Taiwán acusa por primera vez a un capitán chino de sabotaje a un cable submarino
Aumento de las tensiones en el Estrecho de Taiwán, luego que las autoridades taiwanesas han procesado al capitán de un buque chino por presuntamente cortar de manera deliberada un cable submarino crítico que conecta la isla principal de Taiwán con las islas periféricas de Penghu.

Aumento de las tensiones en el Estrecho de Taiwán, luego que las autoridades taiwanesas han procesado al capitán de un buque chino por presuntamente cortar de manera deliberada un cable submarino crítico que conecta la isla principal de Taiwán con las islas periféricas de Penghu.
TAIPÉI, TAIWÁN – En un precedente sin igual, las autoridades taiwanesas han llevado ante la justicia a un capitán de carguero de origen chino, acusándolo de perpetrar un incidente que vulnera la infraestructura crítica de comunicaciones de la isla. Según la Fiscalía del Distrito de Tainan, el caso implica el sabotaje deliberado de un cable submarino esencial que conecta la isla principal de Taiwán con las islas periféricas de Penghu, un espacio vital para las telecomunicaciones y la seguridad regional.
El hecho, que tuvo lugar entre el 22 y el 25 de febrero, ha sido catalogado como un acto intencional. El buque implicado, el Hong Tai, tiene bandera de Togo, pero estaba bajo el mando de una tripulación completamente china. Durante ese lapso, la embarcación fue detectada en una zona restringida cercana al distrito de Beimen, área que cuenta con claras regulaciones para proteger los cables submarinos estratégicos del archipiélago.
De acuerdo con la investigación, el capitán, identificado como Wang, ordenó a sus tripulantes que descendieran el ancla para posteriormente arrastrarla en movimientos en zigzag directamente sobre el cable Nº 3 Taiwán-Penghu, una conexión crucial para el transporte de señales telefónicas e internet entre estas islas. Cabe destacar que esta infraestructura, ubicada aproximadamente a 9 kilómetros de la costa de Tainan, se encuentra en un área designada por las autoridades como de prohibido fondeo. Sin embargo, y a pesar de las evidencias que señalan que los sistemas de navegación del barco identificaban la posición exacta del cable, la maniobra continuó hasta que el cable fue interrumpido.
El 25 de febrero, poco después de la medianoche, la Guardia Costera de Taiwán recibió un aviso sobre la presencia del Hong Tai en la zona de exclusión. Apenas una hora más tarde, a las 3:24 a.m., la compañía Chunghwa Telecom informó que el cable mencionado había sido severamente dañado, dejándolo completamente fuera de servicio. Ante la emergencia, el buque fue interceptado y remolcado al puerto de Anping, donde tanto el capitán como los siete miembros de la tripulación fueron sometidos a interrogatorios.

Wang, el capitán al mando, ha negado en todo momento las acusaciones, mientras que hasta el momento se ha negado a revelar quién es el propietario del barco o si recibió órdenes específicas para realizar este acto de sabotaje. Investigaciones adicionales revelaron que Wang ya había ingresado a Taiwán con documentos falsificados a través del puerto de Keelung y carecía de una residencia fija en la isla, lo que aumentó los temores de posible fuga. Por ese motivo, un tribunal aprobó una solicitud para su detención inmediata.
Wang enfrenta serias penas legales bajo la Ley de Gestión de Telecomunicaciones de Taiwán, que contempla hasta siete años de prisión y multas que pueden ascender a los 307,000 dólares estadounidenses por afectar infraestructura de comunicaciones crítica. Hasta el momento, no se han presentado cargos formales contra los siete tripulantes restantes, aunque permanecen bajo estrictas restricciones de viaje y son monitoreados electrónicamente mientras se finalizan los trámites para su futura deportación.
Para Taiwán, este caso representa no solo un impacto en las telecomunicaciones del país, sino también un desafío geopolítico en un contexto ya tensado por incidentes recurrentes y una creciente actividad china cerca de sus fronteras.
Este no es un caso aislado. En lo que va de 2025, se han registrado al menos cinco incidentes similares de daños a cables submarinos, un aumento alarmante en comparación con los tres casos anuales registrados en los años anteriores. Autoridades taiwanesas han vinculado estos eventos a una lista negra de aproximadamente 100 barcos, que aunque registrados bajo banderas de terceros países, guardan vínculos significativos con China. La recurrencia de estos sucesos coincide con episodios de creciente hostilidad regional, incluido el aumento de ejercicios militares chinos en las cercanías de la isla.
En un incidente paralelo ocurrido en el mes de enero, otro buque relacionado con China fue señalado como sospechoso de causar daños a otro cable frente a la costa norte de Taiwán. Aunque el propietario negó la implicación, la frecuencia de estos eventos ha reforzado la percepción de que las infraestructuras críticas taiwanesas podrían estar siendo objeto de una campaña de presión indirecta, un patrón que coincide con las operaciones de intimidación militar y económica que Taiwán ha denunciado frecuentemente en foros internacionales.

Solo la semana pasada, el Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán informó sobre la presencia simultánea de 21 aviones militares chinos y un grupo de buques de guerra realizando ejercicios de combate cerca del estrecho de Taiwán, un claro mensaje de fuerza en medio de la persistente disputa de soberanía en la región.
La protección de cables submarinos y otras infraestructuras clave se ha convertido en una prioridad creciente para el gobierno de Taiwán, que ya trabaja en coordinación con sus aliados internacionales para endurecer las medidas de vigilancia y establecer protocolos de respuesta inmediata ante futuros incidentes.
El proceso judicial contra Wang se perfila como un caso emblemático que podría establecer importantes precedentes sobre la seguridad marítima y la protección de infraestructura estratégica en la región Asia-Pacífico. Taiwán ha dejado claro que no tolerará acciones que comprometan su soberanía y la seguridad de sus ciudadanos, mientras las tensiones con China continúan escalando en múltiples frentes.
Este caso refleja no solo los riesgos inherentes a los conflictos en zonas marítimas estratégicas, sino también la complejidad de los desafíos contemporáneos en el contexto de la competencia geopolítica global.
Referencias: Reuters, Taiwan News