La Armada Francesa ha desplegado con éxito una avanzada fuerza de drones marítimos y aéreos desde su buque BSAM Garonne en el Mar Báltico. Esta operación, enmarcada en un ejercicio de la OTAN, ha validado la integración de estas tecnologías autónomas para la vigilancia y protección de infraestructuras críticas.
PARÍS, FRANCIA – En las del Mar Báltico, la Armada Francesa ha ejecutado una demostración de fuerza tecnológica que redefine el futuro de las operaciones navales. Entre el 5 y el 20 de junio, el buque de apoyo y asistencia metropolitano (BSAM) Garonne se convirtió en el epicentro de un ambicioso ejercicio experimental de la OTAN, proyectando una capacidad de vigilancia sin precedentes mediante la integración sinérgica de un completo ecosistema de drones.
La misión, enmarcada en los preparativos para el ejercicio Dynamic Messenger 2025 y bajo la supervisión de la Task Force X de la OTAN —una unidad de élite centrada en la innovación y la protección de infraestructuras marítimas críticas—, no fue una simple prueba. Constituyó una declaración de intenciones, validando en un entorno multinacional complejo cómo los sistemas autónomos pueden multiplicar la eficacia de una fuerza naval.
El Garonne, un buque de 70 metros de eslora y 2.950 toneladas de desplazamiento con base en Brest, demostró ser mucho más que una simple plataforma de apoyo. Su diseño modular y versátil se reveló como un auténtico «buque nodriza» para la guerra del futuro, desplegando y coordinando un enjambre de vehículos no tripulados desarrollados por la más puntera industria de defensa francesa.
A bordo del buque, se orquestó el despliegue de tres vehículos de superficie no tripulados (USV) y un dron aéreo (UAV), cada uno con capacidades especializadas, pintando un cuadro completo del dominio marítimo.

El primero en entrar en escena fue el MAGELLAN USV600, una creación del astillero Couach. Esta embarcación de seis metros, construida en un resistente compuesto de carbono y Kevlar, destaca por su sistema de propulsión híbrido diésel-eléctrico. Esta característica le permite operar durante cinco días a baja velocidad con una firma acústica reducida, una capacidad crucial para misiones de inteligencia y guerra electrónica sin ser detectado. Su alta modularidad y capacidad de carga lo convierten en una herramienta versátil para el reconocimiento discreto.
Junto a él operó el Beluga, desarrollado por SeaOwl Technology. Este USV incorpora una de las joyas de la corona tecnológica: la plataforma de transmisión de vídeo en tiempo real FireLight™. Este sistema garantiza comunicaciones de vídeo encriptadas y de baja latencia incluso en entornos de conectividad degradada, una ventaja táctica decisiva para la supervisión de infraestructuras críticas o misiones de rescate en condiciones adversas.
El tercer pilar de la fuerza de superficie fue el Seaquest-S, una plataforma de 9,3 metros desarrollada por Sirehna, filial del gigante Naval Group. Diseñado para la acción rápida, este USV puede alcanzar los 35 nudos y posee un impresionante alcance de 530 millas náuticas. Su arquitectura abierta le permite ser lanzado desde el buque nodriza sin modificaciones y adaptarse a múltiples roles, desde la identificación de objetivos hasta la vigilancia de amplias zonas marítimas.
Completando el espectro operativo desde el aire, el dron HP30 de Diodon proporcionó los «ojos en el cielo». Este UAV, con un diseño único inflable e impermeable, puede estar operativo en menos de un minuto. Con un peso inferior a 2 kg, ofrece 30 minutos de autonomía y un alcance de tres millas, siendo una herramienta idónea para el reconocimiento inmediato, tanto diurno como nocturno, en entornos marítimos hostiles o espacios confinados.
Este despliegue en el Báltico no es un hecho aislado, sino la culminación de un esfuerzo sostenido de Francia y la OTAN por mantenerse a la vanguardia tecnológica. Al fusionar las capacidades industriales nacionales con los activos navales operativos, la misión del Garonne ha servido para validar y evolucionar los conceptos operativos de los sistemas no tripulados, demostrando que el futuro de la seguridad marítima ya está navegando en nuestras aguas.
Referencias: Ministerio de Defensa francés, Mer et Marine