Fuerzas israelíes llevaron a cabo ataques aéreos e incursiones militares Latakia, una ciudad portuaria estratégica en el noroeste de Siria, y Daraa, en el sur del país, durante la madrugada del jueves. Estas acciones están generando fuertes reacciones dentro y fuera de la región, elevando las preocupaciones sobre una posible escalada violenta entre Israel y Siria.
Damasco, Siria – Según reportes de medios locales, los ataques intensificaron la presión sobre Latakia, una ciudad clave para la vía comercial marítima de Siria. Las detonaciones alcanzaron áreas cercanas al puerto de Al-Abyad, incluido un depósito de municiones, y una base militar previamente utilizada por la 110ª Brigada Naval. Aunque hasta ahora no se ha confirmado oficialmente el número de víctimas, las autoridades locales están evaluando la magnitud de los daños materiales y el impacto en la infraestructura portuaria.
Latakia, siendo uno de los principales puntos de conexión entre Siria y el resto del mundo, posee una relevancia crítica no solo para la economía de la nación devastada por años de conflicto, sino también como un enclave estratégico en el tablero geopolítico de Oriente Medio. Sin embargo, el Ministerio de Defensa de Siria no ha emitido una declaración formal, lo que deja en el aire muchas preguntas sobre el alcance de las operaciones israelíes de este jueves.

Simultáneamente, en Daraa, una provincia sureña fronteriza con Jordania y los Altos del Golán, Israel llevó a cabo bombardeos aéreos y ataques de artillería en la localidad de Koya. Según informes preliminares, al menos seis personas fallecieron durante la ofensiva. Los funcionarios israelíes han argumentado que las acciones militares respondieron al fuego transfronterizo desde territorio sirio, una declaración que suele estar en el centro de su estrategia de defensa preventiva.
Los detalles del alcance de estos ataques están comenzando a emerger, y varios analistas señalan que los incidentes en Daraa se producen en un contexto de creciente presión militar israelí en las zonas cercanas a los Altos del Golán ocupados. Este territorio, que históricamente fue una zona de amortiguación desmilitarizada según el acuerdo de retirada de 1974, ha estado en el centro de la disputa entre Israel y Siria. Sin embargo, desde la caída del régimen de Bashar al-Assad, Israel ha ampliado su presencia militar en esta región, en lo que ha sido considerado por Damasco como una clara violación de acuerdos internacionales.
En medio de las operaciones, se registraron movimientos de un drone de vigilancia estadounidense MQ-4C Triton, que operaba en las cercanías de la costa siria, según datos de rastreadores aéreos de código abierto. Si bien aún no existe confirmación oficial de la participación activa de Estados Unidos en las acciones de la madrugada, la presencia de este tipo de drones añade un nuevo elemento al incidente, evidenciando la posible coordinación militar o monitoreo internacional de la región.
Esta dinámica se desarrolla en un contexto en el que el gobierno de Joe Biden evalúa relajar ciertas sanciones económicas sobre Siria, con el fin de apoyar la transición liderada por el presidente interino Ahmed al-Sharaa. Dicho enfoque, no obstante, impone estrictos requisitos como la destrucción de armas químicas, la restricción de actividades de combatientes extranjeros en territorio sirio y la colaboración en operaciones antiterroristas. También busca obtener asistencia para localizar a Austin Tice, un periodista estadounidense y exmarine desaparecido en Siria desde hace más de una década.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha sido enfático en justificar estas acciones como parte de una estrategia defensiva para garantizar la seguridad de su país frente a posibles amenazas armamentísticas en Siria. Netanyahu ha señalado que los ataque buscan impedir que grupos armados, posiblemente respaldados por Irán o aliados de Hezbollah, tengan acceso a arsenales avanzados que podrían ser utilizados contra Israel.
Además, el premier ha reiterado su posicionamiento en cuanto a la desmilitarización de las regiones del sur de Siria colindantes con los Altos del Golán, áreas que actualmente están bajo el control de Israel y cuya ocupación sigue siendo un tema de controversia internacional.
Este último enfrentamiento refleja la complejidad del mosaico político y militar de Oriente Medio, evidenciando cómo la situación interna de Siria, marcada por su proceso de reconstrucción tras más de una década de guerra civil, sigue siendo objeto de disputas internacionales y múltiples intereses geoestratégicos.
Mientras tanto, la población civil en Siria —enfrentando años de devastación humanitaria— sigue siendo quien paga el precio más alto de las operaciones militares, los conflictos regionales y las maniobras diplomáticas de las potencias globales. Las preguntas sobre el futuro del país, marcado por innumerables desafíos políticos y económicos, permanecen abiertas mientras la comunidad internacional observa con cautela los riesgos de una escalada mayor en la región.
Referencias: Al-Mayadeen, The Jerusalem Post