El Cuerpo de Marines de los Estados Unidos (USMC) está explorando innovadoras soluciones tecnológicas con el objetivo de apoyar a las fuerzas logísticas desplegadas en zonas remotas y garantizar el suministro rápido de recursos, el USMC está apostando por vehículos no tripulados (UUV, UAV y USV) como herramientas clave para su estrategia militar.
WASHINGTON D.C., ESTADOS UNIDOS – Ante la creciente posibilidad de un conflicto a gran escala en el Indo-Pacífico y el desafío logístico sin precedentes que ello representa, el Cuerpo de Marines de Estados Unidos (USMC) está volviendo su mirada hacia una flota de sistemas no tripulados – buques de superficie (USV), vehículos aéreos (UAV) y submarinos (UUV) – como clave para mantener operativas a sus fuerzas en la vanguardia. La institución busca redefinir el suministro y el apoyo en un entorno donde las líneas tradicionales de abastecimiento podrían estar bajo constante amenaza.
La vasta extensión marítima del Indo-Pacífico presenta un escenario complejo para cualquier operación militar a gran escala. Un potencial enfrentamiento con una potencia como la República Popular China (RPC) exigiría la entrega rápida y segura de equipos, suministros y personal a unidades dispersas a lo largo de miles de kilómetros de océano e islas. Esta es una tarea logística de una dificultad monumental, no vista en décadas, comparada por algunos con las campañas de salto de isla libradas por Estados Unidos contra Japón en la Segunda Guerra Mundial.
Expertos en defensa advierten sobre las vulnerabilidades inherentes a las cadenas de suministro tradicionales en dicho entorno. Mark Cancian, coronel retirado del USMC con 30 años de servicio y actualmente miembro senior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), subraya que la estrategia estadounidense en un escenario de «logística disputada» estará marcada por la «vulnerabilidad» de los activos y la «necesidad de escoltas» para protegerlos. Su análisis se basa en la participación en extensos juegos de guerra simulando un conflicto con la RPC por Taiwán.

“Estados Unidos se rige por dos principios: la vulnerabilidad y la necesidad de escoltas en un entorno de logística disputada”.
Mark Cancian, investigador principal del CSIS.
Como elemento anfibio de vanguardia de la Armada, el USMC jugará un papel crítico en la proyección de poder estadounidense en el Indo-Pacífico. Para sortear los riesgos de la logística tradicional bajo fuego, donde los buques y aeronaves tripulados son blancos potenciales, la institución está explorando activamente el uso extensivo de USV, UAV y UUV. El objetivo central, según Cathy Close, portavoz de Desarrollo e Integración de Combate del USMC, es «minimizar el riesgo humano» en las maniobras operativas/tácticas, la movilidad táctica y el sostenimiento táctico de las fuerzas avanzadas.
Esta estrategia operativa busca establecer múltiples puntos de distribución, desde los futuros Buques de Desembarco Medianos (LSM) – se planean adquirir entre 18 y 35, el primero de ellos recientemente bautizado como USS McClung – hasta sistemas desplegados a nivel de unidad. Todos estos activos se integrarían en una Red de Posicionamiento Global (GPN) vía satélite, asegurando una comunicación ágil y resiliente. Los sistemas no tripulados serán empleados para transportar y entregar todo tipo de suministros, desde municiones y combustible hasta alimentos y piezas de repuesto. El USMC busca activamente diseños que sean «asequibles, atractivos y capaces de brindar sostenimiento efectivo» a las fuerzas en operación.

Este enfoque marca un contraste significativo con las operaciones logísticas convencionales, que dependen fuertemente de plataformas tripuladas y líneas de suministro aseguradas por personal. La reciente y prolongada misión del grupo de ataque del portaaviones USS Eisenhower en el Mar Rojo, sosteniendo sus operaciones con tránsitos regulares desde bases regionales, subrayó tanto la capacidad como la vulnerabilidad inherente al depender de activos tradicionales en zonas de combate.
La experimentación es clave en esta transición. El Laboratorio de Guerra del Cuerpo de Marines (MCWL) ya evalúa activamente varios prototipos de sistemas no tripulados. Entre ellos se destacan:
- El Buque Autónomo de Perfil Bajo (ALPV): Un sistema de entrega logística semisumergible, diseñado para operar cerca de la costa y reconfigurable para transportar diferentes tipos de carga. El MCWL ha adquirido dos unidades y planea experimentar con ellos hasta 2027, habiendo demostrado sus capacidades en ejercicios como el Proyecto Convergencia PC-C4.
- El Buque de Reconocimiento Autónomo Global (GARC): Un USV de 16 pies que busca aumentar la capacidad de la flota, proporcionando a los comandantes una mayor gama de opciones tácticas y estratégicas. Actualmente participa en experimentos para validar sus roles en reconocimiento multimisión y logística disputada.
- El Sistema de Aeronaves No Tripuladas de Reabastecimiento Táctico (TRUAS): A diferencia de muchos drones operados manualmente, el TRUAS es altamente automatizado, utilizando navegación por puntos de referencia para planificar su misión y entregar suministros aéreos.
Estos experimentos, como el Proyecto Convergencia, son vitales para evaluar la viabilidad y efectividad de estos sistemas no tripulados en condiciones realistas. Al apostar por la autonomía y la reducción de la presencia humana en las tareas de suministro, el USMC se adapta a los desafíos del siglo XXI. La logística disputada en el Indo-Pacífico no es solo un problema de distancia, sino de supervivencia. La capacidad de abastecer a las fuerzas de manera distribuida, ágil y con menor exposición al riesgo, utilizando USV, UAV y UUV, se perfila como un pilar fundamental de la estrategia de los Marines para operar y prevalecer en el complejo escenario de la vanguardia del Pacífico.
Referencias: Armada de los Estados Unidos, CSIS