Israel intercepta flotilla de ayuda humanitaria a Gaza y detiene a Greta Thunberg, desatando crisis diplomática
La Armada de Israel interceptó entre el 1 y 2 de octubre un convoy de barcos de ayuda con destino a Gaza, deteniendo a la activista sueca Greta Thunberg y a otros participantes de la Flotilla Global Sumud, lo que desató protestas internacionales y condenas diplomáticas. La misión del la flota consistía en entregar alimentos, medicinas y agua a la población civil de Gaza, devastada tras casi dos años de guerra.

Ciudad de Gaza, Palestina – 2 de octubre de 2025
La intercepción de la Flotilla Global Sumud (GSF) por parte de fuerzas israelíes ha generado una ola de reacciones internacionales que tensiona aún más la guerra en Gaza. La operación naval, llevada a cabo a unas 70 millas náuticas de la costa del enclave, en el que se observo despliegue de un buque de desembarco (INS Komemuit), dos corbetas tipo Sa’ar 6 y seguidos por barcos de la flotilla operada por las fuerzas de ocupación, concluyó con la detención de la activista sueca Greta Thunberg y de centenares de voluntarios de distintos países.
Según Israel, los barcos fueron “detenidos de manera segura” y sus pasajeros trasladados a puertos israelíes. El Ministerio de Asuntos Exteriores alegó que los navíos violaban un bloqueo naval legal, vigente desde hace 18 años, y acusó a los organizadores de buscar “provocación política” más que ayuda humanitaria.

Los participantes de la flotilla, que zarpó de Barcelona el 31 de agosto, aseguraron que su misión consistía en entregar alimentos, medicinas y agua a la población civil de Gaza, devastada tras casi dos años de guerra. La organización GSF denunció que varios barcos fueron embestidos, atacados con cañones de agua e incluso hostigados con drones durante el trayecto.
El episodio ocurre pocos días después de que el presidente estadounidense Donald Trump presentara en Washington un plan de paz de 20 puntos junto al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, lo que subraya el contraste entre la diplomacia oficial y la confrontación en el mar.
La reacción internacional fue inmediata. En gran parte de Europa y Turquía se registraron manifestaciones masivas, mientras que el gobierno turco calificó la intercepción como “acto de terrorismo”. El presidente colombiano Gustavo Petro la definió como un “crimen internacional” y anunció la expulsión de diplomáticos israelíes, además de suspender el acuerdo de libre comercio. Francia, por su parte, exigió a Israel garantizar la seguridad consular de los detenidos.

La flotilla está integrada por más de 500 participantes de diversas nacionalidades, incluidos legisladores europeos, médicos y trabajadores humanitarios. Su misión desafía directamente el prolongado bloqueo marítimo israelí, catalogado por la ONU como una de las principales causas de la crisis humanitaria en Gaza, donde agencias internacionales ya reportan zonas en hambruna provocada por el hombre.
El precedente histórico también añade gravedad al episodio. En 2010, un asalto israelí contra otra flotilla humanitaria dejó diez activistas turcos muertos, lo que derivó en una profunda crisis diplomática con Ankara. El recuerdo de aquel incidente resuena ahora en medio de una escalada bélica y de un bloqueo cuya legalidad sigue siendo disputada en foros internacionales.
Con esta nueva intercepción, Israel reafirma su determinación de mantener el control marítimo sobre Gaza, aun a costa de un creciente aislamiento diplomático. La suerte de los detenidos, incluida Thunberg, y la presión de los gobiernos que los respaldan, marcarán los próximos pasos en un escenario ya saturado de tensiones militares y políticas.
Fuentes: Reuters, CNN, Al-Jazeera