Los Países Bajos anuncian un robusto paquete de ayuda naval de 400 millones de euros para Ucrania. La asistencia, que incluye un centenar de embarcaciones y drones marítimos, busca contrarrestar la creciente amenaza rusa y asegurar las vitales rutas comerciales del Mar Negro.
ÁMSTERDAM, PAÍSES BAJOS – En un gesto de profundo calado estratégico, los Países Bajos han puesto sobre la mesa un nuevo y contundente paquete de asistencia militar para Ucrania, valorado en 400 millones de euros y diseñado específicamente para reforzar su dominio en el crucial teatro de operaciones del Mar Negro. El anuncio, realizado por el ministro de Defensa holandés, Ruben Brekelmans, durante la última reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania en Bruselas, supone un salto cualitativo en el apoyo naval a Kiev.
Este ambicioso programa no se limita a una simple transferencia de material, sino que representa una inversión calculada para dotar a la Armada ucraniana de capacidades de respuesta rápida y asimétrica. El núcleo de la ayuda lo conforman más de 100 embarcaciones de combate, una flota heterogénea que incluye desde lanchas patrulleras rápidas hasta buques adaptados para operaciones especiales. A esto se suma un componente tecnológico clave en la guerra moderna: decenas de drones marítimos, herramientas que han demostrado ser decisivas para desafiar el poder naval ruso en la región.
“Se trata de un paquete fundamental para fortalecer la seguridad marítima de Ucrania”, declaró Brekelmans con firmeza, subrayando la urgencia de la situación. “Observamos que la amenaza rusa en el Mar Negro y el río Dniéper no hace más que aumentar. El puerto de Odesa y las rutas comerciales que lo atraviesan son el motor de la economía ucraniana. Sin una protección adecuada, podría colapsar. Simplemente no podemos permitir que eso ocurra”.

Las palabras del ministro no son casuales. Resaltan una estrategia occidental que entiende que la supervivencia económica de Ucrania está intrínsecamente ligada a su capacidad para mantener abiertas sus vías de exportación marítimas. La donación holandesa, que ya ha comenzado con las primeras entregas y se extenderá hasta 2026, busca precisamente garantizar ese corredor vital.
Más allá del hardware, el compromiso neerlandés abarca la formación de las tripulaciones que operarán estos sistemas. Se destinarán 20 millones de euros adicionales al Centro de Entrenamiento Marítimo Regional, donde los infantes de marina ucranianos reciben instrucción especializada. Este entrenamiento se complementará con el suministro de armas, munición y equipo táctico y personal, asegurando que el personal esté tan preparado como su nuevo equipamiento.
Aunque el Ministerio de Defensa holandés ha mantenido la discreción sobre los modelos exactos de las lanchas patrulleras rápidas, los analistas de defensa ya barajan hipótesis fundadas. La donación se enmarca en una iniciativa europea más amplia, y se suma a los compromisos previos de los Países Bajos, que en marzo de 2024 ya habían prometido 14 lanchas neumáticas semirrígidas (RHIB), 8 patrulleras fluviales y las versátiles lanchas de asalto CB90.
Una de las posibilidades más probables es que parte de este nuevo paquete incluya las embarcaciones FRISC (Fast Raiding, Interception and Special Forces Craft). Los Países Bajos se encuentran actualmente en un proceso de modernización, sustituyendo su flota de FRISC por 13 nuevos interceptores rápidos del programa FFI. La transferencia de las unidades salientes a Ucrania sería un movimiento lógico y eficiente, proporcionando a Kiev una plataforma probada y robusta para misiones de intercepción y operaciones especiales.
Esta ayuda neerlandesa, coordinada con la de otros socios como Suecia que también ha reforzado su contribución con más lanchas CB90, dibuja un claro esfuerzo aliado por equipar a Ucrania con una «flota mosquito»: ágil, letal y tecnológicamente avanzada, capaz de negar el control del mar a una armada numéricamente superior. Un nuevo capítulo en la guerra naval del siglo XXI que se escribe desde los astilleros y despachos de La Haya.
Referencias: Ministerio de Defensa holandés