La US Navy ha anunciado la cancelación del programa de misiles ofensivos hipersónicos, conocido como HALO (Hypersonic Air-launched Offensive). Considerado en su momento como una pieza clave para mantener la superioridad naval y la capacidad de guerra antibuque del futuro, sucumbe ante las implacables presiones de los costos desorbitados y los desafíos de rendimiento.

WASHINGTON D.C., ESTADOS UNIDOS – La US NAVY (Armada de Estados Unidos) ha cancelado oficialmente su programa de misiles HALO (Hypersonic Air-Launched Offensive Anti-Surface Weapon), un proyecto que hasta hace poco era considerado una pieza fundamental para el futuro de la guerra antibuque. La decisión, confirmada por fuentes oficiales, marca un abrupto final para un esfuerzo de alta tecnología destinado a dotar a la flota de una capacidad de ataque hipersónico lanzada desde el aire.

El desmantelamiento del programa HALO, que se enmarcaba dentro de la iniciativa OASUW Increment 2 (Offensive Anti-Surface Warfare Increment 2), responde directamente a serias preocupaciones sobre los crecientes costes y los desafíos de rendimiento observados en la base industrial de defensa encargada de su desarrollo. Lo que una vez fue visionado como un misil revolucionario –rápido, de largo alcance y capaz de superar las defensas más avanzadas para golpear buques de alto valor– se ha topado con la dura realidad de las limitaciones presupuestarias y las complejidades técnicas.

«Tras un análisis exhaustivo de las tendencias de costes y el rendimiento en toda la base industrial de municiones, se determinó que las limitaciones fiscales impedirían a la Armada entregar la capacidad HALO en el plazo previsto», explicó un portavoz de la Marina a Naval News, subrayando la inviabilidad financiera del proyecto bajo las condiciones actuales. El programa, cuya solicitud para la fase de Desarrollo de Ingeniería y Fabricación (EMD) fue finalizada en otoño de 2024, tenía como objetivo alcanzar una capacidad operativa temprana (EOC) para el año fiscal 2029.

HALO estaba concebido como un complemento «crítico» para armas existentes como el misil LRASM (Long-Range Anti-Ship Missile) de Lockheed Martin. Su capacidad hipersónica era vista como esencial para operar con garantías en entornos disputados y dentro de las temidas zonas de anti-acceso/denegación de área (A2/AD), especialmente frente a amenazas emergentes planteadas por adversarios como China y Rusia, naciones que avanzan en sus propios desarrollos de misiles antibuque hipersónicos, como el Zircon ruso.

Ante este revés, la Armada está obligada a reevaluar sus requisitos de ataque de largo alcance. El enfoque ahora se desplaza hacia la «asequibilidad» y la potenciación de sistemas probados. El Capitán Ron Flanders, en nombre del servicio, indicó que la prioridad recaerá en mejorar las capacidades del AGM-158C LRASM, un misil subsónico furtivo ya en servicio en cazas F/A-18 y bombarderos B-1B. Se están desarrollando variantes con mayor alcance y sistemas de guiado avanzados para este misil.

La cancelación subraya la tensión entre la ambición tecnológica y la sostenibilidad económica en el desarrollo de armas de vanguardia. Representantes de la Armada, como Tedford, describieron a HALO como un «sistema de armas exótico y costoso», argumentando que la inversión se dirigirá ahora a plataformas con «costos sostenibles y mejoras de rendimiento continuas».

Aunque los detalles específicos de los diseños propuestos por Raytheon y Lockheed Martin (empresas que obtuvieron contratos iniciales en 2023 y con experiencia previa en programas como HAWC de DARPA) no se hicieron públicos, se cree que implicaban tecnologías avanzadas de propulsión scramjet o ramjet.

La decisión de abandonar HALO, un sistema que el año pasado fue descrito por el Capitán Richard Gensley como «esencial para mantener la superioridad» naval, representa un ajuste significativo en la estrategia de modernización de la Armada, forzando una mayor dependencia y evolución de su arsenal actual frente a un panorama geopolítico cada vez más complejo.

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