El RRS Sir David Attenborough, un buque de investigación polar británico que enarbola la bandera ilegal de las Islas Malvinas, volvió a transitar por aguas argentinas en su ruta hacia la Antártida, generando una nueva controversia en torno a la soberanía nacional y la pasividad del gobierno argentino frente a estas incursiones.

BUENOS AIRES, ARGENTINA – Las aguas del Atlántico Sur volvieron a ser escenario de un episodio que enciende alarmas en círculos de defensa y soberanía nacional. El buque de investigación polar británico RRS Sir David Attenborough transitó recientemente por aguas jurisdiccionales argentinas ostentando la bandera del «Falkland Islands Overseas Territory», una insignia que Argentina no reconoce y considera ilegal. La nave, tras su paso por la zona económica exclusiva argentina, realizó una escala en Punta Arenas, Chile, un patrón que suma preocupación a la ya delicada situación.

Imágenes satelitales provistas por el servicio de seguimiento marítimo MarineTraffic documentaron la derrota del buque en su ruta hacia la Antártida. A pesar de la naturaleza sensible de este tránsito, el gobierno argentino, en una postura que se ha tornado habitual, no ha emitido comunicación oficial al respecto. Esta ausencia de declaraciones contrasta con la inquietud que genera no solo la permisión del paso, sino fundamentalmente la exhibición de una bandera que desconoce la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

Este no es un hecho aislado. En enero pasado, el gobierno de Tierra del Fuego ya había denunciado la presencia del mismo RRS Sir David Attenborough y bajo la misma bandera, navegando por el estrecho de Le Maire, un paso bioceánico clave que separa la Isla Grande de Tierra del Fuego de la Isla de los Estados. En aquella oportunidad, la embarcación se dirigía desde las Malvinas hacia la base antártica británica de Rothera.

La respuesta gubernamental argentina ante estos eventos ha sido consistentemente cuestionada. En ocasiones anteriores, se ha argumentado que el buque navegaba bajo el amparo del «paso inocente», figura del derecho marítimo internacional que, según la interpretación oficial, «exige una navegación ininterrumpida» e impide la interceptación o el impedimento del tránsito. Esta justificación fue esgrimida en situaciones similares en enero de 2023, 2024 y, prospectivamente, se anticipa un patrón similar para 2025, con el buque oceanográfico realizando su ruta desde su apostadero en Puerto Argentino, en las Islas Malvinas, hacia Punta Arenas, Chile, utilizando el Estrecho de Magallanes, para luego retornar por la misma vía.

La escala en Punta Arenas, Chile, no pasa desapercibida y plantea interrogantes sobre si se trata de una mera costumbre operativa o una estrategia de mayor alcance. El pasado domingo, coincidiendo con la celebración del Día del Patrimonio Naval y Marítimo en el Muelle Prat, el RRS Sir David Attenborough, con sus imponentes 129 metros de eslora y una autonomía de 19.000 millas náuticas, fue una presencia notable. Esta ciudad austral chilena ya ha servido de anfitriona para otros activos británicos vinculados a las Malvinas. Un ejemplo claro ocurrió el 13 de febrero de este año, cuando un avión de transporte militar Airbus A400M Atlas de la Real Fuerza Aérea Británica (RAF), con matrícula ZM421, aterrizó en Punta Arenas.

Tal como fue reportado por fuentes especializadas como Zona Militar, dicha aeronave había despegado de la Base Aérea de Monte Agradable, en la Isla Soledad (Islas Malvinas), sin que se ofreciera información oficial sobre los motivos de su vuelo o su escala en territorio chileno. El hermetismo por parte de las autoridades argentinas frente a estos sucesos se mantiene, alimentando un debate sobre la firmeza de la política exterior y de defensa en una región de vital importancia estratégica y simbólica para la República Argentina.

Referencias: Zona Militar, Ámbito Financiero