Rusia llevó a cabo una operación militar de gran envergadura en el mar Mediterráneo, encabezado por la Armada rusa y las Fuerzas Aeroespaciales del país, incluyó el estreno de misiles hipersónicos Tsirkon en un escenario táctico.Rusia llevó a cabo una operación militar de gran envergadura en el mar Mediterráneo, encabezado por la Armada rusa y las Fuerzas Aeroespaciales del país, incluyó el estreno de misiles hipersónicos Tsirkon en un escenario táctico.

Moscú, Rusia – En una demostración de fuerza y capacidad tecnológica, las Fuerzas Armadas de Rusia llevaron a cabo una serie de ejercicios militares en el Mar Mediterráneo que incluyeron el lanzamiento de misiles avanzados, entre ellos el hipersónico 3M22 Tsirkon. Estas maniobras, comunicadas por el Ministerio de Defensa ruso el pasado 3 de diciembre, marcaron un nuevo capítulo en el despliegue estratégico de su armamento, bajo un marco internacional caracterizado por tensiones geopolíticas y una compleja redistribución de fuerzas en el escenario global.

Los ejercicios, realizados en conjunto por unidades navales, aéreas y terrestres, incluyeron la participación de fragatas de clase avanzada, submarinos diésel-eléctricos y sistemas de misiles costeros. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, la fragata «Almirante Gorshkov» y su contrapartida, la «Almirante Golovko», ambas del proyecto 22350, lideraron las maniobras lanzando misiles Tsirkon, mientras que el submarino «Novorossiysk» disparó un misil de crucero Kalibr hacia un objetivo marítimo previamente designado. Desde tierra, los sistemas de misiles costeros Bastion añadieron su poderío al ejercicio con el lanzamiento del 3M55 Onyx, un misil supersónico de eficiencia comprobada.

Potencial estratégico en movimiento

Estas pruebas forman parte de una iniciativa que trasciende las simples demostraciones técnicas. En un contexto en el que Rusia busca responder a múltiples desafíos en diversas regiones, los ejercicios en el Mediterráneo reflejan un doble propósito: fortalecer la cohesión táctica de sus fuerzas y enviar un mensaje claro sobre su capacidad de operar en zonas de alta sensibilidad internacional.

Los recientes lanzamientos, que se realizaron en un área no detallada oficialmente pero presumiblemente cercana a la costa siria, alcanzaron con éxito sus objetivos, que incluían barcazas modificadas para simular condiciones de combate. Con un contingente de más de 1.000 militares, una docena de buques de guerra y embarcaciones de apoyo y 24 aeronaves, las maniobras fueron supervisadas directamente por el comandante en jefe de la Armada rusa, el almirante Aleksandr Moiseev.

Entre las aeronaves destacadas se identificaron los afamados cazas MiG-31I, aunque fuentes independientes sugieren que podría tratarse más específicamente de los MiG-31K equipados con misiles hipersónicos Kinzhal, una de las armas más destacadas del arsenal ruso. Este tipo de despliegue es revelador no solo de la capacidad combativa de estas unidades, sino de la interoperabilidad entre las fuerzas navales y aeroespaciales rusas.

El Tsirkon: una joya tecnológica en evolución

El misil hipersónico 3M22 Tsirkon ha sido uno de los protagonistas indiscutibles de estas maniobras. Reconocido por su capacidad para alcanzar velocidades hipersónicas de hasta Ma=7,5 (unos 9.000 km/h), el Tsirkon se distingue por su rendimiento letal y su capacidad de eludir sistemas de defensa antimisiles convencionales. Equipado con tecnología avanzada que le permite operar a altitudes elevadas y en condiciones atmosféricas extremas, el misil es capaz de realizar ataques con alta precisión en un rango de operación significativo.

Si bien las autoridades rusas han exaltado las capacidades técnicas del Tsirkon, afirmando que puede alcanzar velocidades de hasta Ma=9, informes independientes provenientes de Ucrania, basados en restos analizados tras su uso en otros escenarios de combate, sugieren que estas cifras podrían estar por debajo de lo anunciado oficialmente. No obstante, su impacto en el campo de batalla y su contribución al desarrollo de las capacidades de ataque rusas son innegables. En su fase final, el Tsirkon alcanza niveles de velocidad que hacen que sea enormemente difícil de interceptar, incluso para los sistemas de defensa más avanzados como el MBDA Aster 30 B1N.

El 3M22 Tsirkon, desarrollado por el consorcio NPO Mashinostroyeniya, representa un pilar fundamental en la nueva estrategia rusa de disuasión y defensa. Desde diciembre de 2023, los misiles Tsirkon comenzaron a incorporarse oficialmente en todas las unidades navales compatibles, incluyendo fragatas del proyecto 22350, submarinos nucleares de la clase Yasien y plataformas terrestres adaptadas como los lanzadores Bastion.

Más allá de los ejercicios: la base de Tartus y el Mediterráneo en disputa

En paralelo a las maniobras militares, numerosos observadores internacionales señalan que el aparente «entrenamiento» podría encubrir un movimiento más profundo: el repliegue estratégico de las fuerzas rusas desde la base naval en Tartus, Siria. Ante la adversa situación en varios frentes, la retirada por etapas desde Tartus estaría siendo disimulada como parte de un ciclo operativo rutinario, diseñado cuidadosamente para evitar percepciones de debilidad o derrota.

Esta instalación, una de las piedras angulares de la proyección militar rusa en el Mediterráneo, ha desempeñado un papel clave en las operaciones de Moscú desde el inicio de su intervención en Siria en 2015. Sin embargo, las cambiantes dinámicas en la región, junto con la presión internacional y el desgaste operativo, podrían haber forzado cierta reconsideración estratégica por parte del Kremlin.

Un Mediterráneo en transformación

Los ejercicios liderados por Rusia ponen de manifiesto no solo la intención de reafirmar su presencia en el Mediterráneo, sino también el renovado interés en consolidar su posición en un escenario crítico para las rutas comerciales, los intereses energéticos y la estabilidad de múltiples frentes. Con la incorporación de armas avanzadas como el misil Tsirkon, se abre una nueva era en la competencia militar en esta región, donde actores como Estados Unidos u otras potencias de la OTAN observan de cerca los movimientos rusos.

En un mundo donde las tensiones en múltiples regiones –desde Europa del Este hasta el Indo-Pacífico– afectan las estrategias globales de defensa, maniobras como estas son testimonios de un juego de poder cada vez más complejo. Mientras el Mediterráneo sigue siendo un eje estratégico de competencia, ejercicios como los realizados por Rusia subrayan que ninguna potencia está dispuesta a renunciar al dominio en una de las áreas geopolíticas más disputadas del planeta.

Referencias: Armada de Rusia, RT


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *