Imágenes satelitales confirman nueva base naval de submarinos nucleares

Recientes imágenes satelitales han expuesto una base naval china previamente desconocida en Qingdao, ubicada en una posición clave con acceso al Mar Amarillo, el Mar de China Oriental y el Mar de Japón. La instalación alberga al menos seis submarinos nucleares operativos, marcando un hito en la expansión marítima del Ejército Popular de Liberación (EPL).

PEKÍN, CHINAUn análisis detallado de imágenes satelitales de alta resolución ha sacado a la luz la existencia y plena operatividad de una base naval china hasta ahora desconocida en gran medida, estratégicamente situada en Qingdao. Este hallazgo confirma el despliegue de una flotilla significativa de submarinos nucleares, marcando una nueva y preocupante fase en la expansión marítima de la Armada del Ejército Popular de Liberación (AEPL) en la vital región del Indo-Pacífico.

La instalación, con acceso directo al Mar Amarillo, el Mar de China Oriental y el Mar de Japón, alberga al menos seis submarinos de propulsión nuclear en actividad. Según los análisis de las imágenes, la composición incluye dos unidades de la clase Tipo 091dos de la más moderna clase Tipo 093A (ambas de ataque con armamento convencional), un submarino no identificado y el veterano Tipo 092, un submarino de misiles balísticos que está siendo gradualmente reemplazado por el avanzado Tipo 094. Esta combinación subraya una capacidad operativa diversa y en plena modernización.

Esta base en Qingdao no es un puesto avanzado aislado; emerge como un nodo central en la ambiciosa estrategia de Beijing para consolidar una armada de ‘aguas azules’, capaz de operar sostenidamente en alta mar, lejos de sus costas. Este despliegue evidencia la intención china de ir más allá de la mera defensa costera, buscando activamente la proyección de poder naval a lo largo del eje Indo-Pacífico. Las rutas marítimas críticas, la denominada tercera cadena de islas, e incluso el Océano Índico y las proximidades de Australia, se perfilan como teatros de operación potenciales para estas unidades.

El descubrimiento ha encendido las alarmas entre observadores occidentales. Robert Clark, representante del Comité para la Libertad en Hong Kong, advierte que este desarrollo “refuerza la ambición de China de aumentar su capacidad nuclear y dominar las líneas estratégicas de comunicación marítima”. En una línea similar, Luke De Pulford, de la Alianza Interparlamentaria sobre China, calificó la situación como “el mayor rearme militar de la historia moderna”, lamentando la aparente complacencia del mundo democrático ante esta escalada.

Las preocupaciones se ven amplificadas por las proyecciones de inteligencia. Fuentes estadounidenses estiman que la flota submarina china crecerá de los 60-65 submarinos actuales a cerca de 80 para el año 2035. La combinación de unidades de propulsión nuclear y diésel-eléctrica avanzada permite a Beijing perfeccionar una estrategia de segunda respuesta nuclear, asegurando una capacidad de represalia devastadora incluso tras un hipotético primer ataque.

Este avance submarino no ocurre en el vacío. Coincide con un incremento notable de la actividad militar china en la región, tal como reportó recientemente el Ministerio de Defensa de Taiwán, que detectó 34 aeronaves y seis buques de guerra del EPL operando en las inmediaciones de la isla, sumándose a recientes ejercicios de fuego real en el estrecho y a simulacros defensivos por parte de Taipéi.

La revelación de la base de Qingdao y su dotación submarina representa, por tanto, un indicador tangible y preocupante de la creciente sofisticación y alcance del poder naval chino, con implicaciones directas para la estabilidad y el equilibrio de poder en el Indo-Pacífico.

Referencias: Reuters, United States Naval Institute


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