Los hutíes han lanzado una advertencia categórica contra Israel, exigiendo el levantamiento inmediato de las restricciones humanitarias en Gaza. El líder del grupo, Abdul Malik al-Houthi, ha establecido un ultimátum de cuatro días para reabrir las rutas de ayuda, amenazando con escalar operaciones navales en el estratégico Mar Rojo.
Saná, Yemen – En una posible vuelta a un escalamiento preocupante de las tensiones en el Mar Rojo, los hutíe de Yemen, ha emitido un ultimátum a Israel: si no se levanta el bloqueo que impide la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, reanudarán sus ataques a buques comerciales vinculados a Israel. Este anuncio, realizado por el líder hutí Abdul Malik al-Houthi en un discurso televisado, marca un nuevo capítulo en la crisis humanitaria y geopolítica que afecta a la región.
Los hutíes, designados como grupo terrorista por Estados Unidos, han fijado un plazo de cuatro días, a partir del pasado viernes, para que Israel reabra las rutas de ayuda hacia Gaza. Nasruddin Amer, un alto funcionario hutí, advirtió que, de no cumplirse esta demanda, sus fuerzas militares están «listas para reanudar las operaciones navales» en el Mar Rojo y aguas cercanas. Este anuncio llega en un momento en que las tensiones en Gaza alcanzan niveles críticos, tras la decisión de Israel, el 2 de marzo, de detener los convoyes de ayuda alimentaria internacional como medida de presión sobre Hamás, que mantiene retenidos a 24 rehenes israelíes y los restos de otros 34.
El bloqueo impuesto por Israel ha dejado a cientos de miles de palestinos en Gaza luchando por satisfacer sus necesidades más básicas. La situación se ha agravado tras el corte del suministro eléctrico a la única planta desalinizadora de Gaza, ubicada en Deir el-Balah, que provee agua potable a aproximadamente 600.000 residentes desplazados. Aunque la instalación sigue funcionando con generadores de emergencia y energía solar, la falta de electricidad ha puesto en riesgo su operatividad. Hamás ha acusado a Israel de ejercer un «castigo colectivo» al restringir suministros esenciales como alimentos, agua y electricidad.

Por su parte, Israel ha denunciado que Hamás desvía ayuda humanitaria para financiar sus operaciones militares, una acusación que el grupo palestino ha negado categóricamente. Mientras tanto, las Naciones Unidas han expresado su preocupación por el empeoramiento de la crisis, señalando que las autoridades israelíes han bloqueado repetidamente los intentos de transportar ayuda a través de los cruces fronterizos.
Los hutíes ya han lanzado cientos de ataques con misiles y drones contra buques comerciales desde 2023, apuntando tanto a barcos vinculados a Israel como a fuerzas navales estadounidenses que protegen las rutas marítimas internacionales. Estos ataques han tenido un impacto significativo en el comercio global, aumentando los costos de transporte y seguros, y obligando a muchas compañías navieras a tomar desvíos más largos y costosos.

En enero, el grupo había acordado suspender sus ataques en el Mar Rojo tras un alto el fuego temporal entre Israel y Hamás. Sin embargo, tras el fracaso de las negociaciones, los hutíes han vuelto a amenazar con reiniciar sus operaciones contra el tráfico marítimo. Además, según informes recientes, el grupo estaría en conversaciones con Rusia para adquirir misiles antibuque P-800 Oniks, desarrollados originalmente por ingenieros soviéticos para atacar destructores de la Armada de Estados Unidos. Este movimiento sugiere un esfuerzo por ampliar sus capacidades militares y aumentar su influencia en la región.
Ante las amenazas de los hutíes, Israel ha intensificado sus medidas de seguridad en el Mar Rojo, desplegando sistemas de defensa avanzados y reforzando su presencia naval. El ministro de Energía israelí, Eli Cohen, declaró que Israel utilizaría «todas las herramientas disponibles» para recuperar a los rehenes y debilitar el control de Hamás en Gaza. Esta postura refleja la determinación de Israel de proteger sus intereses estratégicos y garantizar la seguridad de sus ciudadanos.

La situación actual representa un escenario de alta tensión en el que convergen múltiples actores: los hutíes, respaldados por Irán; Hamás, que controla Gaza; Israel, que busca proteger su seguridad nacional; y las potencias globales como Estados Unidos y Rusia, cuyos intereses también están en juego. La crisis humanitaria en Gaza, combinada con las amenazas militares en el Mar Rojo, plantea un desafío complejo para la comunidad internacional.
Si los hutíes cumplen su amenaza de reanudar los ataques, las consecuencias podrían ser devastadoras no solo para la región, sino también para la economía global, que depende en gran medida de las rutas marítimas del Mar Rojo. Mientras tanto, la carrera armamentística y las alianzas estratégicas continúan reconfigurando el panorama geopolítico en Oriente Medio.
En este contexto, la diplomacia internacional y los esfuerzos para encontrar una solución negociada se vuelven más urgentes que nunca. Sin embargo, con las posiciones de los actores clave cada vez más polarizadas, el camino hacia la paz parece incierto y lleno de obstáculos.
Referencias: al-jazeera, The Jerusalem Post