Irlanda multiplica su gasto militar para blindar su infraestructura crítica ante riesgos híbridos
Irlanda aumentará su presupuesto de defensa a 1.700 millones de euros para 2030. El país busca reforzar la protección de su infraestructura crítica, especialmente submarina, frente a crecientes amenazas híbridas y ciberataques en un escenario geopolítico cada vez más inestable.

DUBLÍN, IRLANDA – Dublín prepara una transformación sin precedentes en su política de defensa. El gobierno irlandés anunció que elevará el presupuesto militar a 1.700 millones de euros para 2030, en un contexto donde la seguridad de las infraestructuras submarinas —clave para la conectividad global— se ha convertido en una prioridad estratégica.
El nuevo objetivo presupuestario, contenido en el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030, implica un aumento del 55% respecto al gasto base anterior de 1.100 millones de euros. Esta reconfiguración se da en paralelo a una inversión pública total de 275.000 millones de euros en diversas áreas del Estado.
El Tánaiste y Ministro de Defensa, Simon Harris, justificó la medida ante lo que calificó como un “panorama geopolítico dinámico” y un “conjunto complejo de desafíos” que obligan a redefinir las prioridades de seguridad del país.

Un punto ciego en el mapa de defensa europeo
Irlanda ha sido históricamente uno de los países que menos invierte en defensa dentro de la Unión Europea, con un gasto equivalente a apenas el 0,2% o 0,3% de su PIB. Sin embargo, su posición estratégica en el Atlántico Norte y su papel como nodo de telecomunicaciones para gigantes tecnológicos la convierten en un objetivo potencial dentro del tablero de amenazas híbridas que crecen en el entorno euroatlántico.
Se estima que cerca del 75% de los cables de telecomunicaciones del hemisferio norte pasan por aguas irlandesas o cercanas a su zona económica exclusiva (ZEE), un dato que pone de relieve su vulnerabilidad ante sabotajes submarinos, ciberataques y operaciones encubiertas, especialmente de potencias como Rusia, que ha intensificado sus maniobras de desestabilización en la denominada zona gris, ese terreno difuso entre la paz formal y el conflicto abierto.
Primeras inversiones para reforzar la vigilancia marítima
Irlanda ya ha comenzado a invertir en herramientas concretas. En 2024, incorporó dos Airbus C295 para patrullas marítimas, orientados a tareas de control pesquero y lucha contra el crimen organizado. Pero fue en junio de 2025 cuando el gobierno firmó un contrato millonario con la francesa Thales para dotar a su modesta flota naval de sonares remolcados, capaces de detectar amenazas submarinas y mapear el entorno subacuático.
Esta tecnología será instalada en los cuatro buques de patrulla oceánica, los dos patrulleros de gran porte y los dos costeros que forman el núcleo del Servicio Naval Irlandés. “Contribuiremos activamente a la protección de nuestra infraestructura submarina crítica”, declaró Harris al anunciar la compra.

Infraestructura como nuevo frente de defensa
El incremento presupuestario coincide con una nueva visión estratégica en Europa y dentro de la OTAN, organización de la cual Irlanda no es miembro, pero sí colabora como socio. En la cumbre de La Haya de junio de 2025, se reafirmó que la defensa moderna debe incluir la resiliencia de infraestructuras esenciales, desde redes eléctricas hasta cables de datos submarinos.
Aunque el Departamento de Defensa irlandés mantiene discreción sobre sus planes a futuro, se espera que el nuevo presupuesto esté enfocado en ciberseguridad, defensa marítima, inteligencia técnica y capacidades duales, más que en ampliar el número de tropas o adquirir armamento convencional.
Contribución a Ucrania y el debate interno
En paralelo, Irlanda ha intensificado su compromiso con Ucrania, con una contribución reciente de 100 millones de euros en asistencia no letal y humanitaria. Sin embargo, desde Kiev se ha subrayado la urgencia de ampliar el apoyo también en el terreno militar, algo que ha generado debate interno en Dublín sobre hasta dónde debe llegar la neutralidad estratégica irlandesa frente a conflictos internacionales.
Mientras tanto, el gobierno se mueve con cautela, pero con una nueva conciencia sobre su papel en la seguridad regional, en un momento en el que las fronteras de la guerra ya no se trazan únicamente con armas, sino con algoritmos, cables y señales.
Fuentes: The Journal, The Irish Times, Breaking Defense