La Armada de Brasil se prepara para un salto cualitativo con la fragata F200 Tamandaré, la primera de una nueva clase que redefine su poder naval. Este buque, piedra angular de un ambicioso programa industrial, iniciará sus pruebas de mar en 2025.

BRASILIA, BRASIL – En los astilleros de Itajaí, un silencio expectante precede a la tormenta. Allí, la silueta de la fragata F200 Tamandaré domina el paisaje, preparándose para el que será su primer contacto con el mar abierto. Fuentes de la Armada de Brasil han confirmado que este buque, el primero de una clase que cambiará el equilibrio de poder en el Atlántico Sur, iniciará sus cruciales pruebas de aceptación en el mar en julio de 2025, con la previsión de ser entregado oficialmente a finales de ese mismo año. Este calendario confirma que el ambicioso Programa Fragatas Classe Tamandaré (PFCT) avanza con la precisión de un cronómetro suizo.

La F200 Tamandaré no es solo un buque; es la materialización de una estrategia de defensa nacional que busca la autosuficiencia y la proyección de fuerza. Botada el 9 de agosto de 2024, su construcción en el astillero Thyssenkrupp Estaleiro Brasil Sul (tkEBS) representa el renacimiento de la industria naval brasileña. Desde el primer corte de acero en junio de 2022, cada fase ha sido un testimonio del compromiso del consorcio Águas Azuis formado por la alemana Thyssenkrupp Marine Systems (TKMS) y las gigantes brasileñas Embraer Defesa & Segurança y Atech por cumplir con un contrato que va más allá de la simple construcción.

El programa contempla una profunda transferencia de conocimiento y tecnología, con un compromiso de contenido local que alcanzará un promedio del 41% en los cuatro buques. Esto no solo moderniza la flota, sustituyendo a las veteranas fragatas clase Niterói y corbetas Inhaúma, sino que también genera hasta 6.000 empleos y fortalece una base industrial estratégica para el futuro.

Basada en el probado diseño alemán MEKO A-100, la clase Tamandaré es una plataforma modular y letal de 3.455 toneladas. Su corazón es un sistema de propulsión diésel que le permite alcanzar los 25,5 nudos, pero es su arsenal lo que realmente impone respeto.

El buque está equipado para dominar todos los dominios del combate moderno. Su defensa antiaérea se confía al sistema de lanzamiento vertical (VLS) con misiles MBDA Sea Ceptor, una barrera casi impenetrable.

Para la guerra de superficie, cuenta con ocho misiles MANSUP, un desarrollo netamente brasileño basado en la tecnología Exocet, que subraya la búsqueda de soberanía tecnológica.

A corta distancia, el cañón OTO Melara de 76 mm y un conjunto de estaciones de armas remotas y ametralladoras pesadas garantizan una defensa de 360 grados. La capacidad antisubmarina, crítica en las profundidades del Atlántico, está asegurada por lanzadores de torpedos Mk 54.

Sin embargo, el verdadero salto tecnológico reside en su cerebro digital. El Sistema de Gestión de Combate (CMS), desarrollado por Atech, integra 22 sistemas de armas y sensores, desde el radar AESA Hensoldt TRS-4D hasta el sonar de casco Atlas Elektronik. Junto a él, el Sistema Integrado de Gestión de Plataformas (IPMS) monitoriza cada aspecto del buque, desde la propulsión hasta el control de daños. Esta fusión digital otorga al comandante, el ya designado Capitán de Navío Gustavo Cabral Thomé, una conciencia situacional sin precedentes.

El PFCT es pionero en Brasil al incluir un contrato de gestión del ciclo de vida completo, asegurando la disponibilidad operativa y reduciendo los costos a largo plazo. Este enfoque integral, junto con un diseño sin papel y ambientalmente responsable, ha captado la atención internacional, con delegaciones de Chile y Colombia visitando el astillero, vislumbrando un potencial de exportación.

Mientras la F200 Tamandaré completa su equipamiento en muelle, sus hermanas ya siguen sus pasos: la F201 Jerônimo de Albuquerque y la F202 Cunha Moreira están en distintas fases de construcción, con un calendario que se extiende hasta 2029 para la entrega de la cuarta unidad, la F203 Mariz e Barros. Incluso se contempla un segundo lote, lo que consolidaría a esta clase como la columna vertebral de la Armada.

El objetivo final es claro: garantizar el control de las áreas marítimas de interés, especialmente la llamada «Amazonia Azul», una vasta zona económica exclusiva de más de 5,7 millones de kilómetros cuadrados rica en recursos. Como han reiterado altos mandos de la defensa brasileña, estas fragatas son la herramienta para mantener una fuerza naval «móvil, permanente y flexible», indispensable para asegurar la autonomía estratégica y la defensa eficaz de los intereses soberanos de Brasil en el mar. Con la Tamandaré a punto de zarpar, una nueva era para el poder naval brasileño está a punto de comenzar.

Referencias: Armada de Brasil, Defesa Aérea & Naval, Thyssenkrupp Marine Systems