Australia extiende la vida operativa de los submarinos Collins ante incertidumbre del calendario AUKUS
Australia asegura la plena capacidad de la clase Collins hasta bien entrada la década de 2030 mediante extensiones de contrato con Thales y BAE Systems, reforzando su disuasión submarina y preservando su soberanía industrial frente a un panorama estratégico regional cada vez más tenso.

Adelaida, Australia — El 8 de agosto, el gobierno australiano ha formalizado dos extensiones contractuales de alto valor estratégico destinadas a garantizar que los seis submarinos diésel-eléctricos de la clase Collins de la Marina Real Australiana mantengan su máxima operatividad hasta la llegada de los futuros submarinos de propulsión nuclear bajo el programa AUKUS. Los acuerdos, anunciados por BAE Systems y Thales Australia, buscan blindar la capacidad de disuasión submarina del país en un contexto de creciente competencia marítima en el Indopacífico.
El contrato principal, adjudicado a Thales Australia por 178 millones de dólares australianos, extiende durante cinco años el soporte integral y la actualización del sistema de sonar Scylla, que combina capacidades pasivas y activas, integración con sistemas de gestión de combate y un sonar de conjunto remolcado de diseño soberano. Este mantenimiento incluye mejoras de capacidad, gestión de obsolescencia y fabricación de componentes críticos, asegurando que la clase Collins mantenga una capacidad de detección y seguimiento submarino de primer orden.

Paralelamente, BAE Systems Australia ha recibido una prórroga de cinco años, valorada en 89 millones de dólares australianos, para el mantenimiento y soporte de los 16 sistemas de periscopio instalados en los seis submarinos. Las labores se realizarán en las instalaciones de Mawson Lakes (Australia Meridional) y en la base naval HMAS Stirling (Australia Occidental), incluyendo servicios de ingeniería, logística y gestión de programas.
La decisión del gobierno responde a una realidad estratégica ineludible: el calendario de entrega de los futuros submarinos nucleares SSN-AUKUS, derivados de diseños británicos y estadounidenses, sigue expuesto a posibles retrasos. Factores como la saturación de astilleros en Reino Unido y Estados Unidos, las restricciones presupuestarias o cambios en las prioridades políticas podrían posponer las entregas más allá de la primera mitad de la década de 2030. En este escenario, una reducción de la capacidad submarina australiana crearía un vacío crítico en un entorno marítimo caracterizado por la expansión acelerada de la flota de alta mar china, el aumento de patrullas submarinas regionales y la intensificación de las disputas territoriales en el Mar de China Meridional.
Desde el punto de vista operativo, la clase Collins sigue siendo una de las plataformas diésel-eléctricas más capaces del mundo. Con un desplazamiento sumergido de 3.400 toneladas, un alcance superior a 11.000 millas náuticas y la capacidad de patrullar durante 70 días, sus características de sigilo y sensores avanzados le permiten operar de forma encubierta tanto en aguas litorales como en mar abierto. Su armamento principal —torpedos pesados Mk 48 Mod 7 CBASS y misiles antibuque UGM-84C Sub-Harpoon— le otorga un alcance de ataque considerable contra submarinos, buques de superficie y, en configuración de minado, contra rutas marítimas estratégicas.

Para Canberra, mantener esta capacidad operativa es tanto un imperativo militar como un compromiso con la soberanía industrial. Al extender estos contratos con empresas de base nacional como Thales y BAE Systems, Australia garantiza que las competencias críticas en mantenimiento submarino se preserven en territorio propio, evitando dependencias logísticas externas y sosteniendo cientos de empleos altamente cualificados en Australia Meridional y Australia Occidental.
La medida también proyecta un mensaje claro a socios y competidores: Australia está dispuesta a sostener una presencia submarina creíble mientras moderniza su flota hacia la propulsión nuclear. En un entorno donde la superioridad en guerra submarina puede definir el equilibrio estratégico regional, mantener la clase Collins plenamente operativa no es solo una decisión de defensa, sino un pilar de la política exterior australiana en el Indopacífico.
Fuentes: Departamento de Defensa de Australia, BAE Systems Australia