La Armada de España está desarrollando un proyecto de integración de vehículos aéreos no tripulados (UAV) en su portaaviones insignia, el Juan Carlos I, resultado de una colaboración entre Airbus y Navantia, busca incorporar el sistema de dron SIRTAP como solución innovadora para mantener la operatividad del buque.
Madrid, España – La Armada Española está lista para dar un paso histórico en la modernización de sus capacidades operativas mediante la integración de drones tácticos avanzados a bordo de su joya naval, el portaaviones Juan Carlos I. En una alianza estratégica entre Airbus y Navantia, se ha firmado un acuerdo para adaptar el buque insignia al uso del sistema aéreo no tripulado SIRTAP, lo que posicionará a España como una de las naciones pioneras en el uso de tecnologías no tripuladas desde portaaviones de diseño moderno.
El Juan Carlos I, un buque multifuncional de tipo LHD (Landing Helicopter Dock) con capacidades de proyección anfibia y operaciones aéreas, se encuentra en el epicentro de este ambicioso proyecto. A medida que los icónicos aviones EAV-8B+ Matador II, que actualmente operan desde su cubierta, se acercan a la retirada prevista entre 2030 y 2034, la necesidad de adaptar las operaciones de ala fija se vuelve imperativa. Aunque el reemplazo natural sería incorporar el costoso avión de despegue corto y aterrizaje vertical F-35B, la Armada y sus socios industriales han optado por explorar una solución más innovadora y rentable: los vehículos aéreos no tripulados.
SIRTAP: Tecnología táctica de vanguardia
Desarrollado por Airbus, el SIRTAP (Sistema RPAS Táctico de Altas Prestaciones) es un dron diseñado específicamente para misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), con características avanzadas que lo hacen ideal para responder a los desafíos y necesidades operativas de la Armada Española. Este sistema tiene una autonomía de más de 20 horas, una altitud operativa de hasta 21.000 pies y la capacidad de transportar múltiples cargas útiles, incluyendo sensores electroópticos y radares multimisión. Su diseño robusto le permite operar en condiciones ambientales extremas, con temperaturas que oscilan entre -40 °C y +50 °C, y resistir vientos cruzados superiores a los 20 nudos.
Gracias a un peso máximo de despegue de 750 kg y una capacidad de carga útil superior a los 180 kg, el SIRTAP está diseñado para cumplir una serie de misiones complejas que abarcan desde vigilancia marítima y designación de objetivos hasta retransmisión de comunicaciones y alerta temprana aerotransportada (AEW). Estas capacidades no solo complementarán las operaciones existentes del Juan Carlos I, sino que también abrirán nuevas posibilidades para mejorar el conocimiento del entorno marítimo y la proyección de capacidades navales en escenarios diversos.

La apuesta por la interoperabilidad
El proyecto de integración, que estará liderado por Navantia y Airbus, incluye una serie de desafíos técnicos que serán abordados de manera conjunta. Entre los aspectos más destacados del acuerdo, se encuentra la necesidad de garantizar la plena interoperabilidad del SIRTAP con los sistemas de combate, navegación y mando y control (C2) del portaaviones. En este contexto, el sistema de gestión de combate SCOMBA, desarrollado por Navantia, jugará un papel clave. Este sistema, considerado el cerebro operativo del Juan Carlos I, se adaptará para trabajar en sinergia con los drones, asegurando una integración fluida y eficiente.
Uno de los principales retos será la operación de despegue y aterrizaje del SIRTAP desde la cubierta del portaaviones, ya que, a diferencia de otros buques dedicados exclusivamente a la operación de aviones tripulados de ala fija, el Juan Carlos I no cuenta con catapultas ni cables de detención. Aunque las características de diseño del SIRTAP permiten operar en pistas no pavimentadas de corta longitud, aún queda por definir si se emplearán soluciones específicas, como plataformas de lanzamientos asistidos o métodos alternativos de recuperación, para optimizar sus operaciones desde el buque.

Impacto estratégico y proyección internacional
La incorporación del SIRTAP a las operaciones de la Armada Española podría ser un punto de inflexión para la estrategia de defensa marítima de España. Aunque no está diseñado para sustituir las capacidades de ataque de los EAV-8B+ Matador II, el dron ofrecerá valiosas contribuciones en misiones de ISR, proporcionando una visión táctica más completa y mejorando las capacidades de decisión en tiempo real. Además, su implementación en el Juan Carlos I posiciona al país como un referente en innovación tecnológica y soberanía industrial.
Este avance también promueve la competitividad de la industria de defensa nacional, señalando el compromiso de España con el desarrollo de tecnologías avanzadas y la colaboración público-privada. Airbus ya ha adelantado que el prototipo del dron estará listo para 2025, con un primer lote de 27 sistemas SIRTAP y nueve estaciones de control terrestre comprometidos en el marco de un plan de desarrollo de 495 millones de euros firmado en 2013.
En el plano internacional, España sigue los pasos de otras naciones que han explorado la interacción entre drones y buques de guerra. Turquía, por ejemplo, ha demostrado con éxito la operación de su dron Bayraktar TB3 a bordo del LHD Anadolu, mientras que la Marina Real del Reino Unido ha integrado sistemas tácticos como los drones Mojave en el portaaviones HMS Prince of Wales. La experiencia española con el SIRTAP podría convertirse en un modelo a seguir y abrir la puerta a futuros acuerdos o exportaciones en el mercado mundial de drones.
Un futuro en evolución
Aunque el SIRTAP no está diseñado originalmente para operar como vehículo armado, el progreso continuo en el desarrollo de tecnologías no tripuladas sugiere que podría tener capacidades ampliadas en el futuro. La posibilidad de integrar armas tácticas ligeras o equipamiento especializado añade un nuevo horizonte a las opciones de despliegue del sistema, lo que potenciaría su utilidad tanto en misiones de disuasión como en operaciones ofensivas.
El esfuerzo por integrar sistemas aéreos no tripulados tácticos en portaaviones como el Juan Carlos I no solo marca un hito para la Armada Española, sino que también redefine la manera en que las flotas modernas interactúan con las tecnologías emergentes. Con una sólida combinación de capacidad operativa, innovación tecnológica y apoyo a la industria nacional, España avanza hacia una nueva era en la defensa y seguridad marítima, adaptándose a las demandas cambiantes de un entorno estratégico cada vez más complejo y desafiante.
Referencias: Armada de española, Airbus