La Guardia Revolucionaria de Irán ha revelado una sofisticada instalación militar subterránea diseñada para potenciar sus capacidades de defensa naval, generando una nueva dimensión en su estrategia de disuasión regional.
Teherán, Irán – En un importante avance para la capacidad militar de Irán, el brazo naval de la Guardia Revolucionaria inauguró una instalación subterránea de misiles en la región sur del país, según confirmaron imágenes difundidas por la televisión estatal este fin de semana. Esta nueva estructura se suma a una serie de desarrollos estratégicos que refuerzan la presencia militar en el Golfo Pérsico y el estratégico Estrecho de Ormuz, áreas de vital importancia para el comercio mundial de petróleo y escenario frecuente de tensiones geopolíticas.
Una red subterránea de poder militar
De acuerdo con el reporte televisivo, la instalación alberga cientos de misiles de crucero diseñados para superar capacidades de guerra electrónica y optimizados para la defensa y ataque naval. “Estas ciudades bajo tierra están equipadas con sistemas de última generación que pueden activarse en cuestión de minutos y desplegarse desde cientos de kilómetros de distancia para alcanzar objetivos con precisión en aguas lejanas”, destacó el informe.
Aunque no se especificó la ubicación exacta de la base, las autoridades aseguraron que el complejo se encuentra construido a “cientos de metros bajo tierra”. Esta profundidad no solo protege los sistemas de posibles ataques aéreos, sino que también garantiza su operatividad en condiciones adversas, consolidando una red subterránea que pone de manifiesto el enfoque estratégico de Irán en sus operaciones militares.


Despliegue de nuevas capacidades tecnológicas
Durante el recorrido inaugural, el comandante de la Guardia Revolucionaria, el general Hossein Salami, junto con el contralmirante responsable del brazo naval, Alireza Tangsiri, supervisaron la presentación de un nuevo modelo de misil, el Ghadr-380. Este proyectil cuenta con capacidades avanzadas para evadir interferencias electrónicas y tiene un alcance superior a los 1.000 kilómetros. Según el contralmirante Tangsiri, este desarrollo marca un hito tecnológico para la defensa iraní y representa una seria advertencia a las fuerzas enemigas. “Estos nuevos misiles tienen la capacidad de crear un verdadero infierno para las embarcaciones hostiles”, aseveró durante el evento.
El Ghadr-380 no solo refuerza la ya extensa línea de misiles de Irán, sino que también diversifica su arsenal con sistemas más autónomos y resistentes a los intentos de sabotaje electrónico. En paralelo, se destacó que los misiles pueden ser lanzados desde plataformas móviles y maniobrables, lo que aumenta la flexibilidad en las operaciones navales.
Bases estratégicas y ejercicios militares
La inauguración de esta instalación ocurre apenas semanas después de que Irán presentara otra base subterránea destinada a barcos de asalto equipados con tecnología avanzada, lo que pone de manifiesto un plan integral de modernización militar en la región sur del país. Ambas iniciativas se integran en la estrategia marítima de Teherán, cuyo objetivo es asegurar su soberanía en aguas conflictivas como el Golfo y el Estrecho de Ormuz, una arteria comercial esencial para el tránsito energético global.
A comienzos de este año, las fuerzas armadas iraníes lanzaron los ejercicios militares denominados Eqtedar (Poder, en persa), un despliegue que se extenderá hasta marzo y que abarca maniobras terrestres, aéreas y navales. Entre las demostraciones más destacadas, se incluyeron simulaciones para proteger instalaciones críticas, como las relacionadas con el programa nuclear del país, ante posibles ataques extranjeros. Asimismo, fue presentado un buque de reconocimiento avanzado que amplía las capacidades de vigilancia y monitoreo de las fuerzas navales iraníes.


Contexto geopolítico y desafíos futuros
El refuerzo del poder militar iraní ocurre en un contexto internacional de alta tensión, con Estados Unidos e Israel como actores claves en la región. Durante la administración de Donald Trump (2017-2021), Washington implementó una política de «máxima presión» que incluyó la retirada del acuerdo nuclear de 2015 y la reimposición de sanciones económicas severas contra Teherán. Aunque el enfoque de la administración Biden ha buscado establecer canales diplomáticos, la incertidumbre sobre las futuras políticas de Estados Unidos y sus aliados mantiene a Irán en alerta máxima.
El Estrecho de Ormuz, por donde transita cerca del 20% del petróleo mundial, sigue siendo un foco permanente de fricciones. Como respuesta, el gobierno iraní parece decidido a consolidar su capacidad de disuasión militar, enviando un mensaje claro a la comunidad internacional: cualquier intento de intervención o ataque será enfrentado con contundencia.
Proyecciones de poder en la región
La inauguración de estas instalaciones subterráneas y la continua modernización del arsenal militar de Irán subrayan la apuesta del país por una estrategia de defensa asimétrica. Las capacidades tecnológicas avanzadas, combinadas con tácticas de uso intensivo del terreno, buscan equilibrar el poderío de las potencias extranjeras presentes en la región.
En un panorama donde las tensiones entre Irán y Occidente no dan tregua, la demostración de fuerza del brazo naval de la Guardia Revolucionaria refuerza la narrativa de autosuficiencia militar que el país ha promovido en los últimos años. Con bases subterráneas que garantizan la protección de sus sistemas estratégicos y con ejercicios que muestran su disposición para actuar en múltiples frentes, Teherán reafirma su posición como un actor clave en la seguridad del Golfo Pérsico y su entorno inmediato.
Las implicaciones de estos desarrollos podrían incrementar las preocupaciones de los aliados occidentales y de los países del Golfo, elevando las tensiones en una de las regiones más sensibles del mundo. Mientras tanto, Irán avanza con paso firme en el blindaje de su soberanía, estableciendo un equilibrio precario que podría redibujar las dinámicas geopolíticas en el Medio Oriente.
Referencias: The Jerusalem Post, IRNA