Astilleros chinos mantienen el ritmo de construcción naval pese a tarifas portuarias de EE.UU.
El dominio de los astilleros chinos en la construcción naval mundial permanece sólido, pese a las nuevas tarifas portuarias impuestas por Estados Unidos. Armadores globales continúan encargando buques en China, reflejando la incapacidad de Washington para frenar su influencia marítima y productiva.

Pekín, China / 26 de septiembre de 2025
La construcción naval china se mantiene como líder mundial a pesar de las tarifas portuarias estadounidenses dirigidas contra buques vinculados a Pekín. Un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), basado en datos de S&P Global, confirma que los astilleros chinos concentraron el 53 % de los pedidos globales de buques por tonelaje en los primeros ocho meses de 2025, nivel similar al de 2023, previo a la investigación marítima de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR).
La medida de Washington, que entrará en vigor el 14 de octubre de 2025, impondrá tarifas portuarias a todo buque construido en China, operado por empresas chinas o bajo su propiedad. Según estimaciones, un portacontenedores con capacidad para más de 10.000 TEUs podría enfrentar pagos superiores a un millón de dólares por escala en puertos estadounidenses, con incrementos anuales previstos hasta 2028.
El autor del informe, Brian Hart, del Proyecto de Energía de China en el CSIS, señaló que “las compañías navieras, en gran medida, siguen adelante con sus negocios habituales”. De hecho, el dominio chino ha crecido de manera sostenida: en 2024 su cuota mundial alcanzó el 73 % de los pedidos por tonelaje, impulsada por contratos firmados antes de la implementación de las restricciones estadounidenses.
La magnitud de la brecha industrial entre ambas potencias es evidente. Mientras China entregó más de 1.000 buques en 2024, incluyendo unidades comerciales y de apoyo militar, Estados Unidos construyó menos de diez, lo que refleja un colapso estructural en la capacidad naval estadounidense. El propio plan de la US Navy para el año fiscal 2025 admitió la necesidad de una revitalización a largo plazo de la industria naval comercial para respaldar la construcción militar.
Las navieras globales continúan apostando por China pese a las sanciones. La suiza MSC, el mayor operador de contenedores del mundo, encargó 12 nuevos buques a astilleros chinos incluso después del anuncio de tarifas en abril. En contraste, líneas como Hapag-Lloyd, Maersk y CMA CGM han comenzado a retirar barcos vinculados a China de las rutas estadounidenses para reducir costos futuros.
El impacto de las tarifas se perfila especialmente severo para COSCO Shipping, la mayor naviera china, que según cálculos de HSBC podría enfrentar 1.500 millones de dólares en tasas portuarias en 2026, la cifra más elevada de la industria.
En paralelo, el presidente Donald Trump ha insistido en la necesidad de revitalizar la industria naval estadounidense y ha buscado alianzas estratégicas con países como Corea del Sur para reducir la dependencia global de los astilleros chinos. Sin embargo, los analistas advierten que el liderazgo chino, respaldado por capacidad productiva masiva, bajos costos y financiamiento estatal, seguirá siendo dominante en el corto y mediano plazo.
La situación refleja que, a pesar de las medidas de Washington, el centro de gravedad de la construcción naval mundial sigue firmemente anclado en China, lo que refuerza su peso estratégico tanto en el comercio global como en la expansión de su poder marítimo.
Fuentes: Reuters, South China Morning Pos