3 de septiembre de 2025

Japón y EE.UU. refuerzan su cooperación submarina ante la creciente tensión en Asia-Pacífico

Estados Unidos y Japón consolidan su alianza naval con un ejercicio submarino frente a Yokosuka. La operación refuerza la interoperabilidad ante crecientes tensiones en Asia-Pacífico y proyecta el compromiso conjunto con la estabilidad y la seguridad marítima regional.

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YOKOSUKA, JAPÓN – El 12 de julio de 2025, en una señal clara del compromiso estratégico entre Washington y Tokio, las armadas de Estados Unidos y Japón llevaron a cabo una operación submarina conjunta en aguas clave del Pacífico occidental, fortaleciendo su capacidad de disuasión frente al aumento de las tensiones en el Indo-Pacífico.

El ejercicio, denominado SUBEX 25-1, se desarrolló durante dos días en alta mar frente a la base naval de Yokosuka, una zona considerada de vital importancia estratégica para la proyección de fuerza naval en Asia. Participaron el USS Santa Fe (SSN-763), un submarino nuclear de ataque rápido clase Los Ángeles, y una unidad de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón (JMSDF), en lo que se definió como una operación de interoperabilidad táctica en entornos submarinos complejos.

Presencia permanente y compromiso regional

El USS Santa Fe, con base en San Diego y adscrito al Escuadrón de Submarinos 11, se encuentra bajo el mando operativo del Grupo de Submarinos 7 (CSG-7), responsable de coordinar las fuerzas submarinas estadounidenses desplegadas en el Pacífico occidental, el Océano Índico y el Mar Arábigo. Este despliegue reafirma la presencia constante de EE. UU. en la región para garantizar la estabilidad marítima, la libertad de navegación y el respaldo a aliados estratégicos.

En declaraciones posteriores al ejercicio, el contralmirante Lincoln Reifsteck, comandante del CSG-7, subrayó la importancia de estas operaciones bilaterales como un componente esencial del enfoque compartido para asegurar la paz en el Indo-Pacífico. “La colaboración con la fuerza submarina japonesa es profunda, profesional y esencial. Estas operaciones conjuntas mejoran nuestras capacidades compartidas y envían un mensaje inequívoco sobre nuestra unidad estratégica”, señaló.

El USS Santa Fe: precisión, sigilo y capacidad ofensiva

En servicio desde 1994, el USS Santa Fe es una plataforma de guerra submarina altamente sofisticada. Impulsado por un reactor nuclear S6G de uranio enriquecido, cuenta con una autonomía operativa prácticamente ilimitada, limitada solo por las necesidades de tripulación y logística. Puede superar los 20 nudos en inmersión y desplazarse silenciosamente a lo largo de zonas de alta sensibilidad geopolítica.

Con una dotación de 110 tripulantes, el Santa Fe está armado con torpedos pesados Mk48 ADCAP, misiles de crucero Tomahawk con un alcance de más de 1.700 millas náuticas, y misiles antibuque Harpoon. Además, posee capacidad para desplegar minas navales inteligentes y cuenta con sistemas de detección y guerra electrónica avanzados como el BSY-1/BQQ-10 y el receptor de radar WLR-8.

Torpedos pesados Mk48 ADCAP.
Interoperabilidad en foco

El eje central del SUBEX 25-1 fue profundizar la coordinación táctica y técnica entre ambas fuerzas submarinas. Durante el ejercicio, se realizaron maniobras conjuntas orientadas a perfeccionar los protocolos de comunicación, los sistemas de rastreo mutuo y la simulación de escenarios de combate y sigilo. Estas prácticas son consideradas esenciales en un entorno geopolítico caracterizado por la actividad militar creciente de potencias regionales como China y Corea del Norte.

Cada maniobra compartida afina nuestras respuestas conjuntas, y fortalece los cimientos de una disuasión efectiva”, explicó una fuente militar estadounidense bajo condición de anonimato. Tokio y Washington llevan a cabo docenas de operaciones conjuntas anualmente, que incluyen desde simulacros antisubmarinos hasta ejercicios de patrullaje estratégico y vigilancia electrónica.

Un frente marítimo sólido ante una región en tensión

El fortalecimiento de la cooperación submarina no es aislado: forma parte de una estrategia integral de seguridad regional, en la que ambos países buscan reforzar sus capacidades conjuntas ante desafíos crecientes en el Mar de China Meridional, el estrecho de Taiwán y las rutas comerciales internacionales.

La alianza entre Japón y Estados Unidos —sustentada en acuerdos bilaterales, valores democráticos y defensa colectiva— ha cobrado renovada fuerza en medio de un aumento sostenido de la actividad militar china, incluidos ejercicios navales masivos, presencia aérea en zonas disputadas y expansión de capacidades navales de largo alcance.

Una señal clara de determinación compartida

La realización del SUBEX 25-1 no sólo refuerza la operatividad conjunta, sino que también envía un mensaje disuasivo a quienes desafían el statu quo marítimo en el Indo-Pacífico. La presencia del USS Santa Fe, operando en perfecta coordinación con unidades japonesas, es una muestra tangible del compromiso con un orden marítimo libre, seguro y basado en reglas.

En tiempos de incertidumbre regional, la cooperación silenciosa bajo el mar cobra un protagonismo estratégico cada vez más relevante. Y en este tablero, la alianza entre Estados Unidos y Japón sigue demostrando que su fuerza va más allá de lo simbólico: se traduce en capacidades concretas, entrenamientos reales y una vigilancia constante del equilibrio geopolítico en Asia.

Fuentes: Hankyoreh, Yonhap