Imágenes satelitales revelan que buques sancionados por EE.UU. arribaron a la terminal ártica de Kamchatka, vinculada al proyecto Arctic LNG 2 de Rusia, lo que sugiere un intento encubierto de reactivar exportaciones de gas pese a las sanciones occidentales.
MOSCÚ, RUSIA – Nuevas imágenes satelitales del programa europeo Sentinel 2 han expuesto un patrón preocupante: al menos dos buques tanque de gas natural licuado (GNL), sancionados por Estados Unidos, fueron detectados en la remota terminal de transbordo de Kamchatka, afiliada al proyecto Arctic LNG 2. Esta actividad, captada en las últimas semanas, reaviva las sospechas de que Rusia busca eludir las restricciones internacionales para mantener su flujo de energía hacia mercados clave.
El proyecto Arctic LNG 2, liderado por la empresa rusa Novatek, había quedado prácticamente paralizado tras las sanciones impuestas por Washington en noviembre de 2023. Estas medidas cortaron el acceso a tecnología y logística occidental, estrangulando su capacidad operativa. Sin embargo, el reciente arribo de buques a Kamchatka —algunos con sus sistemas de rastreo AIS desactivados— sugiere un esquema encubierto para reanudar exportaciones. Expertos señalan que Rusia estaría utilizando flotas sancionadas o «buques fantasmas» para evadir la vigilancia.
Mientras tanto, la Unión Europea prepara su propio golpe: a partir del próximo año, bloqueará el acceso de buques rusos de GNL a puertos europeos y cerrará puntos de transbordo alternativos en países como Bélgica, Francia y España. Esta estrategia busca asfixiar aún más el sector energético ruso, que ha convertido al gas en un arma geopolítica durante el conflicto con Ucrania.
Novatek, el segundo mayor productor de gas en Rusia después de Gazprom, ha sido clave en la expansión del Kremlin en el Ártico, una región con reservas estratégicas de hidrocarburos. La reactivación de Arctic LNG 2, aunque parcial, refleja la determinación de Moscú por mantener su influencia energética pese al aislamiento. Sin embargo, la falta de declaraciones oficiales y la dependencia de imágenes satelitales para confirmar estas operaciones revelan una industria que opera en la opacidad.
El movimiento en Kamchatka no es un hecho aislado, sino parte de un juego de ajedrez global donde Rusia intenta sortear sanciones mientras Occidente cierra filas. La pregunta ahora es si estas maniobras serán suficientes para sostener las exportaciones o si, tarde o temprano, el cerco logístico y financiero terminará por ahogarlas.
Referencias: Euractiv, Escenario Mundial