La Marina de EE. UU. (USN) realizó con éxito una prueba integral de vuelo terrestre del avanzado misil hipersónico Conventional Prompt Strike (CPS) en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral. Este ensayo, anunciado oficialmente el 2 de mayo, representa un paso vital en la evolución de las capacidades ofensivas hipersónicas del país.
WASHINGTON D.C., ESTADOS UNIDOS – La Marina de los Estados Unidos (USN) ha dado un paso crucial en la modernización de su arsenal al realizar con éxito una prueba de vuelo terrestre integral del misil hipersónico Conventional Prompt Strike (CPS) en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral. El ensayo, confirmado en un comunicado oficial el 2 de mayo, marca la primera vez que el arma es disparada mediante un sistema de lanzamiento en frío, una tecnología que podría redefinir las capacidades de despliegue rápido en escenarios de combate.

El método de «gas frío» —donde el motor del misil se enciende tras abandonar el silo— contrasta con los sistemas tradicionales de lanzamiento en caliente, como el Mark 41 (usado en 85 buques de guerra) o los misiles Trident II D5, que activan su propulsión dentro de la celda de lanzamiento. Según el vicealmirante Johnny R. Wolfe Jr., director de los Programas de Sistemas Estratégicos (SSP) de la Armada, esta innovación permite «expulsar el misil a una distancia segura del buque antes del encendido«, reduciendo riesgos operativos y aumentando la flexibilidad táctica.
El éxito del ensayo sienta las bases para el despliegue operativo del CPS, un sistema diseñado para combinar propulsión por cohete y planeo hipersónico aerodinámico. Esta arquitectura dual otorga al misil mayor velocidad (Mach 5+), alcance extendido y capacidad de maniobra, características clave para evadir defensas enemigas y golpear objetivos de alto valor en ventanas de tiempo críticas (1 a 24 horas).
El CPS está destinado a operar desde las plataformas más avanzadas de la USN: los destructores clase Zumwalt y los submarinos clase Virginia, ambos diseñados con tecnologías furtivas para minimizar su detección. Su integración reforzará la llamada «disuasión integrada» de EE. UU., concepto destacado por el secretario de la Marina, John Phelan: «La velocidad, el alcance y la capacidad de supervivencia de las armas hipersónicas son vitales para contrarrestar amenazas complejas«.
El programa ya completó dos pruebas adicionales de extremo a extremo en 2024, acelerando su camino hacia la operatividad. Según analistas, el CPS podría equilibrar la carrera armamentística frente a los misiles hipersónicos rusos, cuyas limitaciones han quedado expuestas en el conflicto de Ucrania.

Mientras Moscú presume de sus sistemas Kinzhal (balístico) y Zircon (crucero) —capaces de alcanzar Mach 10—, su desempeño en combate ha revelado debilidades. La incapacidad para maniobrar en vuelo los hace vulnerables a sistemas como el Patriot estadounidense, obligando a Rusia a usarlos en oleadas junto a misiles más lentos para saturar las defensas ucranianas.
En cambio, el CPS estadounidense apuesta por una tecnología madura y probada, con énfasis en la supervivencia frente a contramedidas. La prueba de Cabo Cañaveral no solo valida un método de lanzamiento innovador, sino que proyecta a EE. UU. como líder en una carrera donde la velocidad y la precisión definen la supremacía militar del siglo XXI.
¿Qué sigue? La USN prevé iniciar despliegues limitados del CPS en 2025, mientras el Ejército trabaja en su propia versión terrestre. Con adversarios como China y Rusia acelerando sus programas hipersónicos, Washington envía un mensaje claro: la era de las armas convencionales está llegando a su fin.
Referencias: Armada de Estados Unidos