La Guardia Costera China refuerza su despliegue en el Mar de China Meridional con la integración del helicóptero Z-20 en su buque insignia Nansha. Este paso amplía significativamente su capacidad de vigilancia y respuesta, consolidando su presencia en aguas disputadas y mejorando la proyección de su autoridad en la región.
PEKÍN, CHINA – La Guardia Costera de China (CCG) ha dado un paso fundamental en su estrategia de fortalecimiento y expansión de sus capacidades en el disputado Mar de China Meridional. Por primera vez, se ha confirmado la operación de un helicóptero Z-20 a bordo de su buque patrullero más grande, el Nansha (5901). Este acontecimiento, avistado el 23 de junio de 2025, no es un mero detalle logístico; representa una evolución significativa en la capacidad de Pekín para afirmar su presencia y ejercer su autoridad en las vastas y estratégicamente vitales aguas.
La imagen de un Z-20, el moderno helicóptero multipropósito de fabricación nacional, despegando o aterrizando del imponente Nansha, no solo atestigua la creciente sofisticación de la CCG, sino que subraya la intención de Pekín de mejorar drásticamente su patrulla marítima y su capacidad de respuesta en un escenario geopolítico de elevada tensión.
Desarrollado por la Corporación de la Industria de Aviación de China (AVIC), el Z-20 se ha consolidado como un activo crucial en las distintas ramas del Ejército Popular de Liberación (EPL). Este helicóptero de carga media se distingue por su avanzada tecnología, incluyendo un rotor principal de cinco palas, sistemas de control de vuelo por cable (fly-by-wire) y potentes motores de turboeje WZ-10. Aunque su diseño externo pueda evocar al UH-60 Black Hawk estadounidense, el Z-20 integra sistemas y materiales autóctonos, reflejando la autonomía tecnológica china.

La variante navalizada del Z-20, observada en el Nansha, presenta adaptaciones específicas para el rigor del entorno marítimo. Es previsible que incorpore recubrimientos resistentes a la corrosión, palas de rotor plegables para un almacenamiento eficiente en hangares y, crucialmente, la integración de equipos de vigilancia marítima de última generación. Su tamaño compacto es una ventaja táctica, permitiendo su operación desde buques de gran porte como el Nansha sin requerir la infraestructura que demandarían helicópteros más pesados. Esta adaptabilidad es clave para misiones de larga duración, abarcando desde la vigilancia aérea hasta la respuesta rápida y la cobertura de patrullaje en zonas extensas y en disputa.
El Nansha (5901), un buque de la clase Zhaotou (también conocido como Tipo 818), se erige como uno de los guardacostas más grandes del mundo. Con un desplazamiento superior a las 10.000 toneladas y una eslora de 165 metros, este gigante flotante no es solo un símbolo de poder, sino una plataforma operativa formidable. Su armamento, que incluye un cañón naval de 76 mm y armas auxiliares menores, junto con una cubierta de vuelo y un hangar con capacidad para helicópteros medianos, lo convierte en un actor central en la proyección de la autoridad marítima china.
Asignado a la Flota del Mar del Sur de la Guardia Costera de China, el Nansha opera fundamentalmente en el Mar de China Meridional, una región definida por superpuestas reclamaciones territoriales que involucran a China, Filipinas, Vietnam y otros países. La integración de un helicóptero como el Z-20 multiplica exponencialmente el alcance operativo y la capacidad de respuesta del buque, permitiéndole extender su dominio visual y táctico más allá del horizonte.
La incorporación del Z-20 a la flota de aviación de la CCG es un cambio de paradigma para la aplicación de la ley marítima. Este helicóptero facilita el despliegue aéreo de personal, la vigilancia visual y basada en sensores de alta precisión, y una coordinación efectiva más allá de la línea de visión durante misiones prolongadas de patrulla y control. Su capacidad para operar en condiciones climáticas adversas y en entornos de alta tensión supera a la de helicópteros anteriores, como el Z-8, brindando una mayor flexibilidad táctica en vastas áreas de patrulla.
La Guardia Costera de China ha experimentado una transformación sin precedentes en los últimos años, con una expansión notable de sus componentes de superficie y aviación. Tras su transferencia en 2018 a la Policía Armada Popular y su supervisión por la Comisión Militar Central, la CCG ha adquirido buques de mayor tamaño y armamento mejorado, como los cúteres clase Zhaotou. Estos activos han consolidado la capacidad de la Guardia Costera para realizar operaciones prolongadas en zonas marítimas remotas.
China emplea a su Guardia Costera como una pieza clave en una estrategia marítima más amplia, enfocada en mantener su presencia y afirmar sus reclamaciones territoriales, especialmente en el Mar de China Meridional y Oriental. La CCG opera con frecuencia cerca de flotas pesqueras extranjeras, infraestructuras energéticas y buques de las guardias costeras de países vecinos. Desempeña un papel preponderante en las denominadas operaciones de «zona gris», donde el uso de plataformas civiles o policiales ofrece una alternativa a la fuerza militar, permitiendo a Pekín hacer valer sus reclamaciones marítimas sin escalar las tensiones a un enfrentamiento directo. Al equipar a sus guardacostas con helicópteros como el Z-20, la Guardia Costera china potencia su capacidad para proyectar influencia, monitorear la actividad extranjera y responder con rapidez, todo ello mientras preserva la posibilidad de caracterizar sus acciones como de simple aplicación de la ley, no como una confrontación militar. Este sutil pero eficaz enfoque define la nueva era de la seguridad marítima en la región.
Referencias: CCTV, Army Recognition