6 de agosto de 2025

La Armada Francesa moderniza su flota con el cañón RapidFire de 40 mm

La Armada Francesa se prepara para un salto cualitativo en su capacidad de defensa marítima con la incorporación del avanzado cañón RapidFire de 40 mm. Este sistema de armas, fruto de la colaboración entre Nexter y Thales, representa una pieza clave en la modernización de la flota y la adaptación a los nuevos desafíos del entorno marítimo contemporáneo.

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La Armada Francesa se prepara para un salto cualitativo en su capacidad de defensa marítima con la incorporación del avanzado cañón RapidFire de 40 mm. Este sistema de armas, fruto de la colaboración entre Nexter y Thales, representa una pieza clave en la modernización de la flota y la adaptación a los nuevos desafíos del entorno marítimo contemporáneo

PARÍS, FRANCIA – La Armada Francesa está dando un paso decisivo hacia la modernización de sus capacidades de defensa con la adopción del cañón naval RapidFire de 40 mm, un sistema de artillería multifunción desarrollado por Nexter y Thales. Este avanzado sistema, que ya ha superado con éxito sus pruebas industriales, está destinado a equipar la nueva generación de buques de patrulla de altura (PH), diseñados para reemplazar a los veteranos PHM y PSP. Según informó Le Marin en su edición del 17 de mayo de 2025, este despliegue marca un hito en la evolución de las capacidades navales francesas, reforzando su capacidad para enfrentar amenazas aéreas y asimétricas en un entorno marítimo cada vez más complejo.

Un sistema revolucionario para la defensa de corto alcance

El RapidFire no es un simple cañón convencional: es un sistema automatizado de última generación, operado a distancia y capaz de responder con precisión a múltiples amenazas, desde drones y aeronaves ligeras hasta misiles de crucero. Basado en la tecnología de munición telescópica encapsulada (CTAS) de 40 mm, este sistema integra un sistema de control de fuego optrónico giroestabilizado, permitiendo que un solo operador detecte, identifique y neutralice objetivos con una cadencia de 180 proyectiles por minuto. Su alcance efectivo alcanza los 4.000 metros, y su capacidad de cambiar en tiempo real entre cinco tipos de munición —incluyendo el proyectil programable A3B, diseñado específicamente para contrarrestar amenazas aéreas— lo convierte en una herramienta versátil y letal.

Hasta la fecha, la Armada Francesa ha recibido cuatro sistemas RapidFire, dos de los cuales ya equipan los buques de reabastecimiento de flota (BRF) de la clase Jacques Chevallier. Una quinta torreta está siendo sometida a pruebas en la Île du Levant, mientras que su próxima instalación en un buque de patrulla oceánico marcará el inicio de una nueva fase operativa. Además de los PH y BRF, el RapidFire está siendo evaluado para su implementación en los futuros buques de contramedidas de minas (BGDM) e incluso podría integrarse en el portaaviones de nueva generación (PANG), consolidándose como un estándar en la defensa naval francesa.

El programa de buques de patrulla oceánica (PH), gestionado por la Dirección General de Adquisiciones de Defensa (DGA), prevé la construcción de diez unidades entre 2027 y 2034, con un presupuesto estimado en 900 millones de euros. Tres astilleros franceses —Piriou (Concarneau), CMN (Cherburgo) y Socarenam (Boulogne-sur-Mer/Saint-Malo)— se encargarán de su fabricación bajo la supervisión técnica de Naval Group.

Con 92 metros de eslora y un desplazamiento de 2.400 toneladas, estos buques serán los más grandes de su clase en la historia de la Armada Francesa. Su diseño prioriza la autonomía operativa, con una capacidad de navegación de 6.000 millas náuticas durante 30 días sin repostar, gracias a un innovador sistema de propulsión diésel-eléctrico que combina motores de 3.850 kW con convertidores de 550 kW. Aunque su velocidad máxima (21 nudos) es ligeramente inferior a la de los antiguos PHM (23,5 nudos), su mayor resistencia y eficiencia energética los hacen ideales para misiones prolongadas en aguas distantes.

Equipamiento y capacidades: vigilancia, guerra electrónica y versatilidad

Los futuros PH estarán dotados de un sofisticado conjunto de sensores y sistemas de combate, entre los que destacan:

  • Radar multifunción NS54 de Thales (para detección y seguimiento tridimensional).
  • Sistema de identificación amigo-enemigo (IFF).
  • Sonar BlueWatcher (montado en el casco para detección submarina).
  • Sensores optrónicos y capacidades de guerra electrónica.
  • Sistema de gestión de combate SETIS-C (evolución del utilizado en las fragatas FREMM).

En cuanto al armamento, además del RapidFire de 40 mm, los buques contarán con ametralladoras de 12,7 mm y 7,62 mm, así como con la opción de integrar el sistema Simbad-RC con misiles Mistral 3. Su versatilidad se extiende también a las operaciones aéreas, con un hangar y cubierta de vuelo compatibles con helicópteros NH90 Caïman Marine o H160 Guépard Marine, además de capacidad para operar drones no tripulados.

La introducción de los nuevos PH refleja un cambio estratégico en la doctrina operativa de la Armada Francesa. A diferencia de los antiguos avisos clase A69, diseñados para la guerra antisubmarina costera durante la Guerra Fría, estos buques están optimizados para misiones de vigilancia, respuesta rápida y operaciones en entornos híbridos, donde las amenazas asimétricas —como ataques con drones o embarcaciones rápidas— son cada vez más frecuentes.

La retirada progresiva de los PHM y PSP entre 2025 y 2027 generará un vacío temporal que los nuevos PH comenzarán a cubrir a partir de 2027. Su despliegue se concentrará en las tres principales bases metropolitanas francesas: Brest (4 unidades), Cherburgo (3) y Toulon (3). Desde allí, podrán desplegarse en misiones de largo alcance, desde las costas de África Occidental hasta el Océano Índico, participando en operaciones como Corymbe, evacuaciones de civiles o respuestas humanitarias.

Hacia una defensa naval más ágil y letal

La integración del RapidFire en los futuros PH no solo refuerza las capacidades defensivas de la Armada Francesa, sino que también sienta un precedente para otros programas navales, tanto nacionales como aliados. En un escenario global donde las amenazas asimétricas, los drones y los misiles de precisión están redefiniendo los conflictos marítimos, sistemas como este representan la evolución hacia una defensa más flexible, automatizada y eficaz.

Con esta apuesta tecnológica, Francia no solo moderniza su flota, sino que también consolida su posición como referente en innovación militar, preparándose para los desafíos estratégicos de las próximas décadas.

Referencias: Le Marin, Shephard