China impulsa sus capacidades de proyección militar con las rigurosas pruebas de catapulta electromagnética en el portaaviones Fujian. Este buque, el más avanzado de su flota, redefine la estrategia marítima de Pekín, permitiendo operaciones aéreas más ágiles y eficientes.

PEKÍN, CHINA – En un desarrollo que subraya la creciente ambición naval de la República Popular China, el portaaviones Fujian, la adición más reciente y tecnológicamente avanzada a la flota del Ejército Popular de Liberación (APL), está inmerso en una serie de rigurosas pruebas de mar. Estos ejercicios, cruciales para su eventual puesta en servicio, se centran en la integración y optimización de su innovador sistema de catapulta electromagnética (EMALS), una tecnología que posiciona a China a la vanguardia de la ingeniería naval moderna.

Desde su botadura en junio de 2022 en el Astillero Jiangnan de Shanghái, el Fujian, con un desplazamiento superior a las 80.000 toneladas, ha capturado la atención global. Este imponente buque de guerra, el más grande de propulsión convencional jamás construido, representa un salto cualitativo en las capacidades navales chinas. A diferencia de sus predecesores, el Liaoning y el Shandong, que emplean rampas de salto de esquí, el Fujian adopta un sistema de lanzamiento que recuerda al del USS Gerald R. Ford de la Armada estadounidense, el único otro buque operativo con tecnología EMALS. Esta capacidad permite el lanzamiento de aeronaves más pesadas con una frecuencia operativa incrementada, optimizando la eficiencia energética y la versatilidad de sus operaciones aéreas.

Las pruebas de mar, que se intensificaron en mayo de 2024, han generado una serie de indicadores de actividad naval, incluyendo avisos de restricción de navegación en el estuario del río Yangtsé. Estos signos sugieren una aceleración en el calendario de puesta en servicio del buque, lo que refleja la determinación china por integrar rápidamente esta plataforma estratégica.

El Fujian, también conocido como Tipo 003, se distingue por su isleta piramidal central, un diseño que integra el radar, los avanzados sensores AESA y otros sistemas clave, con el objetivo de minimizar su sección transversal al radar, alineándose con los estándares de sigilo de la Armada de los EE. UU. Su sistema de propulsión híbrido, diésel-gas y eléctrico, garantiza la energía necesaria para el funcionamiento de sus tres catapultas electromagnéticas. La cubierta de vuelo está equipada con dos elevadores de aeronaves, cuatro cables de detención y cinco puntos de aterrizaje para helicópteros, facilitando una fluidez operativa sin precedentes.

En cuanto a la defensa, el portaaviones cuenta con un sistema de armas de corto alcance (CIWS) y sistemas de defensa puntual basados en misiles, comparables en sofisticación al SeaRAM de la Armada de los EE. UU. Asimismo, las áreas laterales del buque sugieren una futura integración de armamento de energía dirigida, lo que reforzaría aún más sus capacidades disuasorias.

La capacidad aérea del Fujian se proyecta para albergar entre 50 y 60 aeronaves, incluyendo cazas J-15, aviones de alerta temprana aerotransportados KJ-600 y, posiblemente, los cazas furtivos J-35 de nueva generación. Las pruebas recientes han incluido vuelos del caza furtivo J-35, aunque no se ha confirmado que estos fueran lanzados directamente desde las catapultas del Fujian, las marcas en la cubierta sugieren que se han realizado aterrizajes de «toque y despegue», un paso fundamental en la certificación de compatibilidad. La incorporación del KJ-600, un avión de alerta temprana aerotransportada, promete mejorar significativamente las capacidades del buque en detección temprana, coordinación táctica y superioridad aérea.

Expertos militares chinos, citados por el Global Times, han señalado que la introducción de esta tecnología avanzada requiere una fase de pruebas más extensa en comparación con los portaaviones anteriores de China, que completaron nueve y diez pruebas de mar, respectivamente, antes de su puesta en servicio. El coronel Wu Qian, portavoz del Ministerio de Defensa, ha reiterado que estas pruebas son parte del programa de desarrollo rutinario del Fujian, sin ofrecer detalles específicos sobre su progreso.

Este despliegue se enmarca en un contexto de creciente rivalidad naval en la región, especialmente con las fuerzas navales estadounidenses, que realizan maniobras frecuentes con sus aliados en el Mar de China Meridional. Las operaciones del Shandong, el portaaviones con base en Sanya, provincia de Hainan, han demostrado la capacidad china para responder a la presencia naval extranjera, aunque los detalles sobre estas interacciones no han sido revelados.

Con la integración de nuevas plataformas navales, submarinos de propulsión nuclear, destructores de 10.000 toneladas, buques de asalto anfibio y aeronaves embarcadas de última generación, la Armada del APL está experimentando una transformación sin precedentes, consolidándose como una fuerza marítima moderna y capaz. La puesta en servicio del Fujian representará un avance estratégico significativo para Pekín, fortaleciendo su capacidad de proyección e intervención tanto a escala regional como, potencialmente, global. El desarrollo de un futuro portaaviones Tipo 004, que se espera sea un buque de propulsión nuclear de más de 100.000 toneladas, es un claro indicador de la ambición de China por igualar el poderío de la aviación naval estadounidense y expandir su influencia en las aguas centrales del Pacífico.

Referencias: Global Times