Primer Ministro de Libia pide la alineación de las milicias ante el creciente caos en Trípoli
El primer ministro de Libia, Abdulhamid Dbeibah, ha lanzado un llamado urgentente a los grupos armados del país para que se alineen con las instituciones estatales. Este mensaje, emitido en un discurso televisado, llega después de una serie de enfrentamientos mortales en Trípoli que han sacudido a la capital y generado un clima de tensión política.

El primer ministro de Libia, Abdulhamid Dbeibah, ha lanzado un llamado urgentente a los grupos armados del país para que se alineen con las instituciones estatales. Este mensaje, emitido en un discurso televisado, llega después de una serie de enfrentamientos mortales en Trípoli que han sacudido a la capital y generado un clima de tensión política.
Trípoli, Libia – El primer ministro Abdulhamid Dbeibah, líder del Gobierno de Unidad Nacional (GUN) respaldado por la ONU, hizo un llamado urgente a las facciones armadas para que se integren a las instituciones estatales, tras días de enfrentamientos mortales en la capital libia y protestas que exigen su renuncia. En un discurso televisado, Dbeibah advirtió: «Daremos la bienvenida a quienes apoyen al Estado, pero no toleraremos el chantaje ni la corrupción».
Los combates, que han dejado al menos ocho muertos según la ONU, enfrentaron a la Brigada 444 —leal al gobierno— contra grupos como la fuerza Radaa, que domina sectores estratégicos del este de la capital. El detonante fue el asesinato de Abdelghani al-Kikli, líder del Aparato de Apoyo y Estabilidad (SSA), por parte de la Brigada 444.
Dbeibah acusó a Radaa y otras milicias de «controlar el panorama político, económico y social», citando casos como el del sobrino de Kikli, quien habría «ejecutado fríamente a 10 personas», y de Ousama Al Masri Nejim, buscado por la Corte Penal Internacional por tortura y violación. «Por primera vez, Libia puede esperar liberarse de estas milicias», afirmó, prometiendo «eliminar a los que priorizan la violencia sobre el Estado».

A pesar de sus declaraciones, miles de manifestantes tomaron las calles de Trípoli, exigiendo la renuncia de Dbeibah tras los combates. Las protestas escalaron hasta la Plaza de los Mártires, donde un agente de policía fue asesinado por atacantes no identificados mientras custodiaba la sede gubernamental.
La crisis política se agravó con la renuncia de seis ministros y viceministros —aunque solo dos la confirmaron— y el respaldo de consejos municipales a las protestas. Khaled al-Mishri, jefe del Alto Consejo de Estado, anunció conversaciones con el Parlamento con sede en el este —controlado por el rival Khalifa Haftar— para designar un nuevo gobierno.
Mientras Dbeibah buscaba consolidar su posición con reuniones con ancianos tribales y una delegación de Misrata —su ciudad natal—, Turquía, su principal aliado, evacuó a 82 ciudadanos, señal del riesgo latente.
Libia sigue dividida: al oeste, el GUN de Dbeibah; al este, la administración paralela de Haftar. Tras una década de caos post-Gadafi, el país enfrenta un nuevo ciclo de violencia mientras el gobierno intenta, sin éxito claro, desmantelar el poder de las milicias.
¿Podrá Dbeibah imponer la autoridad estatal, o el caos marcará el futuro de Libia? La respuesta dependerá de si las palabras se traducen en acciones —y de si las facciones armadas aceptan ceder su poder.
Referencias: Al-jazeera, Saba News