La llegada del USS America a Sídney marca el inicio de Talisman Sabre, los mayores ejercicios militares en la historia de Australia. Con más de 30.000 efectivos, la operación se desarrolla en un clima de tensión geopolítica y debates sobre el pacto AUKUS.
CANBERRA, AUSTRALIA – La silueta imponente del USS America (LHA-6), un coloso de asalto anfibio de 45.000 toneladas, rasgó las aguas del puerto de Sídney este sábado, anunciando no solo la llegada de la vanguardia naval estadounidense, sino el comienzo de un capítulo definitorio en la arquitectura de seguridad del Indo-Pacífico. Su presencia es el preludio de Talisman Sabre 2023, los ejercicios militares más grandes y complejos jamás organizados en territorio australiano, una demostración de capacidad y cohesión aliada en un momento de crecientes tensiones geopolíticas.
El USS America no llega solo. Es la punta de lanza de un contingente que traerá a más de 2.500 marineros e infantes de marina estadounidenses y un despliegue formidable de poder aéreo, incluyendo helicópteros de guerra antisubmarina y los avanzados cazas de despegue vertical F-35B Lightning II. Este despliegue es solo una fracción de la fuerza total: más de 30.000 militares de 19 naciones convergerán en Australia para una operación de una escala monumental.
Los ejercicios se extenderán a lo largo de un vasto teatro de operaciones de 6.500 kilómetros, desde la remota Isla de Navidad en el Océano Índico hasta las estratégicas aguas del Mar del Coral. Este escenario no es casual; replica un arco de potencial conflicto que exige una interoperabilidad y una logística sin fisuras.

«El entrenamiento en Australia es esencial para mantener a la Armada estadounidense preparada para el combate«, declaró con sobriedad el contralmirante Tom Shultz, al mando del buque insignia. Sus palabras, directas y sin ambages, subrayan el propósito fundamental de esta masiva movilización: la disuasión a través de la preparación.
Desde el lado anfitrión, el contralmirante Chris Smith, comandante de la Flota de la Marina Real Australiana, reforzó este mensaje, describiendo la relación con Estados Unidos como una basada en una «sólida confianza y profunda cooperación».
Para Smith, la alianza no es una estructura rígida, sino una que «se adapta a los cambios globales», y la diversidad de socios —que este año incluye por primera vez a India y a un significativo contingente europeo— es, en sí misma, una fortaleza estratégica.
Esta demostración de fuerza militar se produce en la antesala de una cumbre de alto nivel entre el primer ministro australiano, Anthony Albanese, y su homólogo estadounidense. Sobre la mesa de negociaciones no solo habrá gestos de camaradería, sino también cuestiones espinosas.
Se anticipa que Washington ejercerá una presión considerable para que Canberra incremente su gasto en defensa, pasando del actual 2% a un ambicioso 3,5% de su Producto Interno Bruto (PIB), una demanda que redefiniría por completo el presupuesto y la postura de defensa de Australia.
Añadiendo una capa de complejidad, el Pentágono anunció esta semana una revisión unilateral del pacto de seguridad AUKUS, el histórico acuerdo trilateral para dotar a Australia de submarinos de propulsión nuclear. Aunque el ministro de Defensa australiano, Richard Marles, intentó aplacar las inquietudes afirmando que la revisión «no fue una sorpresa», la maniobra ha generado interrogantes en los círculos de defensa.
Michael Green, un veterano exasesor de seguridad nacional del presidente George W. Bush, calificó el momento y la naturaleza pública de la revisión como «inusuales». Green señaló que, aunque Canberra pudo haber sido informada, «la forma en que se gestionó el asunto podría ejercer presión sobre Australia justo antes de una cumbre importante». No obstante, matizó que el arraigado apoyo al AUKUS en el Congreso y en la propia Armada estadounidense hace «improbable la cancelación del programa». El debate, por tanto, no sería sobre la existencia del pacto, sino sobre su ritmo, coste y ejecución.
Talisman Sabre será también un laboratorio para las tácticas y tecnologías del futuro. El brigadier Damian Hill, director de los ejercicios, confirmó que se realizarán pruebas de fuego real con sistemas de misiles y cohetes de largo alcance. Por primera vez en suelo australiano, se dispararán los temidos sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS), la misma tecnología que ha demostrado su letal eficacia en el conflicto de Ucrania.
En otra primicia para la región, los sistemas de defensa aérea australianos se integrarán y operarán junto a las baterías de misiles Patriot estadounidenses, creando un escudo antiaéreo multicapa y probando la capacidad de los aliados para defenderse de amenazas aéreas y de misiles cada vez más sofisticadas.
La llegada del USS America y el inminente inicio de Talisman Sabre son, como resumió un portavoz de la Marina estadounidense, «un mensaje claro». Un mensaje de acero, cooperación y determinación proyectado a través de todo el Indo-Pacífico, con el objetivo de garantizar que la región, en sus propias palabras, «siga siendo libre y abierta». El mundo, y especialmente Pekín, estará observando con atención.
Referencias: Reuters