Las Fuerzas Armadas de Noruega y la Fuerza Aérea de EE. UU. llevaron a cabo con éxito el primer lanzamiento de una bomba planeadora GBU-53/B StormBreaker controlada en tiempo real por un avión de patrulla marítima P-8A Poseidon noruego. El ejercicio, realizado el 14 de mayo frente a la costa de Noruega.
OSLO, NORUEGA – Las Fuerzas Armadas de Noruega han marcado un avance crucial para la OTAN al guiar con éxito una bomba planeadora estadounidense GBU-53/B StormBreaker, lanzada desde un caza F-15E Strike Eagle de EE.UU., utilizando un avión de patrulla marítima P-8A Poseidon noruego como plataforma de mando y control. La operación, ejecutada el pasado 14 de mayo de 2025 frente a las costas noruegas y cuyos detalles fueron revelados por el Ministerio de Defensa de Noruega el 28 de mayo, subraya una transformación significativa en la integración digital y la capacidad de ataque de precisión dentro de la Alianza Atlántica.
Durante esta operación de vanguardia, dos bombas planeadoras GBU-53/B StormBreaker fueron desplegadas por cazas F-15E Strike Eagle de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Lo verdaderamente distintivo de esta misión fue que, una vez en el aire, el control de estas municiones inteligentes fue transferido en pleno vuelo a la tripulación de un P-8A Poseidon noruego. Este equipo, empleando los sofisticados sensores y sistemas de datos a bordo de su aeronave, gestionó en tiempo real la trayectoria de las bombas. La clave residió en una red de combate segura y robusta, alimentada por múltiples sensores, destacando el papel del P-8A noruego como nodo sensor y de mando crucial. La inteligencia en tiempo real, obtenida gracias a los avanzados sistemas de radar, vigilancia y designación de blancos del Poseidon, permitió a los operadores noruegos ajustar la ruta de las StormBreaker, seleccionar o reasignar objetivos dinámicamente, asegurando una precisión quirúrgica sin necesidad de contacto visual desde la plataforma de lanzamiento original.
El F-15E Strike Eagle, un formidable avión de combate multifunción de Boeing, es reconocido por su capacidad de ataque de largo alcance y alta velocidad, portando un arsenal avanzado. En esta ocasión, iba equipado con la GBU-53/B StormBreaker, una munición planeadora de nueva generación que integra un buscador multimodo y un enlace de datos para comunicación durante el vuelo. La StormBreaker, fabricada por Raytheon y anteriormente conocida como SDB II (Small Diameter Bomb Increment II), es una revolucionaria bomba de precisión de aproximadamente 92 kg. Su diseño compacto permite su transporte en grandes cantidades. Lo que la define es su buscador trimodal –radar de ondas milimétricas para detección todo tiempo, infrarrojo de imagen para firmas térmicas y láser semiactivo para guiado puntual–, junto a su sistema GPS/INS y un enlace de datos bidireccional. Esta última característica la convierte en un sistema de «disparar y actualizar», permitiendo su redireccionamiento dinámico post-lanzamiento basado en inteligencia de múltiples plataformas aliadas, contra objetivos fijos o móviles, incluso en entornos complejos.

El Boeing P-8A Poseidon, por su parte, es una aeronave multimisión de patrulla y reconocimiento marítimo derivada del 737-800 comercial. Optimizado para la guerra antisubmarina (ASW), antisuperficie (ASuW) y la recolección de inteligencia (ISR), está equipado con el potente radar APY-10, sensores electroópticos/infrarrojos y sistemas de apoyo electrónico. En esta operación, el P-8A actuó como el corazón de la red de sensores, suministrando datos situacionales en tiempo real directamente a la arquitectura digital que controla las GBU-53/B, mejorando drásticamente la eficacia y flexibilidad del ataque guiado.
El valor militar de esta capacidad es transformador. Al permitir que las fuerzas de una nación controlen las municiones de otra mediante sus propias plataformas de sensores, la OTAN alcanza un nivel superior de interoperabilidad y agilidad operativa, esencial para los escenarios de conflicto contemporáneos. Esta integración interdominio implica que las unidades ya no dependen exclusivamente de sus propios recursos de designación de blancos, sino que pueden capitalizar una conciencia situacional compartida, tejida a partir de un mosaico de sensores aéreos, marítimos y terrestres aportados por múltiples naciones aliadas.
La capacidad de guiar municiones tras el lanzamiento incrementa notablemente la supervivencia de las plataformas de ataque. El F-15E pudo lanzar desde una distancia segura y retirarse, mientras el P-8A noruego, manteniendo una distancia prudente, aseguraba la letalidad del impacto basándose en la información más actualizada del campo de batalla. Esta distribución del control de armas a través de nodos aliados robustece la resiliencia y la flexibilidad táctica incluso en entornos degradados.
Este evento no solo valida la inversión colectiva de la OTAN en la guerra centrada en datos y sistemas de mando multiplataforma, sino que también establece un nuevo paradigma para las operaciones conjuntas multinacionales. La exitosa guía de una munición estadounidense por una unidad noruega, utilizando datos de sensores noruegos, representa una transición desde el combate centrado en plataformas individuales hacia redes de ‘sensor a tirador’ distribuidas, donde la velocidad de decisión, la fusión de datos y la conectividad son determinantes para la superioridad en combate.
Al demostrar que la GBU-53/B StormBreaker puede ser integrada y guiada por la red multinacional de sensores de la OTAN, Noruega ha alcanzado un logro operativo de enorme significancia que, sin duda, influirá en la futura doctrina aire-tierra de la Alianza, profundizando la integración estratégica entre sus miembros y fortaleciendo la preparación para los conflictos del futuro, cada vez más complejos y dependientes de la información.
Referencias: Ministerio de Defensa de Noruega, Israel News