En un mundo donde el 80% del volumen del comercio internacional y el 70% de su valor dependen del transporte marítimo la seguridad de los buques comerciales se ha convertido en un desafío estratégico. Ante el aumento de amenazas asimétricas, el Pentágono propone una solución: sistemas de escolta no tripulados y semiautónomos bajo el programa Pulling Guard.

WASHINGTON D.C., ESTADOS UNIDOS – El Departamento de Defensa de los Estados Unidos se embarca en una iniciativa transformadora destinada a redefinir la seguridad de las rutas comerciales vitales. Se trata del programa «Pulling Guard», una audaz apuesta por el desarrollo de plataformas de escolta no tripuladas, diseñadas específicamente para proteger a los vulnerables buques comerciales desarmados. El objetivo primordial es contrarrestar las amenazas asimétricas, con un énfasis particular en la neutralización de peligros emergentes como los buques de superficie sin tripulación (USV) hostiles, que representan un desafío creciente para la seguridad naval convencional.

La génesis de «Pulling Guard» reside en la necesidad imperante de encontrar alternativas viables y sostenibles a los métodos de escolta tradicionales. Históricamente, la Armada estadounidense ha recurrido al despliegue de activos de alto valor, como destructores con misiles guiados (DDG) y grupos de ataque de portaaviones (CSG), para asegurar las líneas de comunicación marítimas y los puntos de estrangulamiento críticos. Sin embargo, la expansión de los perfiles de amenazas y una cartera de misiones en constante crecimiento han puesto en jaque la viabilidad a largo plazo de este enfoque. Estos recursos, de por sí costosos y escasamente disponibles, se ven cada vez más demandados en múltiples teatros de operaciones, lo que limita su capacidad para proporcionar una cobertura extensiva y persistente al ingente volumen de tráfico marítimo comercial.

El programa, orquestado por la prestigiosa Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), visiona un futuro donde sistemas autónomos, supervisados remotamente por personal humano a través de conexiones seguras, asumirán un papel protagónico en la salvaguarda del comercio. La plataforma marina concebida para «Pulling Guard» no será un mero observador pasivo; estará equipada con un sofisticado conjunto de sensores y efectores, capaces de detectar, identificar y, si es necesario, neutralizar amenazas. Un pilar fundamental de esta iniciativa es su diseño modular, una característica que permitirá la incorporación fluida de futuras actualizaciones tanto de software como de hardware.

«El enfoque del programa Pulling Guard es la integración y marinización de sensores y efectores existentes en un vehículo, con énfasis en la modularidad tanto en software como en hardware», explicó un portavoz de DARPA. Esta modularidad no es casual, sino que responde a un deseo estratégico de fomentar un ciclo de desarrollo continuo y rápido. Este ciclo permitirá que las plataformas evolucionen en paralelo al surgimiento de nuevas amenazas, adaptándose con agilidad a un entorno de seguridad dinámico. Además, esta flexibilidad inherente facilitará la creación de variantes personalizadas, capaces de cumplir con los requisitos legales o reglamentarios específicos para su posible exportación, ampliando así el mercado total abordable.

La relevancia de esta iniciativa se magnifica al considerar la escala del comercio marítimo. Se estima que el transporte por mar representa aproximadamente el 80 por ciento del volumen y el 70 por ciento del valor del comercio internacional, constituyendo una vital arteria para la economía global. Los buques comerciales, en sus tránsitos intercontinentales, frecuentemente atraviesan puntos de estrangulamiento geográficos –pasajes estrechos como estrechos y canales– que, si bien optimizan las rutas, también los convierten en blancos vulnerables. En tiempos de paz, son susceptibles a ataques de piratas y actores no estatales, mientras que durante conflictos armados, la amenaza se extiende a la acción de Estados-nación hostiles.

A esta vulnerabilidad intrínseca se suma un factor tecnológico disruptivo: la proliferación de tecnología comercial reutilizada. Avances en áreas como el comando y control, la autonomía y la teledetección, que son cada vez más accesibles y asequibles, han reducido significativamente el umbral para la ejecución de amenazas asimétricas sofisticadas. Esto significa que actores con recursos limitados pueden, potencialmente, desafiar la seguridad marítima de formas antes inimaginables.

El creciente tráfico marítimo comercial, sumado a la diversificación de las amenazas, hace que el despliegue masivo de escoltas de combate tradicionales o de sistemas de defensa de largo alcance para proteger cada ruta y cada buque resulte, sencillamente, inviable desde el punto de vista operativo y prohibitivo en términos de costos. «Pulling Guard» emerge, por tanto, como una respuesta pragmática y tecnológicamente avanzada a este complejo dilema.

El desarrollo de «Pulling Guard» se ha concebido como un programa estructurado en dos fases, diseñado para madurar la tecnología desde el concepto hasta su implementación operativa. La fase de desarrollo inicial, con una duración prevista de 18 meses, se concentrará en el desarrollo de las plataformas y los sistemas de sensores por parte de múltiples actores industriales y tecnológicos. Un aviso de solicitud emitido por DARPA subraya que este esfuerzo podría requerir «la participación de varios actores en el desarrollo y acuerdo sobre interfaces (físicas y digitales) y un enfoque de ciclo de diseño iterativo para sistemas maduros desde el concepto hasta la entrega». Esta colaboración es crucial para fomentar la innovación y asegurar la interoperabilidad.

Posteriormente, la segunda fase, que se extenderá por 21 meses, se centrará en la integración de los sistemas, la fabricación de las plataformas y la transición comercial de la tecnología. Este es el punto donde los prototipos y conceptos se materializarán en soluciones operativas listas para ser desplegadas.

Los objetivos del programa «Pulling Guard» son ambiciosos y multifacéticos. En primer lugar, busca proporcionar una solución de escolta rentable para buques comerciales, ofreciendo un nivel de protección comparable o superior al de las grandes escoltas de combate, pero con una fracción del coste. De manera innovadora, se prevé que estas plataformas no tripuladas sean de propiedad comercial y se ofrezcan bajo un modelo contractual de «protección como servicio» (Protection as a Service).

Estos servicios se prestarán en estrecha asociación con el ejército de los EE. UU., inicialmente con la Marina (U.S. Navy). Esta colaboración cívico-militar es clave: aunque las plataformas sean operadas comercialmente, el despliegue de operadores remotos militares será fundamental para la autoridad de participación (Rules of Engagement), la supervisión de las operaciones y la toma de decisiones críticas en escenarios de amenaza.

Una ventaja operativa significativa es que no se requerirá ninguna modificación permanente en el buque protegido. La capacidad de escolta será fácilmente desmontable, permitiendo una rápida asignación y reasignación de los activos no tripulados según las necesidades. En la cadena de mando y toma de decisiones, el capitán del buque comercial estará integrado en el circuito de toma de decisiones, asegurando la coordinación y el conocimiento situacional. No obstante, la plataforma «Pulling Guard» conservará la capacidad de comando y control sobre el buque protegido durante las operaciones de escolta, garantizando una respuesta unificada y eficaz ante cualquier eventualidad.

El programa «Pulling Guard» representa, en definitiva, una visión estratégica y proactiva del Pentágono para enfrentar los desafíos de seguridad marítima del siglo XXI. Al fusionar la innovación tecnológica con nuevos modelos operativos y de colaboración, Estados Unidos busca no solo proteger sus intereses comerciales y los de sus aliados, sino también establecer un nuevo estándar en la preservación de la libertad de navegación y la seguridad del comercio global, un pilar fundamental de la estabilidad y prosperidad internacional.

Referencias: Ministerio de Defensa de los Estados Unidos, DARPA