Filipinas se refuerza con la llegada de la corbeta BRP Miguel Malvar

La Armada de Filipinas ha recibido con gran expectación su primera corbeta con misiles guiados, la BRP Miguel Malvar. Este avance significativo en la modernización de sus capacidades navales llega en un momento crítico, mientras Manila busca fortalecer su presencia en aguas en disputadas.

FILIPINAS, MANILA – La Armada de Filipinas marca un hito histórico al incorporar a su flota la BRP Miguel Malvar (FFG-06), su primera corbeta equipada con misiles guiados, en un movimiento estratégico orientado a fortalecer su capacidad defensiva en el cada vez más disputado Mar de China Meridional. El arribo de esta avanzada embarcación se produce en un contexto de tensiones crecientes con China, que ha intensificado sus acciones agresivas en la región.

Durante una ceremonia solemne en la Base Operativa Naval de Subic, en Zambales, el secretario de Defensa de Filipinas, Gilberto Teodoro Jr., subrayó la importancia estratégica del nuevo buque. “El BRP Miguel Malvar no solo será una herramienta disuasoria y un protector de nuestras aguas soberanas, sino que también se convertirá en un componente clave para operaciones coordinadas con nuestros aliados, en defensa de los principios fundamentales del derecho internacional”, afirmó Teodoro.

En su discurso, destacó el vínculo entre la seguridad marítima y la economía azul, enfatizando que “una armada fuerte es el pilar esencial para que Filipinas prospere en una economía basada en la sostenibilidad del océano”, y agregó: «Este es un tributo a nuestros héroes del pasado y un compromiso con las generaciones futuras».

Las corbetas de la clase Miguel Malvar, de fabricación surcoreana, representan un avance significativo respecto a las fragatas actuales de la clase José Rizal. Con una eslora de 118,4 metros y una manga de 14,9 metros, están diseñadas para mantenerse en operación durante largos periodos, con un alcance de 4,500 millas náuticas. Además, están equipadas con sistemas de última generación como los misiles antibuque C-STAR, lanzamiento vertical VL MICA, e innovadores radares 3D AESA, lo que las convierte en un activo crucial para enfrentar múltiples amenazas.

El barco gemelo de la BRP Miguel Malvar, el BRP Diego Silang, también de la misma clase, fue recientemente botado en Ulsan, Corea del Sur, aunque aún no ha sido entregado a Filipinas.

El acercamiento de Filipinas hacia una Armada más moderna no es reciente. Desde 2012, el país ha buscado reforzar su flota a través de un ambicioso plan de modernización, que incluye la adquisición de seis fragatas de defensa aérea y tres submarinos de ataque. Sin embargo, los avances han sido limitados: actualmente, solo dos fragatas modernas, la BRP José Rizal y la BRP Antonio Luna, están operativas junto a una flota menor de buques antiguos.

Ante estas carencias, el presidente Ferdinand Marcos Jr. tomó medidas contundentes al asignar 35,000 millones de dólares para impulsar el programa de modernización militar, destacando la iniciativa «Re-Horizon 3», la cual prioriza el fortalecimiento de capacidades navales durante la próxima década. Esta estrategia busca abordar los retos que plantea la seguridad en el Mar de Filipinas Occidental, denominación que Manila utiliza para el sector del Mar de China Meridional que se encuentra dentro de su zona económica exclusiva.

La cooperación con aliados internacionales, como Corea del Sur y Estados Unidos, ha resultado vital para el progreso del programa de modernización naval. Según el secretario de Defensa Teodoro, estos socios han mostrado un compromiso no solo en la transferencia de capacidades, sino también en la creación de una estructura naval sostenible y robusta. Sin embargo, expertos advierten que Filipinas todavía enfrenta grandes retos.

El analista en seguridad nacional, Rommel Banlaoi, director del Instituto Filipino para la Investigación de la Paz, la Violencia y el Terrorismo, afirmó que la estrategia de modernización de Filipinas coloca énfasis en desarrollar una «fuerza mínima creíble», suficiente para defender los derechos soberanos del país, aunque insuficiente para disuadir a China. “Tenemos que entender que incluso para Estados Unidos, la disuasión total de China es un desafío formidable. Para Filipinas, el enfoque debe ser equilibrar nuestras capacidades defensivas con esfuerzos diplomáticos efectivos”, puntualizó Banlaoi.

Banlaoi destacó que lograr estabilidad en el Mar de Filipinas Occidental dependerá de un enfoque dual: incrementar las capacidades militares locales y mantener un canal bilateral de diálogo con Beijing. “La diplomacia debe ir de la mano con nuestras patrullas marítimas. Eso garantizará que nuestras acciones reflejen soberanía y, al mismo tiempo, eviten escaladas innecesarias”.

Las tensiones entre Filipinas y China han escalado en los últimos meses debido a acciones controvertidas en las aguas en disputa, como el uso de lásers de alta intensidad y cañones de agua contra embarcaciones filipinas. Estas tácticas forman parte de un esfuerzo continuo de Beijing por afirmar su dominio sobre el área, que alberga valiosos recursos naturales y rutas marítimas estratégicas.

A medida que las tensiones persisten, Filipinas apuesta por reforzar sus capacidades con adquisiciones estratégicas como el BRP Miguel Malvar, al tiempo que explora soluciones diplomáticas para mantener la paz en la región. Con un enfoque en proteger su soberanía y derechos marítimos, el desafío estará en equilibrar la modernización militar con la búsqueda de soluciones diplomáticas duraderas frente a un panorama internacional incierto.

Referencias: Armada de Filipinas, Ministerio de Defensa de Filipinas


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