estados Unidos y otros miembros de la OTAN en el Mar Negro.

Para Meister, el Mar Negro se erige como un espacio neurálgico para la seguridad europea y es absolutamente vital para la conectividad estratégica con regiones adyacentes como el Cáucaso Sur, el Mar Caspio, Oriente Medio y Asia Central.

La Comisión Europea ha indicado que el próximo paso será convocar una reunión de ministros de los Estados miembros de la UE y de los países que comparten litoral en el Mar Negro. El objetivo de este encuentro será debatir en profundidad cómo materializar esta propuesta, sentando las bases para lo que podría ser una transformación significativa del paradigma de seguridad en una de las fronteras más sensibles de Europa.

Referencias: Defense News, Euronews