Estados Unidos intensifica su ofensiva marítima en el Caribe contra cárteles latinoamericanos
Estados Unidos ha desplegado fuerzas aéreas y navales al sur del mar Caribe para enfrentar a los cárteles de droga designados como narco-terroristas globales, una respuesta directa del Pentágono a las crecientes amenazas que vinculan el narcotráfico con la seguridad nacional.

Washington, Estados Unidos / 14 de agosto de 2025 — En una decisión que marca una transformación estratégica, la administración Trump ha ordenado el despliegue de fuerzas aéreas y navales del Departamento de Defensa al sur del mar Caribe. El objetivo: neutralizar las amenazas planteadas por cárteles de narcotráfico calificados como organizaciones terroristas globales, según confirmó Reuters.
La iniciativa responde a la instrucción presidencial de diseñar opciones militares directas, tras la decisión de declarar como entidades terroristas a organizaciones como el Cártel de Sinaloa, el Tren de Aragua y el Cartel de los Soles.
Hasta ahora, el Pentágono había activado ya el envío de al menos dos buques de guerra y reforzado operaciones de vigilancia aérea en la región fronteriza con México, con el objetivo de recolectar inteligencia crítica.
Una fuente con conocimiento de la operación explicó a Reuters que este despliegue “está dirigido a neutralizar amenazas a la seguridad nacional originadas en grupos narco-terroristas especialmente designados en la región”.

Visión geopolítica en clave marítima
El mar Caribe sur emerge como una zona crucial para el tránsito de narcóticos hacia EE.UU. La decisión implica militarizar un corredor marítimo tradicionalmente manejado por Operaciones binacionales de interdicción como la Operation Caribbe, coordinada por la Guardia Costera y aliados regionales.
Con este refuerzo, el Departamento de Defensa amplía el alcance operacional del Comando Sur (SOUTHCOM), respaldado por la Joint Interagency Task Force South, reflejando una postura militar más ofensiva.
Repercusiones diplomáticas e implicaciones legales
La clara escalada ha generado tensiones diplomáticas. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó rotundamente cualquier despliegue de tropas estadounidenses en suelo mexicano, reafirmando la soberanía nacional.
Analistas advierten que las operaciones militares fuera de EE.UU. pueden requerir autorización del Congreso y acuerdos multilaterales, especialmente si incluyen acciones en alta mar o tierra firme.
Esta operación militar representa un escalón superior en la lucha contra el narcotráfico, al tratar a las redes criminales como amenazas comparables a insurgentes. Se espera la integración de aviones de patrulla P-8, buques de guerra y posiblemente submarinos de ataque, orientados a interdicciones marítimas y misiones de reconocimiento naval en tiempo real.
Fuentes: Reuters, The Washington Post, The Guardian