31 de julio de 2025

Estados Unidos impulsa su flota autónoma con embarcaciones modulares de ataque

La Armada de EE. UU. avanza con el programa MASC, una iniciativa estratégica para incorporar buques no tripulados modulares a su flota de superficie. Estas embarcaciones permitirán transportar armamento, operar en red y ampliar la capacidad naval sin requerir tripulación directa.

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Washington D.C., ESTADOS UNIDOS – En un paso decisivo hacia la integración de plataformas autónomas en su flota de superficie, la Armada de los Estados Unidos ha lanzado oficialmente el programa Modular Attack Surface Craft (MASC). Coordinado por la Oficina del Programa de Sistemas Marítimos No Tripulados (PMS 406), este ambicioso proyecto busca incorporar hasta tres tipos diferentes de buques de superficie no tripulados (USV), diseñados para operar de manera autónoma o bajo control remoto en misiones de gran alcance.

La iniciativa nace como culminación de años de pruebas y prototipos, muchos de ellos bajo los programas Ghost Fleet Overlord y Sea Hunter. El objetivo: contar con plataformas modulares capaces de transportar cargas útiles en contenedores estándar ISO, permitiendo desplegar desde sistemas de misiles como el SM-6 hasta capacidades antisubmarinas avanzadas.

Los primeros 2 representantes de las naves autónomas enviadas a Hawái forman parte de la denominada Ghost Fleet o Flota Fantasma. En particular, se trata de las embarcaciones Ranger y Nomad desarrolladas directamente por el Pentágono estadounidense dentro de su Oficina de Capacidades Estratégicas – El Español.
Una arquitectura abierta, modular y operativa en 18 meses

El programa pone énfasis en diseños no exclusivos, basados en estándares comerciales. Esto permitiría a múltiples astilleros participar en la construcción, mantenimiento y evolución de los buques, garantizando flexibilidad y escalabilidad. Las primeras entregas están previstas en menos de 18 meses desde la adjudicación de contratos de prototipo.

Las embarcaciones deberán ser capaces de interoperar con el resto de la flota, navegar de forma autónoma en condiciones marítimas adversas (hasta estado de mar 5) y llevar a bordo sistemas sofisticados sin comprometer la maniobrabilidad ni la firma electromagnética.

Tres tipos de embarcaciones, múltiples escenarios de combate

El MASC Uno, o variante básica, transportará dos contenedores ISO de 40 pies y tendrá una autonomía de 2.500 millas náuticas, manteniendo una velocidad sostenida de 25 nudos. Su configuración lo hace ideal para misiones de transporte de armas, sensores o apoyo logístico.

El MASC Dos ampliará esa capacidad con cuatro contenedores ISO, ofreciendo espacio para hasta 64 misiles Evolved Sea Sparrow (ESSM) o 16 misiles de crucero Tomahawk, gracias al uso del Sistema de Entrega de Carga Útil Mark 70 (PDS Mk 70), ya probado en ejercicios anteriores por el USV Ranger.

El MASC Tres, de carga única, está diseñado con fines más específicos: transportará un contenedor ISO de 20 pies y probablemente estará equipado con capacidades antisubmarinas, como conjuntos de sensores remolcados o lanzadores de torpedos del tipo “Liberator”.

Más allá del diseño: un ecosistema de operación no tripulada

El programa va más allá de las plataformas. Busca también crear una infraestructura digital para coordinar, controlar y mantener múltiples USV desde Unidades de Control a Flote (UCA). Este enfoque se ve reflejado en la reciente creación del Destacamento Chimera Charlie, parte del Escuadrón de Buques de Superficie No Tripulados (USVRON Uno), encargado de operar directamente los futuros buques MASC.

Chimera Charlie se suma a las unidades Alpha y Bravo, que ya operan los prototipos Sea Hawk, Sea Hunter, Mariner y Ranger, como parte de un ecosistema creciente de sistemas navales no tripulados en la Armada de EE.UU.

De la experimentación a la doctrina

El programa MASC condensa más de una década de avances en autonomía naval, desde los primeros esfuerzos de DARPA con el ACTUV, hasta la madurez tecnológica alcanzada por la Ghost Fleet Overlord. Esta última demostró la capacidad de los USV para disparar misiles desde contenedores, operar durante semanas sin tripulación y ser integrados en ejercicios complejos como Pacific Dragon 24, donde un SM-3 antibalístico fue lanzado desde un PDS Mk 70 a bordo de un buque no tripulado.

La Armada estadounidense considera que el momento de pasar del laboratorio a la operación ha llegado. Con soluciones maduras, estándares abiertos y misiones específicas claramente definidas, el programa MASC podría marcar un punto de inflexión en la transición hacia una flota más dispersa, letal y resiliente, lista para enfrentar desafíos en teatros como el Indo-Pacífico.

Fuentes: The War Zone, Defense News