EE.UU. despliega submarinos nucleares tras declaraciones del ex-presidente ruso Medvédev
Estados Unidos desplegó dos submarinos nucleares clase Virginia hacia ubicaciones no reveladas, en respuesta a amenazas rusas calificadas como “incendiarias”. La operación busca reafirmar presencia estratégica y enviar una señal disuasiva ante posibles escaladas del Kremlin.

WASHINGTON D.C., ESTADOS UNIDOS – La administración del presidente Donald J. Trump ordenó el envío inmediato de dos submarinos de ataque clase Virginia con armamento nuclear táctico hacia zonas geoestratégicas aún no reveladas públicamente, en lo que constituye una de las maniobras de disuasión más sensibles desde el inicio de su segundo mandato.
La decisión fue anunciada el 2 de agosto de 2025, en respuesta directa a las declaraciones del exmandatario ruso Dmitri Medvédev, quien advirtió sobre un “uso legítimo de armas nucleares tácticas” si la OTAN persiste en su respaldo a Ucrania y sus despliegues navales en el mar Báltico. Trump calificó dichas afirmaciones como “insensatas, incendiarias y carentes de todo sentido estratégico”.
“Los Estados Unidos no se dejarán chantajear ni por amenazas verbales ni por fantasmas del pasado”, afirmó Trump desde el Despacho Oval. “Hemos activado elementos disuasivos avanzados para garantizar que ninguna potencia, por arrogante que sea, subestime nuestra determinación”.

Unidades designadas: USS Texas y USS Indiana
Según fuentes del Pentágono citadas por Defense One, las unidades involucradas en esta operación son el USS Texas (SSN-775) y el USS Indiana (SSN-789), ambos submarinos de la clase Virginia. Estas plataformas están diseñadas para misiones de proyección nuclear táctica, guerra antisubmarina, inteligencia encubierta y sabotaje costero.
Ambos submarinos están equipados con misiles de crucero Tomahawk con ojivas nucleares W80, con alcance superior a los 1.600 km, y pueden permanecer sumergidos por más de 70 días, operando con sistemas de sigilo extremo que los convierten en activos casi imposibles de detectar.
Las fuentes indicaron que uno de los submarinos estaría navegando ya en el mar de Barents, en proximidad indirecta a la Flota del Norte rusa, mientras que el segundo habría iniciado patrullas en el Pacífico Occidental, en una zona de interés estratégico compartido con China.
Objetivo: reafirmar disuasión y proteger rutas aliadas
El despliegue tiene como objetivo inmediato mostrar capacidad de respuesta creíble, al tiempo que garantiza la seguridad de los aliados de EE.UU. en Europa del Este y el Indo-Pacífico. En simultáneo, el Comando Estratégico de EE.UU. (STRATCOM) elevó su nivel de alerta disuasiva convencional, aunque sin modificar su postura nuclear oficial, según confirmaron funcionarios del Departamento de Defensa.
Analistas de la Naval War College señalan que el despliegue de unidades de esta clase es una respuesta de precisión simbólica y operativa, que permite flexibilidad política sin requerir una escalada abierta. Además, el uso de submarinos de ataque, y no portamisiles balísticos (SSBN), muestra que la administración busca mantener la confrontación en el plano táctico y no doctrinal.

Duración y contexto de la operación
Aunque el gobierno estadounidense no ha informado la duración del despliegue, se estima que ambas unidades operarán en patrullas de hasta 90 días, con posibilidad de rotación o refuerzo por otras plataformas del Comando de Fuerzas Submarinas (COMSUBFOR).
El anuncio de Trump se produjo pocas horas después de que se conociera el despliegue de bombarderos estratégicos rusos Tu-160 sobre el mar de Noruega, maniobra que, según el Kremlin, fue “una muestra rutinaria de vigilancia aérea”. Sin embargo, altos funcionarios del Pentágono ven en esta acción un claro intento de recomponer la imagen de fuerza nuclear rusa tras meses de sanciones y derrotas simbólicas en Ucrania.
Estrategia en curso: presión sin provocación directa
Washington ha insistido en que la maniobra no representa una preparación para un conflicto armado, sino una respuesta disuasiva proporcional a lo que la Casa Blanca definió como “narrativas de intimidación provenientes de círculos irresponsables del poder ruso”.
“No se trata de amenazar. Se trata de dejar claro que Estados Unidos no tolerará juegos peligrosos con armas nucleares”, dijo en conferencia el asesor de seguridad nacional Keith Kellogg.
En un tablero global saturado de declaraciones hostiles, el submarino —invisible, silencioso y letal— reaparece como la herramienta más poderosa para hablar sin hablar, para disuadir sin provocar, y para marcar una línea que no debe cruzarse.
Fuentes: Defense One, The Washington Post