Estados Unidos ha lanzado un ataque aéreo de precisión sobre una instalación clave operada por los Hutíes en Saná, Yemen.


Saná, Yemen – El operativo, llevado a cabo por el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) el 16 de diciembre, forma parte de una estrategia más amplia para contrarrestar las crecientes amenazas que representa este grupo rebelde respaldado por Irán en la región.

El objetivo del ataque fue un centro de mando y control estratégico utilizado por los Hutíes para coordinar operaciones que, según las autoridades estadounidenses, han incluido ataques recientes contra buques mercantes y navales en el sur del Mar Rojo y el Golfo de Adén. De acuerdo con un comunicado oficial del CENTCOM, la instalación destruida jugaba un papel fundamental en la planificación y ejecución de estas operaciones hostiles, que no solo representan un desafío directo para la seguridad de Estados Unidos y sus aliados, sino que también amenazan el comercio marítimo global en una de las rutas de navegación más importantes del mundo.

Una amenaza en ascenso

La ofensiva estadounidense se produce en un contexto de creciente tensión en la región, especialmente en torno a la capacidad militar de los Hutíes, quienes han intensificado el uso de misiles balísticos, drones y otras tecnologías de bajo costo para desafiar a las fuerzas militares más avanzadas del mundo. Uno de los momentos más críticos que subrayan esta amenaza ocurrió en noviembre, cuando un misil lanzado por los Hutíes se acercó alarmantemente al portaaviones nuclear USS Dwight D. Eisenhower, un buque de alta tecnología que operaba en aguas del Mar Rojo como parte de un despliegue estratégico para garantizar la libertad de navegación en la zona.

Aunque las defensas del portaaviones fueron capaces de evitar mayores daños, el incidente puso de manifiesto el potencial de los Hutíes para llevar a cabo ataques con armamento relativamente rudimentario, pero con una efectividad que preocupa a los expertos en defensa. Este ataque fallido, junto con otros incidentes similares, ha reforzado la percepción de que las capacidades militares de los Hutíes han evolucionado considerablemente gracias al apoyo financiero y logístico de Irán, su principal aliado en la región.

El nuevo rol de Estados Unidos en el equilibrio de poder regional

El reciente ataque en Yemen no es un hecho aislado; es parte de una campaña más amplia de Washington para contener lo que considera «amenazas desestabilizadoras» por parte de grupos armados respaldados por Irán, como los Hutíes, en una región que permanece en el epicentro de las rivalidades geopolíticas globales. Al respecto, el comandante del CENTCOM, el general Michael Kurilla, subrayó que estos operativos contrastan con el compromiso de Estados Unidos por salvaguardar no solo la seguridad de su personal militar, sino también la de sus socios regionales, así como el comercio marítimo internacional.

“La presencia de nuestras fuerzas en el Mar Rojo y el Golfo de Adén tiene un propósito claro: garantizar la estabilidad en una de las arterias más críticas del comercio mundial. Las acciones de los Hutíes no solo amenazan nuestra seguridad, sino también la infraestructura comercial global, afectando a millones de personas que dependen de esta vía marítima esencial”, afirmó Kurilla en un comunicado.

Sin embargo, este camino no está exento de desafíos. Con la región de Oriente Medio marcada históricamente por tensiones y conflictos, las acciones de Estados Unidos para contrarrestar a los Hutíes se ven como una prueba clave de su capacidad para equilibrar sus intereses estratégicos con la necesidad de no escalar las tensiones con Irán, un actor que tiene fuertes lazos en distintos puntos de conflicto en la región.

Un escenario global en juego

El Golfo de Adén y el Mar Rojo, donde se han registrado los ataques hutíes más recientes, forman parte de una ruta marítima global crítica que conecta Asia con Europa a través del estrecho de Bab el-Mandeb. Cada día, miles de barcos mercantes transitan por estas aguas transportando bienes y recursos, incluido aproximadamente el 10% del suministro mundial de petróleo. Las acciones de los Hutíes en esta ruta no solo despiertan preocupación en Washington, sino que también generan inquietud entre los socios europeos y los aliados árabes de Estados Unidos, quienes están igualmente comprometidos en mantener la estabilidad en esta zona.

Por su parte, el gobierno de Yemen, internacionalmente reconocido, ha acogido con cierto optimismo la operación liderada por CENTCOM, interpretándola como un paso en la lucha contra las acciones rebeldes que han perpetuado la crisis humanitaria en el país. Sin embargo, este nuevo episodio de violencia podría complicar aún más los esfuerzos diplomáticos por alcanzar una solución negociada al conflicto yemení, que ha dejado miles de muertos y millones de personas desplazadas en los últimos años.

El camino hacia adelante

Con este último ataque, Estados Unidos envía un mensaje claro sobre su determinación para hacer frente a las amenazas que pongan en riesgo la seguridad regional o global. Pero la pregunta sigue siendo si estas acciones militares serán suficientes para contener a los Hutíes en el corto plazo, o si, por el contrario, podrían aumentar las tensiones en una región que ya atraviesa una compleja red de conflictos interrelacionados.

Lo que resulta indiscutible es que la persistente amenaza de los Hutíes y la respuesta de Estados Unidos son un recordatorio de la fragilidad geopolítica que caracteriza al Medio Oriente. Con los intereses de múltiples actores en juego, las acciones en el Mar Rojo y Yemen son una pieza más en el intrincado tablero de ajedrez que define la política internacional en la región. La resolución definitiva de esta y otras tensiones dependerá, en última instancia, de si las partes involucradas optan por el camino de la negociación o si continuarán escalando las hostilidades, poniendo en riesgo no solo la estabilidad regional, sino también la seguridad global.

Referencias: Departamento de Defensa de Estados Unidos, Reuters