Corea del Norte presentó oficialmente su nuevo destructor de propulsión nuclear, un buque de guerra de aproximadamente 5.000 toneladas, desarrollado en su totalidad con tecnología y recursos nacionales. La ceremonia, llevada a cabo el pasado viernes en el astillero de Nampo, ubicado en la costa occidental norcoreana.

PIONYANG, COREA DEL NORTE – El líder norcoreano Kim Jong Un presidió este viernes la botadura del primer destructor de propulsión nuclear de clase «Chow Hyon», un buque de guerra de 5.000 toneladas diseñado íntegramente con tecnología y recursos nacionales. La ceremonia, celebrada en el astillero de Nampo, marca un hito en la ambiciosa expansión naval del régimen, en un contexto de escalada de tensiones con Estados Unidos y Corea del Sur.

Según la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA), el destructor —construido en apenas 400 días— está equipado con misiles balísticos y de crucero capaces de portar ojivas nucleares, además de sistemas antiaéreos y antibuque. El vicealmirante Pak Kwang Sop lo calificó como el inicio de una «gran era» para la marina norcoreana, subrayando su papel en la defensa de la soberanía frente a un entorno «cada vez más hostil».

Kim Jong Un aprovechó el evento para lanzar una dura crítica contra Washington y Seúl, acusándolos de preparar una guerra mediante ejercicios militares conjuntos y planes de disuasión nuclear. «No habrá límite en nuestra respuesta ante cualquier amenaza», advirtió, reiterando la doctrina norcoreana de autodefensa «sin restricciones».

El lanzamiento del destructor sigue a la reciente exhibición de un submarino nuclear en construcción, otro proyecto prioritario para Pyongyang. Sin embargo, analistas internacionales cuestionan la capacidad real del país para desarrollar tecnología naval avanzada sin asistencia externa, especialmente en áreas críticas como la propulsión atómica.

La presentación del buque coincide con informes de que Corea del Norte habría suministrado armas y personal a Rusia para su guerra en Ucrania, presuntamente a cambio de apoyo económico y transferencia tecnológica. Este escenario podría acelerar los programas de armamento norcoreanos, incluidos misiles hipersónicos y satélites militares, objetivos clave del plan de modernización anunciado por Kim en 2021.

Mientras tanto, Corea del Sur y Estados Unidos reforzaron su alianza con un ejercicio aéreo conjunto este mes, en el que participó un bombardero estratégico B-1B. Pyongyang tachó estas maniobras de «preparativos de invasión», mientras Seúl insiste en su carácter defensivo.

Con el nuevo destructor listo para integrarse a la flota en 2025, Corea del Norte envía un mensaje claro: su carrera armamentística avanza sin pausa, profundizando los desafíos para la estabilidad regional.

Referencias: AP News, Business Standard