El gobierno guyanés ha acusado a su vecino de violar su soberanía marítima al enviar un buque patrullero de la Armada venezolana. Este se produjo en el Bloque Stabroek, una zona clave para la producción petrolera en alta mar, operada por la multinacional ExxonMobil.
Georgetown, Guyana – En un nuevo capítulo de la larga disputa territorial entre Guyana y Venezuela, el gobierno guyanés ha acusado a Caracas de enviar un buque patrullero naval a sus aguas territoriales, cerca de una instalación petrolera operada por ExxonMobil. El incidente, ocurrido el pasado sábado en el bloque Stabroek, una de las zonas petroleras más importantes del país, ha elevado las tensiones entre ambas naciones y ha generado preocupación en la comunidad internacional.
El presidente de Guyana, Irfaan Ali, confirmó que el buque de la Guardia Costera venezolana fue detectado operando dentro de las aguas internacionalmente reconocidas de su país, acercándose a activos clave de producción de petróleo, incluido el buque flotante de producción, almacenamiento y descarga (FPSO) Prosperity, que produce aproximadamente 222.000 barriles de petróleo diarios.
En respuesta, Guyana convocó al embajador venezolano en Georgetown para presentar una protesta formal y movilizó aeronaves y patrullas de guardacostas para monitorear la situación y garantizar la seguridad de su infraestructura petrolera. El presidente Ali calificó la acción venezolana como una «grave violación de la soberanía» y subrayó que las fronteras marítimas de su país están «reconocidas por el derecho internacional».

Por su parte, el gobierno venezolano negó cualquier irregularidad, argumentando que sus operaciones navales se realizaron en aguas que «siguen en disputa». La vicepresidenta Delcy Rodríguez desestimó las acusaciones de Guyana, calificándolas de «falsas», y criticó la presencia de ExxonMobil en la zona, tildándola de «ilegal».
El bloque Stabroek, desarrollado en asociación con Hess Corporation y CNOOC de China, se ha convertido en un punto focal de la disputa entre ambos países desde que ExxonMobil descubrió grandes reservas de petróleo en 2015. Venezuela ha intentado reafirmar su control sobre la región, emitiendo decretos y haciendo reclamaciones territoriales, lo que ha exacerbado las tensiones.
El incidente ha sido condenado por varias organizaciones internacionales. El Departamento de Estado de Estados Unidos calificó la acción venezolana como «inaceptable» y advirtió que cualquier provocación adicional tendrá «consecuencias para el régimen de Maduro». La Organización de Estados Americanos (OEA) también respaldó a Guyana, reiterando que sus aguas territoriales están «reconocidas internacionalmente».
La disputa entre Guyana y Venezuela se remonta a finales del siglo XIX, cuando una comisión internacional de límites falló a favor de Guyana (entonces Guayana Británica). Sin embargo, Venezuela ha impugnado esa decisión durante más de un siglo, reclamando la región del Esequibo, que abarca aproximadamente el 70% del territorio guyanés.

Las tensiones se intensificaron en enero de 2024, cuando el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció planes para celebrar elecciones en Esequibo, a pesar de una orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que prohíbe a Venezuela interferir en el gobierno de la región hasta que se tome una decisión final. Se espera que la CIJ emita su veredicto el próximo año.
Mientras tanto, Guyana ha llevado el caso ante la CIJ y ha recibido el apoyo de aliados internacionales. El incidente del pasado sábado subraya la fragilidad de la situación en la región y la importancia de una resolución pacífica y basada en el derecho internacional.
En un momento en que el Caribe se enfrenta a desafíos geopolíticos crecientes, la estabilidad de la región depende de la capacidad de ambos países para evitar una escalada que podría tener repercusiones globales.
Referencia: AP News, France 24