Tras una explosión masiva en el puerto Shahid Rajaee, ubicado en Bandar Abbas en Irán, que ha dejado un saldo preliminar de 46 muertos y más de 1.000 heridos, el presidente Vladimir Putin ordeno un operativo de emergencia con el envío de dos aeronaves especializadas, equipos de rescate de élite y asistencia humanitaria integral.

MOSCÚ, RUSIA – El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó este jueves el envío inmediato de aviones especializados y equipos de rescate a Irán tras una explosión masiva en el puerto Shahid Rajaee, ubicado en la estratégica provincia de Hormozgan, junto al estrecho de Ormuz. La detonación, atribuida inicialmente a la combustión de materiales químicos, ha dejado un saldo preliminar de 46 muertos y más de 1.000 heridos, según fuentes del Ministerio de Emergencias de Rusia.

El incidente ocurrió en las primeras horas del 26 de abril en el mayor puerto comercial de Irán, un nodo crítico para el comercio global debido a su proximidad con el estrecho de Ormuz, por donde transita el 20% del petróleo mundial. Según los medios estatales iraníes, el fuego comenzó en la zona de contenedores y se propagó con rapidez debido a las altas temperaturas y la presencia de sustancias inflamables, complicando las labores de contención.

Las autoridades iraníes aún investigan las causas exactas, pero la magnitud del desastre ha obligado a una respuesta internacional coordinada. En este contexto, Rusia —aliado clave de Teherán— ha asumido un rol protagónico en las operaciones de auxilio.

En un comunicado oficial, el Kremlin detalló que Putin transmitió sus «más sinceras condolencias» al gobierno iraní y a las familias de las víctimas, subrayando la «disposición total» de Rusia para asistir en la crisis. La ayuda se materializó con el despliegue de dos aeronaves de alto rendimiento:

  1. Un avión anfibio Beriev Be-200: diseñado para extinción de incendios, capaz de cargar 12 toneladas de agua en segundos. Su misión será controlar los focos activos en el puerto.
  2. Un Ilyushin Il-76: avión de transporte militar equipado con suministros médicos, equipos de rescate y personal especializado del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia (EMERCOM).

La Embajada rusa en Teherán confirmó que los equipos ya están en ruta y destacó la importancia de una «colaboración eficiente» con las autoridades iraníes. «El puerto Shahid Rajaee es vital para la economía y la seguridad regional«, señaló un portavoz diplomático.

La explosión ocurre en un momento de creciente tensión en Oriente Medio, donde Irán enfrenta sanciones económicas y presiones diplomáticas. La rápida movilización rusa refuerza los lazos entre Moscú y Teherán, socios en áreas como energía y defensa, y proyecta a Rusia como un actor humanitario clave en crisis globales.

No obstante, los equipos de rescate se enfrentan a desafíos logísticos: las altas temperaturas y los residuos químicos en la zona podrían ralentizar las labores. Además, la cercanía del puerto a instalaciones petroleras ha generado alertas por posibles nuevos incidentes.

Mientras Irán evalúa los daños —que incluyen infraestructura crítica destruida—, la comunidad internacional observa cómo evoluciona esta tragedia en una zona geopolítica sensible. Para Rusia, la operación no solo es un gesto de solidaridad, sino también una demostración de su capacidad de proyección estratégica en escenarios complejos.

Las próximas horas serán cruciales para determinar si el incendio está totalmente controlado y si el número de víctimas aumenta. Por ahora, las imágenes de humo denso sobre el estrecho de Ormuz son un recordatorio de la fragilidad de los enclaves comerciales ante desastres de esta magnitud.

Referencias: Reuters, RT