Ante la escalada de tensiones en Oriente Medio, la Armada de EE. UU. despliega estratégicamente el portaaviones USS Gerald R. Ford. Esta operación, parte de un esfuerzo por reforzar la presencia naval estadounidense, se suma a otros grupos de ataque en la región, subrayando la capacidad de respuesta frente a una volátil situación geopolítica que involucra a Israel e Irán.
WASHINGTON D.C., ESTADOS UNIDOS – En un contexto de creciente incertidumbre geopolítica en Oriente Medio, con las relaciones entre Israel e Irán en un punto de tensión crítica, la Armada de Estados Unidos se prepara para un despliegue de alto impacto. El USS Gerald R. Ford, el más avanzado de los portaaviones estadounidenses y símbolo de su poder naval, se dirige hacia el Mar Mediterráneo, una decisión que resuena con la urgencia de los acontecimientos recientes.
El Ford, que actualmente completa su fase de alistamiento en Norfolk, Virginia, tras un intenso ciclo de entrenamiento y mantenimiento concluido en enero de 2024, no se suma a la región por azar. Este despliegue, si bien es presentado como parte de las operaciones regulares en el Área de Mando Europeo de EE. UU., que abarca desde Europa hasta el suroeste de Asia, adquiere una relevancia particular dadas las circunstancias. La presencia de este coloso naval subraya la intención de Washington de asegurar la estabilidad regional y proteger sus intereses y los de sus aliados.

Con la llegada del USS Gerald R. Ford, la Armada de Estados Unidos concentrará una capacidad de proyección de poder sin precedentes en las inmediaciones de Oriente Medio. Se convertirá en el tercer grupo de ataque de portaaviones estadounidense con alcance directo en la zona.
Ya se encuentra en el Mar Arábigo el USS Carl Vinson, mientras que el USS Nimitz se dirige hacia el oeste desde el Estrecho de Malaca, habiendo alterado sus planes de escala en Da Nang, Vietnam, por una «necesidad operativa urgente», un claro indicio de la prioridad estratégica otorgada a esta región. Los datos de seguimiento de buques confirman su curso hacia Oriente Medio.
La poderosa configuración de cada grupo de ataque de portaaviones incluye, además del navío central, un crucero de misiles guiados, al menos dos destructores, un submarino de ataque y un ala aérea de F/A-18 Super Hornets.
Algunas de estas alas aéreas han comenzado a incorporar los avanzados cazas F-35 Lightning II. Aunque el USS Ford aún no está optimizado para operar con los F-35, existen planes firmes para su modernización en este sentido, lo que consolidará aún más sus capacidades futuras.
La participación de activos navales estadounidenses en la defensa de Israel ya es una realidad tangible. Un oficial de la Armada estadounidense, en declaraciones a WAVY News, con sede en Norfolk, confirmó que los destructores USS The Sullivans y USS Arleigh Burke dispararon interceptores para neutralizar misiles balísticos iraníes dirigidos hacia Israel durante el reciente fin de semana.
El USS Thomas Hudner se ha unido a las operaciones en el área, mientras que el Arleigh Burke se ha retirado temporalmente. Estas acciones resaltan la capacidad defensiva y la coordinación operativa de las fuerzas estadounidenses.
El despliegue previo del USS Ford, iniciado en mayo de 2023, tenía una duración prevista de seis meses en el área de mando europeo. Sin embargo, la erupión del conflicto entre Israel y Hamás propició su extensión, demostrando la flexibilidad y adaptabilidad de los activos navales ante crisis inesperadas. Durante su período de regreso y mantenimiento, el portaaviones se sometió a una calibración magnética programada, conocida como “deperm”, cerca del Astillero Naval de Norfolk, una parte esencial de su mantenimiento regular.
El USS Gerald R. Ford, con un costo de construcción que ronda los 13 mil millones de dólares, representa una declaración de intenciones en términos de tecnología y capacidad naval. Es el primer buque de su clase, una plataforma flotante de poder de 335 metros de eslora propulsada por reactores nucleares, capaz de albergar a unos 5.000 marineros. Su diseño incorpora sistemas de vanguardia como el Sistema Electromagnético de Lanzamiento de Aeronaves (EMALS) y el Equipo de Detención Avanzado (AAG), ambos cruciales para optimizar la eficiencia en las operaciones de despegue y aterrizaje de aeronaves.
A pesar de los desafíos y retrasos técnicos iniciales en sus primeros años de desarrollo, los oficiales de la Marina aseguran que el Ford ha demostrado ser una plataforma de guerra plenamente operativa y madura, lista para asumir su papel crucial en un escenario global que demanda una presencia naval robusta y disuasoria. El despliegue de este gigante en el Mediterráneo no es solo una exhibición de fuerza, sino un claro mensaje de la determinación estadounidense en la salvaguarda de sus intereses y la promoción de la estabilidad en una de las regiones más volátiles del planeta.
Referencias: The Washington Post, The Jerusalem Post