El Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán ha iniciado un estratégico proceso de licitación para la construcción de seis nuevos buques minadores, consolidando su política de disuasión naval asimétrica frente a las potenciales amenazas de invasión.
Taipéi, Taiwán – En un esfuerzo por fortalecer sus capacidades de guerra asimétrica y disuadir una posible invasión china, el Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán ha iniciado un nuevo proceso de licitación para la construcción de seis buques mineros adicionales de la clase Min Jiang. Este proyecto, que se extenderá hasta 2027, representa un paso crucial en la modernización de las fuerzas armadas taiwanesas, enfocándose en la defensa marítima y la negación de acceso a posibles adversarios.
El proceso de licitación, que busca adjudicar un contrato para abril de este año, se ha activado tras dos intentos fallidos en diciembre de 2024 y febrero de 2025. Según fuentes militares, las sesiones anteriores no lograron avanzar debido a la falta de ofertas mínimas requeridas, tal como lo estipula el Artículo 48 de la Ley de Contrataciones Públicas de Taiwán. Este artículo permite la organización de un segundo proceso de licitación sin la necesidad de contar con al menos tres licitantes, lo que ha facilitado la reanudación de las negociaciones.
El presupuesto asignado para este proyecto asciende a 1.800 millones de nuevos dólares taiwaneses (54,8 millones de dólares), una inversión significativa que subraya la importancia estratégica de estos buques en la defensa nacional. Los nuevos minadores se sumarán a la flota actual de cuatro embarcaciones de la clase Min Jiang, construidas por Lung Teh Shipbuilding Co., que ya operan bajo el mando del escuadrón de operaciones mineras de la 192.a Flota.

Los buques mineros de la clase Min Jiang son embarcaciones versátiles diseñadas específicamente para mejorar la defensa marítima de Taiwán. Con un desplazamiento de 376 toneladas y una longitud de 40 metros (131 pies), estos buques están equipados con un cañón T-75 de 20 milímetros y dos ametralladoras T-74 de 7,62 milímetros. Además, tienen la capacidad de transportar y lanzar hasta 64 minas navales Wan Hsiang, ya sea manualmente o de forma remota.
«Estos buques fueron diseñados para contrarrestar un ataque de vehículos anfibios que intenten desembarcar en Taiwán», explicó un funcionario de defensa taiwanés durante la ceremonia de colocación de la quilla del buque líder en 2022. Su capacidad para sembrar minas de manera rápida y eficiente los convierte en una herramienta esencial para retrasar y debilitar cualquier intento de invasión.
Analistas internacionales han destacado la necesidad de que Taiwán incremente sus capacidades de guerra asimétrica, especialmente ante el creciente poderío militar de China. Eric Gómez, miembro senior del Cato Institute, ha señalado que, debido al tamaño reducido de Taiwán y su distancia geográfica de aliados como Estados Unidos, es crucial que el país reoriente su estrategia hacia una defensa asimétrica. «Si Taiwán no puede contrarrestar las ventajas chinas, la intervención de Washington podría no ser suficiente», advirtió Gómez.
En este contexto, las minas navales y otros activos de negación de acceso al mar juegan un papel fundamental. Scott Savitz, ingeniero senior e investigador de RAND, argumentó que «obstruir una conquista china de Taiwán implica colocar obstáculos que retrasarían una fuerza de invasión, al tiempo que la harían más vulnerable a otros tipos de ataques». Esta estrategia no solo desgastaría las fuerzas adversarias, sino que también proporcionaría tiempo valioso para movilizar defensas adicionales o recibir apoyo internacional.

La adquisición de estos seis nuevos buques mineros no solo refuerza las capacidades defensivas de Taiwán, sino que también refleja su compromiso con la autosuficiencia militar. Al invertir en tecnología y equipamiento local, Taiwán busca reducir su dependencia de aliados externos y fortalecer su posición frente a las amenazas regionales.
Este proyecto se enmarca en una estrategia más amplia que incluye la modernización de las fuerzas armadas, la adquisición de sistemas de defensa avanzados y la mejora de la coordinación entre las diferentes ramas militares. Con la puesta en marcha de estos nuevos buques, Taiwán da un paso más hacia la consolidación de una defensa robusta y adaptable, capaz de enfrentar los desafíos del siglo XXI.
En un escenario geopolítico cada vez más complejo, la apuesta de Taiwán por la guerra asimétrica y la defensa marítima se presenta como una respuesta pragmática y necesaria para garantizar su seguridad y soberanía.
Referencias: Taipei Times, Armada de Taiwán (Armada de la República de China)