Un hecho alarmante sacudió las aguas internacionales próximas al estrecho de Gibraltar. El carguero ruso Ursa Major, operado por la controvertida empresa de defensa Oboronlogistika, se hundió de forma repentina tras un incidente que su propietario ha catalogado como un «ataque terrorista».


Moscú, Rusia – El siniestro, que dejó un saldo de 14 tripulantes rescatados y dos aún desaparecidos, genera múltiples interrogantes en medio de un contexto geopolítico tenso y la sombra de las sanciones internacionales impuestas sobre Rusia.

Detalles del incidente

Según los datos preliminares proporcionados, el episodio se desencadenó entre las 10:50 y las 12:30 horas del lunes, cuando una explosión sacudió la sala de máquinas del carguero. El incidente parece no haber sido aislado, ya que según declaraciones emitidas por el propietario del buque, se registraron hasta tres explosiones consecutivas en el costado de estribor y la popa, lo que desencadenó un fuego descontrolado y causó el rápido hundimiento de la nave.

Un video capturado por un transeúnte mostró al Ursa Major inclinado hacia estribor en sus últimos minutos en la superficie, aunque informes adicionales apuntan que la embarcación alcanzó una escora de hasta 25 grados hacia el lado contrario antes de desaparecer por completo bajo el agua. Pese a la intervención inmediata de un patrullero de la Armada española, el buque de Salvamento Marítimo Clara Campoamor y el carguero ruso Sparta, los esfuerzos no fueron suficientes para evitar la tragedia completa.

El misterio de la carga y el itinerario

El Ursa Major, un pequeño carguero RORO diseñado para transportar cargas pesadas, partía con un destino declarado hacia Vladivostok. Sin embargo, analistas marítimos han señalado serias dudas sobre esta versión, poniendo en tela de juicio la verdadera intención de su travesía. La nave transportaba dos grúas sobre orugas como carga principal, junto con 129 contenedores vacíos. Estas grúas, señalan los expertos, podrían tener un uso estratégico en las operaciones logísticas del ejército ruso, especialmente en un contexto en el que Moscú ha comenzado una retirada parcial de sus tropas estacionadas en Siria y ha clausurado la base naval que mantenía en Tartus.

«Es probable que el destino real del buque estuviera conectado con actividades logísticas relacionadas con la reubicación de equipos y personal militar. El próximo puerto de operaciones ruso podría ser clave para entender la ruta del Ursa Major«, afirmó un analista consultado en condición de anonimato. La embarcación tiene una historia documentada de múltiples viajes entre Crimea y Tartus, rutas que han sido sujetas a escrutinio internacional por su papel en el suministro de recursos a las fuerzas rusas.

El Ursa Major estaba operado por Oboronlogistika, una empresa ampliamente sancionada por Estados Unidos desde 2022, debido a sus vínculos con la infraestructura de defensa rusa. Este historial ha llevado a incrementar las suspicacias sobre el destino y los motivos del carguero en su última misión.

El papel de las sanciones y la seguridad marítima

El hundimiento del Ursa Major ocurre en un momento delicado para Rusia, que enfrenta una creciente presión internacional debido a su política exterior y conflicto en Ucrania. Las sanciones impuestas no solo han limitado el comercio de bienes estratégicos, sino que también han aumentado los riesgos en las operaciones marítimas relacionadas con empresas vinculadas al gobierno ruso.

La declaración emitida por Oboronlogistika, que atribuye el hundimiento a un «ataque terrorista», ha sido recibida con cautela. Si bien Rusia no ha aportado pruebas concluyentes que respalden esta afirmación, tampoco se descarta que la explosión pudiera haber sido consecuencia de sabotajes o incidentes relacionados con minas navales, considerando la creciente inseguridad en aguas internacionales y los riesgos inherentes a las sanciones.

Expertos en seguridad marítima han señalado que el incidente subraya la vulnerabilidad de las operaciones navales en tiempos de crisis geopolítica. «Cuando se opera bajo las restricciones de sanciones, las empresas pueden verse obligadas a depender de rutas alternativas o medidas de seguridad menos óptimas, colocándolas en riesgos adicionales. Ya sean ataques deliberados, accidentes o fallas internas, las investigaciones serán clave para determinar las causas del hundimiento», señaló un especialista en transporte marítimo.

Los rescates y la búsqueda de tripulantes desaparecidos

En el plano humano, continúa la búsqueda de los dos tripulantes desaparecidos en el hundimiento. Las tareas de rescate, lideradas por el equipo de Salvamento Marítimo español, resultaron determinantes para salvar a los 14 marineros restantes que fueron encontrados en medio del caos generado tras la explosión y el naufragio.

Las autoridades marítimas de España y Rusia cooperan en la investigación, aunque los detalles sobre la identidad y eventual recuperación de los desaparecidos permanecen bajo reserva. La colaboración internacional se ha intensificado, pero el silencio de Moscú respecto a detalles técnicos del incidente ha provocado tensiones crecientes.

Conclusión y panorama futuro

El hundimiento del Ursa Major plantea interrogantes trascendentales en varios niveles, desde la seguridad y las posibles amenazas en aguas internacionales hasta la propia naturaleza del cargamento y el propósito de la embarcación en una ruta sospechosa. Más allá de las pérdidas materiales y humanas, el incidente podría convertirse en un catalizador para un mayor escrutinio de las actividades marítimas rusas y la efectividad de las sanciones impuestas.

El mundo espera ahora el resultado de las investigaciones, que podrían revelar si se trató de un acto deliberado, un desafortunado accidente o una señal de los peligros crecientes en un panorama global más fragmentado e inestable. Mientras tanto, el Ursa Major permanece en las profundidades del mar, convertido en un símbolo de las intrigas y tensiones contemporáneas que sacuden el ámbito marítimo internacional.

Referencias: Reuters, Aljazeera