China ha revelado oficialmente el vehículo marítimo no tripulado más rápido e inteligente del mundo: la “Ballena Azul”. Este sumergible híbrido, capaz de operar tanto en la superficie como bajo el agua, fue presentado el pasado 28 de abril en la ciudad costera de Zhuhai.

PEKÍN, CHINA – En un avance tecnológico sin precedentes, China ha presentado la «Ballena Azul», el primer vehículo marino no tripulado del mundo capaz de operar a alta velocidad en superficie y sumergirse para misiones prolongadas, impulsado por inteligencia artificial avanzada. Este desarrollo, liderado por Zhuhai Yunzhou Tech y la Academia China de Ciencias, redefine los límites de la exploración oceánica y la seguridad marítima.

Con 11 metros de eslora y un desplazamiento de 12 toneladas, el Blue Whale combina la agilidad de un torpedero con la resistencia de un submarino. En superficie, alcanza 36 nudos (equivalente a destructores navales), mientras que bajo el agua desciende hasta 60 metros y permanece en modo suspendido más de 30 días. Su capacidad para evitar tifones de categoría 12 (vientos superiores a 130 km/h) lo convierte en una herramienta crítica para operaciones en condiciones extremas.

La clave de su versatilidad radica en su sistema de propulsión híbrido: alterna entre chorros de agua de alta velocidad y propulsión por fluido magnético, todo ello envuelto en un revestimiento furtivo que minimiza el ruido. «Su diseño acústico lo hace prácticamente indetectable, ideal para monitoreo sigiloso o inspección de infraestructura submarina», explicó Wu Guosong, ingeniero jefe del proyecto.

El buque integra algoritmos de aprendizaje profundo que le permiten:

  • Planificar rutas dinámicas evitando obstáculos.
  • Ajustar misiones en tiempo real según condiciones ambientales.
  • Triplicar la eficiencia frente a sistemas manuales, según pruebas en el Mar de China Meridional, donde cartografió 3.000 km² de lecho marino en 15 días (cinco veces más rápido que métodos tradicionales).

Además, su carga modular admite más de 20 herramientas especializadas, desde sensores meteorológicos hasta cámaras de alta resolución, ampliando su uso en:

  • Investigación climática: lanza cohetes al ojo de tifones para recopilar datos.
  • Conservación marina: detecta mareas rojas, migración de peces o blanqueamiento de corales.
  • Seguridad crítica: inspección de cables submarinos o plataformas petroleras.

Aunque promocionado como plataforma civil, expertos señalan su potencial de doble uso. «Su autonomía y sigilo podrían adaptarse para vigilancia militar o contramedidas antisubmarinas«, advierte un analista occidental bajo anonimato. Chen Dake, académico de la Academia China de Ciencias, subrayó que el proyecto —iniciado en junio de 2024— refleja el avance de China hacia la autosuficiencia tecnológica marina.

Actualmente, el Blue Whale enfrenta pruebas finales de sistemas y amarre, con expectativa de operatividad total para 2026. Su llegada no solo consolida a China como líder en innovación oceánica, sino que plantea un nuevo estándar en la carrera por el dominio submarino.

Referencias: Zhuhai Yunzhou Tech, CCTV