Noruega ha confirmado que mantendrá el suministro de combustible a los buques de la Armada de Estados Unidos, desvinculándose de la postura adoptada por un proveedor privado noruego que anunció un boicot en respuesta a las recientes fricciones entre Washington y Ucrania.
Oslo, Noruega – En un gesto que subraya la solidez de las alianzas estratégicas en el ámbito de la defensa, Noruega ha confirmado que continuará suministrando combustible a los buques de la Armada de Estados Unidos, desmarcándose de la decisión de un proveedor privado que anunció un boicot en respuesta a las recientes tensiones entre Washington y Kiev. El ministro de Defensa noruego, Tore Sandvik, dejó claro que la postura del gobierno no ha variado y que seguirá brindando el apoyo necesario a las fuerzas navales estadounidenses.
La polémica surgió después de que Haltbakk Bunkers, una empresa privada de combustible marino con sede en Noruega, declarara que suspendería el suministro de combustible a los buques militares de EE.UU. La decisión de la compañía fue una reacción directa al tenso encuentro entre el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, y el mandatario estadounidense, Donald Trump, durante la reciente visita del líder ucraniano a la Casa Blanca. En una publicación de Facebook que luego fue eliminada, Haltbakk Bunkers criticó duramente el trato recibido por Zelenskyy, calificándolo de «puñalada por la espalda» y anunciando: «¡No hay combustible para los estadounidenses!».
El director ejecutivo de la empresa, Gunnar Gran, confirmó al periódico noruego VG que la decisión de suspender los suministros al ejército estadounidense era efectiva, aunque admitió que su impacto sería «simbólico», ya que la compañía no tiene un contrato formal con el gobierno de EE.UU. Sin embargo, la medida puso en evidencia cómo las tensiones políticas internacionales pueden tener repercusiones inesperadas en sectores clave como el de la logística militar.
El incidente en la Oficina Oval que desencadenó la polémica se caracterizó por un intercambio acalorado entre Trump y Zelenskyy, en el que el vicepresidente estadounidense, JD Vance, acusó al líder ucraniano de ser «irrespetuoso» por presionar a EE.UU. para que continúe su apoyo a Ucrania. «Señor presidente, con todo respeto, creo que es una falta de respeto que usted venga a la Oficina Oval para intentar litigar esto frente a los medios estadounidenses», dijo Vance. Trump, por su parte, confrontó a Zelenskyy cuando este sugirió que la guerra en Ucrania afectaría a EE.UU. en el futuro, respondiendo: «No sabes eso. No nos digas lo que vamos a sentir».
El enfrentamiento, que duró unos diez minutos, provocó la cancelación de una ceremonia de firma de un acuerdo sobre materiales esenciales y de una conferencia de prensa programada. Zelenskyy abandonó la Casa Blanca poco después, dejando en evidencia las fricciones en la relación bilateral.
Pese a la controversia y al boicot de Haltbakk Bunkers, Noruega ha dejado claro que no comparte la postura de la empresa privada. Sandvik reiteró que las políticas del gobierno noruego no han cambiado y que el país seguirá cumpliendo sus compromisos con EE.UU. como aliado de la OTAN. «Las fuerzas estadounidenses seguirán recibiendo el suministro y el apoyo que necesitan de Noruega», afirmó el ministro de Defensa en un comunicado.
Este episodio pone de relieve la complejidad de las relaciones internacionales en un contexto de creciente polarización política, así como la importancia de mantener alianzas sólidas en materia de defensa y seguridad. Noruega, al reafirmar su compromiso con EE.UU., ha enviado un mensaje claro sobre la estabilidad de su postura estratégica, incluso frente a presiones internas o incidentes diplomáticos que podrían ponerla a prueba.
Referencias: Reuters, AA
